[02] problematic sons

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capítulo dos!hijos problemáticos

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capítulo dos!
hijos problemáticos


―Joven, por duodécima vez, mi mamá nos está esperando ―insistí, intentando que la recepcionista nos dejara pasar a una sala.

―Y por duodécima vez, yo le digo que vaya a la sala de espera. La puede estar esperando la reina Isabel II y a mí no me importaría, tiene que esperar.

Me molesté al escucharla hablarme como si fuera retrasada, pero sin más opciones, obedecimos a la señora y nos sentamos a esperar a que Melissa apareciera. Aunque, siendo honesta, estoy bastante segura de que ella no sabe que estamos aquí.

Saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón y conecté los auriculares para escuchar mi playlist. Venir al hospital local es saber que, si no tienes familia allí, vas a estar 5 horas esperando un turno para que te traten asquerosamente. Solo la música puede hacer que la situación sea más llevadera.

Sentí que me quedaba dormida mientras escuchaba white flag, y estuve a punto de dejarme caer en los brazos de Morfeo, pero al ver a una figura femenina muy conocida parada frente a mí con los brazos cruzados se me espantó el sueño.

―Hola mamá ―hablamos los tres al unísono, solo que yo sonreí con inocencia y Stiles agregó un saludo de mano.

―Quiero una explicación lógica para esto ―señaló al rubio que estaba en la silla de ruedas.

―Se cayó, y se partió la pata ―aclaré, ―y nosotros no tuvimos nada que ver con eso.

―Ay virgen santísima, ¿por qué me diste hijos tan problemáticos? ―murmuró para si misma mientras se acariciaba el puente de la nariz. ―Bien, vamos a llevarlo a que le tomen unas placas.

Melissa tomó la silla de ruedas y emprendió camino hacia la sala de rayos x, seguida por nosotros tres.

―Vio, ella le dijo que mi mamá nos estaba esperando ―le dijo Stiles a la recepcionista, quien simplemente lo ignoró. ―Doña grosera.

―¡Stiles! ―lo regañó la mayor.

Al llegar a la sala, el radiólogo nos pidió que esperáramos afuera, lo que nos dió tiempo para una charla.

―Oigan, ya debo irme. Le prometí a Malia ayudarla a estudiar ―anunció mientras jugaba con sus llaves, y yo lo miré con picardía ―dije estudiar, pequeña pervertida.

―Está bien, yo me quedaré con él ―dijo Scott, mirando el pasillo por donde se llevaron al rubio.

―Oye, no necesitamos decir que no fue tu culpa, ¿verdad? ―preguntó Stiles a su mejor amigo.

―No lo sé.

―Scott, no te tortures de esa manera, fue un accidente ―acaricié su hombro con delicadeza.

―Mar tiene razón, si hubieras usado tu poder de lobo el no estaría cojeando, se estaría arrastrando para reunirse con la otra mitad de su cuerpo.

―De no empeñarme en ser capitán no lo habría lastimado.

―No está mal querer algo para ti de vez en cuando. Piénsalo así ―dijo el chico de lunares antes de dar media vuelta e irse.

La atención del joven moreno seguía estando en la sala donde Melissa se había llevado a Liam. Lucía realmente arrepentido por lo sucedido.

―Ey, ¿qué es lo que pasa? ―pregunté anonada, cuando me tomó de la mano sin previo aviso.

―Acompáñame.

Asentí, y ambos nos acercamos hasta quedar a una distancia considerablemente corta entre nosotros y la habitación de Liam. Scott tenía los ojos cerrados mientras escuchaba atentamente, pero le di un suave golpe en el hombro para hacerle entender que no podía oír nada, así que nos acercamos un poco más para que yo también pudiera escuchar.

"Me enfrenté a dos chicos de segundo año, uno de ellos es capitán del equipo, y dos de sus amigas apostaron diez dólares por ambos", le escuché decirle al hombre que lo acompañaba en la habitación. Instantáneamente hice una mueca, sabiendo que hablaba de mí.

Después de eso, dejé de prestar atención a la conversación hasta que un silencio sepulcral se apoderó de la habitación. Por pura curiosidad, me acerqué más a la puerta. Qué sorpresa me llevé cuando un doctor moreno de alta estatura salió del lugar, casi chocando conmigo.

―Disculpe, estaba buscando a mi mamá ―murmuré avergonzada.

―No hay cuidado, señorita ―repuso el mayor, yéndose del lugar como si nada hubiera pasado.

Ignoré el posible hecho de que aquel doctor pudo haber notado que mi amigo y yo escuchamos su conversación sin permiso y entré a la sala.

―Hola ―saludé amablemente.

―Hola ―replicó el rubio, sin mirarme. ―¿Ya se fueron tus amigos?

―Stiles ya se fue, y Scott está... Por ahí ―avisé, y me senté en la silla que estaba al lado de la camilla.

―¿Cómo se ve mi tobillo? ―preguntó, ―se honesta.

―Muy mal, si tienes suerte no será una fractura ―respondí con total honestidad, pero me arrepentí al instante de lo que dije al ver que me miraba con tristeza. ―Discúlpame, no se me da bien consolar a las personas.

―Tranquila, tampoco estoy inválido ―el chico rió, y de repente un fuerte gruñido se extendió por todo el lugar, poniéndome en alerta, ―¿escuchaste eso?

Scott.

―No, no escuche nada ―me hice la desentendida, y antes de que pudiera responderme, volví a hablar. ―Sabes qué. Iré a buscar a Scott, no te muevas de aquí.

―¿Es una broma, verdad? ―Liam me miró, mostrándose indignado.

―Cierto, no te puedes mover, estás herido ―susurré para mí misma, ―solo olvida que te dije eso y espérame aquí ―sonreí, antes de salir corriendo en busca de mi amigo.





― kali's note:

Okay, evidentemente Marina no es hija de Melissa, pero me gustaría profundizar más ese lazo de "madre e hija" que hay entre ellas. Principalmente porque siento que Natalie Martin es una madre muy ausente en la vida de Lydia y Mar.

En cuanto a errores ortográficos o algún detalle que suene extraño, agradecería que me lo hagan saber para corregirlo.

¿Qué les pareció el capítulo? Estaré leyendo sus comentarios.

Sin más, me despido. Tomen agüita, se les ama. ♡

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⏰ Última actualización: Jul 13 ⏰

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¹𝐁𝐀𝐃 𝐌𝐎𝐎𝐍 𝐑𝐈𝐒𝐈𝐍𝐆,, 𝒍𝒊𝒂𝒎 𝒅𝒖𝒏𝒃𝒂𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora