Simulacro de Amistad

Celos

—Mi nombre es Nanami, Nanami Kento.

Obviamente, luego de esta presentación, la cara de Geto pasó de la amabilidad al disgusto total.

¿Esta era la persona que Satoru había estado ocultando?; ¿la persona con la que se juntaba a escondidas?

—¿Les molesta si me siento con ustedes?, mi cita aún no llega.

—Si, siéntate—contestó Gojo solo por educación, pues no deseaba su presencia allí.

El atractivo chico, que vestía un conjunto con un llamativo abrigo largo color gris y unos formales zapatos, se sentó junto al par y ordenó el trago más fuerte del menú.

—¿Y...de dónde se conocen?—preguntó Geto bebiendo de su vaso.

—Gojo-san y yo nos conocemos desde hace algún tiempo, cuando ambos trabajabamos en comida rápida. ¿Desde el verano pasado?—preguntó fijando su mirada en el albino.

—Si, desde el verano pasado—confirmó Satoru.

—Gojo-san es una persona muy divertida, ¿verdad?; cada vez que estábamos en los mismos turnos solía hacerme reír mucho. Era muy aburrido cuando no estabas—continuó con su mirada fija en Satoru.

—No tenía idea—rió el albino incómodo.

—Aún recuerdo esa vez cuando Gojo-san y yo nos quedamos atrapados dentro de la cámara frigorífica y tuvimos que abrazarnos para darnos calor hasta que nos rescataron, ¿recuerdas?

—Si...

—...

—Y también aquella vez cuando Gojo-san se ahogó con un vaso de agua y tuve que darle respiración boca a b-

—¡Nanami!; ¿qué hay de tu cita?; ¿aún no llega?—le interrumpió evitando que continuara de hablar.

—No déjalo, su historia suena interesante—dijo Geto ocultando su fastidio.

—¿Y qué hay de ustedes?; ¿hace cuánto se conocen?—preguntó el pelirrubio.

—¿Creo que desde hace siete años?—contestó Gojo.

—Si, Satoru tenía once y yo diez—confirmó Geto.

—Eso es mucho tiempo... ¿Y qué hacen ahora?; ¿esperan a alguien más?

—No, solo compartíamos un trago juntos—contestó el albino.

—¡Ah!; ¿como una cita?

—No, no—No—contestaron ambos al unísono.

—Solo es una salida casual—explicó Gojo.

—Hm... ya veo... bueno, no los interrumpo más, creo que mi cita acaba de llegar—dijo levantándose de su silla—Fue bueno verte otra vez Gojo-san—se despidió con una sonrisa sugerente.

Nanami dejó el dinero correspondiste a su trago sobre la mesa y se marchó, desapareciendo entre la gente del bar.

Si bien, por fuera Geto había permanecido indiferente ante esta interrupción, la verdad era que estaba ardiendo de celos por dentro. Estaba enfadado.

—Así que él es Nanami.

—Si, por lo general es muy callado, pero al parecer tenía ganas de charlar...

Geto remató lo que quedaba de su vaso y automáticamente ordenó al camarero otra ronda.

—¿Estás seguro de que quieres seguir bebiendo?; ¿no es demasiado?—se apanicó el albino.

—Si quieres puedes invitar a Nanami para que nos ayude a beber el resto—contestó cortante.

—¿De verdad quieres que lo haga?—preguntó bastante confundido.