No importa.- Kenny

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Desde la ventana de la habitación del pequeño de los Stoch saltaba Kenny después de haber pasado una linda tarde con su mejor amigo. Su grupo de amigos estaba bien, pero con Butters podía hablar de cualquier cosa que se le plazca.

Iba camino a su trabajo mientras pensaba sobre todo esto, porque sí, siete años después y seguía trabajando en el City Wok. Un trabajo muy cutre con un sueldo aún más cutre, pero que le daba para mantener a su hermana, sobre todo después del incidente...

-Dennis, que bueno que llegas, tenemos dos clientes, ¿sabes lo que significa eso?- Pregunta el jefe de Kenny.

-¿Qué es el mayor número de personas que ha habido aquí?- Bromeó el de naranja.

-Apalte de eso, significa que hoy te pagalé más.- Explicó.- ¡Así que ya estás taldando Dennis!

Otro día de trabajo, aunque ni siquiera esos dos clientes tardaron mucho en irse al probar la mierda que tenían por comida en ese local, aún así, Kenny siguió haciendo otras cosas, como barrer, limpiar los cristales, etc... Al final de la tarde estaba listo para irse mientras dejaba todo en su sitio.

-Dennis, aquí tienes lo tuyo. -Le comentó el chino justo antes de que Kenny saliera por la puerta.

-Gracias, y una cosita más señor... Bueno, no sé si lo sabe pero mañana es el baile de graduación de mi hermana y, bueno, me preguntaba si me podrías dejar mañana libre.- Le pidió el niño a su jefe, intentando verse convincente.

-No sabía lo de la gladuación, pelo clalo que sí Dennis, es más...- El señor se acercó al mostrador y sacó dinero de la caja registradora.- Toma esto también, complale algo bonito a tu helmana.

-¡Muchas gracias!- Exclamó emocionado Kenny mientras tomaba el dinero y acto seguido le daba un abrazo a su jefe.

-Venga, ya, vete.

Salió del lugar y miró a un reloj por la calle. 2:33 de la mañana, había salido un poco más tarde, pero igual si corría alcanzaba para ver a su hermana despierta.

Así hizo, pero cuando llegó a su apartamento, su hermana estaba dormida en el sofá con la televisión encendida y una taza de chocolate caliente sin acabar en la mesita. Era obvio que había intentado esperarle, sin éxito.

Kenny se quitó su chaqueta y agarró a la pequeña a caballito hasta su cuarto, la arropó y le dio un beso en la frente. Mirando a su alrededor se puso a pensar en la suerte que había tenido al encontrar ese apartamento, era perfecto, estaba amueblando, no era muy grande pero tampoco extremadamente pequeño; un salón, una cocina, un baño y un cuarto. Hay que reconocer que su jefe le ayudó con muchos gastos del apartamento, pero la mayoría se lo había ganado él trabajando.

El rubio recogió un poco el sofá y se acostó a dormir, mañana seguiría la misma rutina de siempre, excepto por la graduación de Karen, aunque que esta rutina le encantaba.

Buff, un día menos... Pensó

-Por eso... antes de dormirme... hoy quiero afirmar... que este fue un día más... y no un día menos...- Canturreó dormido.

-¡Kenny!- Dice... ¿Butters? No se ve bien.

-¿Dime?- Pregunta un poco confundido Kenny, mientras quien quiera que sea ese se le acerca.

-Bésame.- Suelta sin más, Kenny siente cómo se pone rojo.

-¿Qué?

El supuesto Butters no espera y empieza a besarle como si le fuera la vida en ello, el alto al principio quiere separarse pero no puede, aunque al final le sigue... Y hasta lo disfruta.

-¡Kenny, Kenny, Kenny!- Dice Butters como si de una alarma se tratase.

-¡Kenny, levántate ya, jo!- Le despierta Karen, ya es por la mañana.

El recién levantado bosteza varias veces antes de pararse del sofá y hacer el desayuno tanto para Karen como para él. ¿Solo fue un sueño..? Se sintió muy real... Además, ¿por qué Butters? Iba pensando el mayor mientras tomaba las galletas favoritas de la pequeña para dárselas. Y es normal que él le de vueltas, todos sus sueños "eroticos" habían sido sobre mujeres chichonas y culonas, además de desconocidas, ¿pero Butters? Él solo es un muy buen amigo...

-¿En qué piensas?- Interrumpe con sus pensamientos Karen.

-¿Qué? ¿Por qué lo dices..?- Pregunta a modo de respuesta, intentando cambiar el tema.

-Porque estás todo el día hablando y hoy no me has dicho nada.- Explicó la pequeña un poco molesta.

-Oh, bueno, perdona.- Se disculpó, justo cuando acababa con el desayuno y lo dejaba en la mesa donde ya estaba sentada su hermana.- ¿De qué quieres hablar?

-De mi graduación.- Dijo sin pensárselo mucho.- ¿Al final vas a poder venir?

-Sí, claro que sí, y aunque no pudiera me hubiera escapado.- Mencionó mientras se reía un poco y se sentaba a desayunar también.

-Más te vale que vengas.- Le acusó, apuntándole con el dedo.- Por fin dejo primaria y paso a secundaria. Ya soy mayor.

-Ayy, claro, mi niñita ya es toda una mujer.- Se levantó de su silla para ir a acariciar de broma a su hermana mientras fingía que lloraba.- Ay, ¿dónde se ha ido el tiempo?

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⏰ Última actualización: May 31 ⏰

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El chicø de la esquina (bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora