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Años después.


Acababa de regresar de regresar del vuelo, fue tan jodidamente largo seis horas de Italia a México, lo único bueno de todo el vuelo fue viajar solo, no había muchos pasajeros a bordo asi que estaba cómodo y ni hablar del chico que me encontré en vuelo, tan lindo.
Resulta que sabe moverse en un lugar tan pequeño.

Esperaba en el estacionamiento solo con una pequeña maleta y hablando por teléfono con Harry para saber si ya estaba cerca del lugar. Después de lo que parecieron diez minutos lo mire estacionándose frente a mí.

Entre al auto del lado del copiloto, sonriendo al verlo —. Sigues igual, no has cambiado nada después de estos tres años. —Dije viéndolo con atención.

Sonrió y me dió un vistazo para regresar la vista al camino para dirigirnos a la carretera.
—Ni me lo digas, parece que en Italia te fue bien... ¿y Jennifer? —Pregunto algo confuso.

Tuvo que ir al infierno de nuevo. —Dije despreocupado y encoji los hombros.

—Pensé que se quería alejar de ahí o bueno eso me habías comentado.

Asentí —.Asi fué. ¿Y qué tal tú ya tienes pareja? —Dije cambiando el tema.

Río —. Para nada, solo de aquí y allá. —Dijo sonriendo mientras miraba el camino al conducir.

—Lo imaginó. ¿Creés que estemos casados en en futuro? —Mire el camino mientras arrecargarba en la ventana.

—¿Qué?

Regresé la mirada con él y mientras el dejaba de ver el camino un momento para verme extrañado.

—¿Qué pasa?—Pregunte.

—¿Tú hablando del matrimonio? El demonio de la lujuria... Hablando del matrimonio

Me quedé callado.

—Pensé que ya lo había visto todo. —Dijo con un poco de burla

—Hay vamos. Yo nunca he pensado en esa mierda, ni siquiera me interesa, pero todos hablan de ello.

Asiente —. Lo dudó. —Dijo respondiendo mi pregunta anterior.

Ahí en adelante el recorrido fue silencioso...
   Llegamos a su casa, olvide que se miraba algo lugosa acomparación de la mía.

—Pasa. —Dijo al verme parado en la puerta.

Pasé y respire ondo al entrar a su casa.
—Unos años más y olvidó como es tu casa. —Dije burlesco mientras dejaba de mirar los alrededores para mirarlo.

—¿Tanto así?, Si sigue igual a como estaba.

—Lo sé, pero fue mucho tiempo lo que pasé fuera del país y de verte. —Dije dejando la maleta aún lado para sentarme en el sofá blanco que estaba en la sala soltando un suspiro pesado.

—Un poco si. —Se sentó en el otro sofá viéndome —. Te ves distinto...

Lo miré y me rasqué la nuca.

—No sé si es tu manera de hablar ya que vienes con un poco de acento o no sé si es, por el tiempo que no nos hemos visto, como dices tú.

Encoji los hombros —. No lo sé... ¿Quieres ir a un bar?

—¿Quieres beber cuándo acabas de regresar de un vuelo pesado?

Asentí.

Mire como me miró y negaba con la cabeza —. Eres todo un caso, ¿adónde quieres ir?

—Ya te lo dije, aún bar... —Repetí —. ¿Ó tengo qué ir a ver a Lucifer? —Pase mi mano por mi rostro algo frustrado y confundido.

—¿Sabe qué te fuiste?

—Si, pero... —Dude —. No sabe con quién, ni porqué, siquiera a donde fui...

—Entiendo, pues como tú quieras, yo pensé que está noche ibas a relajarte y mañana harías... ya sabes lo de siempre.

Recuerdos Que Me PersiguenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora