I.

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— Buenos dias, Minjinnie!

— Shh !

Es lo que Danielle habia escuchado por primera vez en su mañana en la empresa. Inmediatamente su rostro adquirió una expresión confusa y dubitativa.

Minji llevaba la mitad de su cabello recogido en una coleta, descansaba caritativamente apretando la parte posterior de su cabeza, mientras pequeños mechones de cabello caían gentilmente sobre sus hombros. Sus ojos estaban fijos sobre la pantalla de su computador enfocados en hacer su trabajo sobre cualquier otra cosa. El día apenas había comenzado, tal vez había llegado a la oficina hace una hora o menos, pero la determinación de Kim ya estaba en su punto dispuesta a cumplir con el trabajo.

Danielle solo podía ver las hebras sueltas sueltas del moño sobresaliente fuera del monitor. Minji estaba escondida, encorvada, cual jorobado perdido en el trabajo tecleando con ansiedad. Inmediatamente se arrepintió de haber saludado así a su mejor amiga

— ¿Qué pasa zorra? — Danielle gesticula como una niña engreída con postura impecable, junto con un pequeño bolso colgando de su antebrazo. Ella pone los ojos en blanco y deposita una de las golosinas favoritas de Kim sobre la mesa de esta. Teñirse el cabello de negro la convirtió en una verdadera perra.

— Pensé en darte un pequeño regalo como este, ¿sabes? pero no creo que te lo merezcas.

Minji levanta su vista del monitor y se sobresalta por la sorpresa. Su rostro finalmente se revela a Danielle, inmediatamente se arrepiente de poder ver el rostro de la morena. Sus rasgos concentrados pronto se transforman en grandes ojos marrones que brillan hacia su mejor amiga, suplicando indirectamente lamentando su acto hace unos segundos atrás.

— Dani! — dijo haciendo un puchero tratando de lucir linda para conmover al corazón de la contraria. — ¡Lo siento! Es solo que necesito entregar esto antes que nadie.

— No me importa. — la azabache se burla y toma el dulce abriendolo frente a su amiga, disfrutando el sabor de este con una sonrisa de satisfacción. — No te mereces el pequeño regalo, además, ¿quién sabe? tal vez al final del día ganes uno.

Tratar a Minji como a un perro no es algo que Danielle haga a menudo, pero fue gracioso como Minji estaba cabizbajo como un cachorro al que se le ha negado una golosina. La azabache necesitaba contener la risa que empezaba a formarse en su rostro, Minji era adorable a veces. Danielle puso los ojos en blanco mientras saca un paquete idéntico que había guardado en su bolso y se lo entrega a la morena. La sonrisa de Minji hace feliz a Danielle.

— No te lo mereces.

— Gracias, Dani. — agradeció Minji con su típica sonrisa de golden retriever. Ella sabe que se lo merece. Desenvuelve el plástico y deja que el caramelo haga su trabajo en su boca. — Estoy llena de tareas hoy, joder.

— Y por eso tienes que entregar esto... — Danielle sacó su celular mirando la hora, sus ojos se abren un poco y una ceja se eleva en un tono sarcástico.

— ...Literalmente treinta minutos después de llegar a la empresa wow.

Minji suspiró. — En realidad, no. Solo quiero entregar este informe en particular antes que nadie

— Eso quiere decir que te refieres a una persona en particular, ¿verdad?

Minji puso los ojos en blanco, sabia exactamente a donde quería llegar Danielle con eso. Se aclara la garganta mientras levanta un dedo (como ese meme del gato nerd) empezando a explicarse.

— Cualquier persona. Soy una persona competitiva, ya sabes. Solo quiero asegurarme y mostrarle a mi jefe que soy la mejor en la oficina y que me merezco un ascenso. Tengo que pagar el alquiler de un apartamento por mi cuenta, no sé si lo sabías.

eyes on the prize | BBANGSAZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora