Anhelo...

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-"¿Qué me sostiene en este invierno sempiterno?"
El frío interior que alguna vez pareció culminar, nuevamente, hace presencia. Ante la ausencia de un cálido amor que no deseaba permanecer, su ausencia se tornaba más presente que su presencia misma.

-"¿Qué nos eleva hacia lo más alto, a formar parte de las nubes?"
No fue el odio, sino la incredulidad en su cita tardía con el amor, lo que le mostró el arte de apreciar el abismo, antes de reconocer a la luz.
Obtuvo su caída en ascenso, hacia el lugar menos transitado por el ser que lo ha ganado todo, antes de aprender a perder.

-¿Quién se supone que es?
¿Ella? Es un lienzo sin artista.
¿Él? Un artista sin ideas.
Uno es el reflejo del otro,
ante el agrietado espejo que no muestra la verdad; más allá de lo que uno realmente desea ver.

No la conocí por voz ni rostro.
Lo único que he podido atesorar a través de la nada perpetua, es su silueta en forma de retrato.
Y es que, no me enamoré de sus desiertos, ni de sus mares y montañas. No me cautivaron los melofluos ni el petricor en sus bosques y pantanos.
Preferí quedarme a dormir entre las flores de su pequeño jardín, con olores a múltiples vidas; en las cuales jamás la conocí.
No pretendía quedarme, mucho antes ante el consuelo de un corazón exhausto... O al menos eso creía... Al menos eso creí, hasta que te conocí.
Las suaves yemas de tus dedos sobre mi áspera piel, auguraban estelas boreales a través de premoniciones. Anunciando que, el cobijo de tu abrazo era mi pase al cielo, en el frío ascenso, hacia un hogar que abandoné... Por ti.

-"Derrites el hielo más intenso, lumbrera incandescente de mi alma."

CARTAS A LA NADA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora