III.

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Minji no sabía como reaccionar.

En primer lugar, se pasó toda la mañana intentando cerrando los ojos en un inútil intento de dormir, pero fue imposible. Especialmente cuando cerraba los párpados , todo lo que podía ver eran las curvas de Ninna, cautivándola con su lentos movimientos y adorables gemidos. Preciosos pechos pequeños en un encaje color púrpura y húmedos labios rojos pidiendo por más. Minji sintió un escalofrío recorrer su espalda al recordar la transmisión de la noche anterior.

En segundo lugar,  estaba confundida, precisamente por la primera razón de ser Pham Hanni. Jodida Pham Minji, la idea en su cabeza de que aún es mejor en todo lo que hace, está volviéndola loca.

Era imposible que Hanni perdiera ese título, incluso cuando Minji intenta sacarsela de la cabeza, de alguna aparece para atormentarla, y Minji se sintió aún más expuesta al recordar que tuvo un orgasmo al ver a Ninna, o mejor dicho a Hanni, haciendo lo mismo.

Minji pasa su palma derecha por sobre su rostro exhausto. Sus ojeras eran profundas, más profundas de lo normal por el cansancio, y todo el estrés que se suponía perdió la noche anterior.

No sabía que hacer, cómo reaccionar, cómo lidiar con está situación. Sobre todo cuando siente que las preguntas con respecto a eso trepan por una elaborada red de telarañas, creada solo con el fin de estresarla más, generando la pregunta de:

Si a Hanni no le importa hacer eso frente a desconocidos en una retransmisión en directo, en busca de dinero ¿qué asegura que no lo haga con gente en la vida real?

Y entonces llega la gran especulación: ¿Hanni está teniendo sexo con Juyeon a cambio de ventajas en el trabajo?

Minji quiere llorar cuando su cabeza empieza a doler de tanto pensar en ello. Quiere dejar atrás a Hanni junto a toda la situación, quiere fingir que esto nunca ocurrió y que nunca descubrió la verdadera identidad de Hanni, Ninna, o mejor dicho, la segunda vida de Hanni, pero parece imposible.

Y era aún más imposible concentrarse en su trabajo que ahora esta por la mitad.

Y como una maldición, es imposible dejar de lado a Hanni. Su nombre pesa lo suficiente como para que sea imposible ignorarlo.

Sobre todo cuando la susodicha sale de la sala de fotocopias con una sonrisa socarrona en la cara.

Se acerca Minji.

Minji siente el aire escapar por sus pulmones. Y sus mejillas se tornan en rosa.

— Para que lo sepas... — Hanni comienza, susurra como si le estuviera contando un gran secreto a Minji. Estaba postrada sobre el escritorio lo que hacia imposible que los ojos de Kim no se desviaran de la pantalla para fijarse el vistoso escote de hoy, que apretaba provocativamente los pechos de Pham. Minji sintió su rostro calentarse más. — Juyeon me ha dado otro trabajo importante, conseguir otro trato con otra compañía. — ella señala los papeles, haciéndole un guiño que hizo que los pulmones de Minji se apretaran, pidiendo aire. Ella inspira dramáticamente para no mostrarle a Hanni que logró dejarla sin aliento. — ¡Una gran compañía!

Hanni observó fijamente a Minji con ojos expectantes. Un brillo diferente y divertido que buscaba una reacción exagerada y ruidosa por parte de la mayor, del tipo que hacia que sus ojos de abrieran de par en par y haciendo que sus cejas se torcieran mientras su estómago bailara por el impulso de reír genuinamente. Porque Minji la divertía genuinamente , Minji era excesivamente expresiva. Las burlas, la forma en como le gustaba perturbar la vida de la chica y amenazar con tomar mejores oportunidades, dejó a Kim con una cara de enojo que era, como mucho, la expresión favorita de Hanni. 

La expresión de un cachorro enojado.

Pero lo que recibió fue algo extraño, incluso vergonzoso. Algo nervioso, que se saltaba el contacto visual porque si lo hubiera hecho, su cara ardería y la dejaría expuesta.

eyes on the prize | BBANGSAZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora