Capítulo 1

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—¿Podría repetirlo?

—Son dos millones

—¿Por Cameron Brown?

—Si — afirmé devolviendo la mirada al hombre sentado en el segundo piso. Sus guardaespaldas uno a cada lado de él. Es un hombre de unos treinta y siete años si mal no recuerdo.

Caminé hacia él evitando a toda la gente, me sentía incómoda con cada escalón que subía, no me agradaba usar vestidos tan ajustados. Llegué a su lado dando pasos cortos.

—¿Me permite tomar asiento con usted? — hay muchas formas de atrapar a alguien, ¿por qué tengo que hacer yo esto?

El hombre me miró de arriba a abajo y sonrió — Por supuesto — no tardó más de un segundo en pasar su brazo por mi espalda apoyándolo sobre mi hombro en cuanto me senté — No recuerdo haberte visto antes por aquí, ¿es tú primera vez en este lugar?

—Sí, y ahora que no estoy sola es mucho es mejor — sonrío ligeramente.

No me gustan las peleas ilegales, no sé que hay de emocionante en eso.

—¿Por qué no vamos afuera? — pregunté pasando mi dedo índice por encima de su camisa mientras anunciaban a los luchadores.

—Debo ver la pelea, aposté casi un millón por el tipo grande — se le notaba casi borracho, iba a ser fácil convencerle.

—Pero te dolerá menos una derrota si estás conmigo — yo si que no quiero ver como mi hermano pierde, el idiota me hizo apostar dos millones por él.

—No estoy seguro de que vaya a perder, pero tienes razón — deja su vaso de whisky en la mesa y se levanta — Y ustedes quédense, avísenme si algo surge — le dice a sus guardaespaldas.

Fue más rápido de lo que esperaba.

Bajamos las escaleras y salimos al exterior donde las únicas luces que iluminaban la noche venían de la luna y algunas farolas.

—¿Quién eres realmente? — preguntó repentinamente.

—¿Y esa pregunta? — aún sonaba tranquila, no podía ponerme nerviosa.

—¿Qué es lo que buscas de mí? — me agarra fuertemente de la muñeca atrayéndome hacia él.

No decía nada, solo intentaba deshacerme de su agarre. Inmediatamente me detuve cuando su cuerpo, inconsciente, cayó sobre mí.

—¿Dónde te habías metido? — le pregunto enojada a Ethan, uno de mis hermanos mayores.

—No te quejes y ayúdame a cargarlo — respondió dejando el bate a un lado y levantando el cuerpo por los brazos.

—¿Está muerto? — pregunté tomando al hombre por los pies.

—Claro que no, papá lo quería vivo — llevamos al hombre hasta la camioneta donde estaba Evan en el puesto de conductor y Cameron en la parte de atrás con unos moretones en el rostro.

Dejamos el cuerpo dentro de la camioneta y tomamos asiento frente a Cameron el cual me lanzó un maletín.

—Creí que no confiarías en mi — dijo con su asquerosa sonrisa.

—Nunca confié en tí, no te hagas ilusiones. A decir verdad me sorprende que hayas ganado.

—Como sea — cerró los ojos y se recostó en el asiento.

Probablemente no entiendan lo que está pasando, pero todo tiene una explicación.


[36 horas antes]


Nuestro Frío InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora