Capitulo 3

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Aegon recordaba siempre tener el peso de la corona sobre su cabeza, subió al trono completamente solo y con ello se manchó las manos de sangre con el sello de la ejecución de sus demás hermanos

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Aegon recordaba siempre tener el peso de la corona sobre su cabeza, subió al trono completamente solo y con ello se manchó las manos de sangre con el sello de la ejecución de sus demás hermanos.

El alfa hizo lo que debía hacer.

Él protegió a su familia.

Recuerda siempre estar al lado de su madre, acompañándolo hasta que cumplió la edad suficiente para ir a la guerra y dirigir ejércitos.

Quemó a su primer ejército a los quince años.

Su madre siempre fue dulce, amable y lo que le permitía su posición de ser cariñosa con sus cachorros.

Su primer viaje como sultán del imperio targaryen fue nada más y nada menos que al imperio vecino

Dorne.

Su madre había recibido una carta de su ahora aliada la sultana Rhaenyra, su pequeño bebé había nacido en un sueño constante y cada vez era más difícil despertarlo. — Necesito ir de inmediato

Aegon levantó la cabeza de sus documentos. — Madre el viaje dura semanas, tal vez sea tarde cuando llegues con la sultana.

— No traigas la muerte con tus palabras - Regaño Alicent hasta que el aleteo y el chirrido fuera de la ventana del salón de consejo llamó la atención de la sultana madre. - Podrías llevarme en tu dragón.

Aegon solo podría recordarse sorprendido pues su madre jamás había estado cerca de sus dragones y mucho menos subir a alguno para tomar un vuelo matutino. - Madre, no creo que sea buena idea.

- Debo ir, así que me llevarás en tu dragón. - Dijo con determinación la Omega, aún con sus ropajes negros se veía llena de energía y jubiló, renacia luego de la muerte de Viserys. - Aemond se quedará como regente mientras no estemos.

La puerta se abrió y una pequeña cabeza de cabellos blancos se asomo - ¿Madre?

- Daeron, cuántas veces debo decir que debes tocar antes de entrar a una habitación. - Regaño Alicent al pequeño alfa que entró corriendo hacia Aegon.

- Hermano. - Daeron se lanzó sobre Aegon para que lo cargará y protegiera de los regaños de su madre. - Solo buscaba a mi madre.

Aegon sonrió y cargó al cachorro - ¿Quieres ir en una aventura con tu hermano mayor?

Daeron lo miro ilusionado.

- No podremos llevarlo, es muy pequeño - Le recordó Alicent a su hijo mayor.

- Tranquila madre - Aegon subió a su hermano sobre sus hombros y emprendió camino hacia la salida - Daeron algún día será un gran jinete de dragón.

Así iniciaron el viaje lleno de gritos de angustia de Alicent, gritos de euforia de Daeron y risas de Aegon.

Aegon jamás había visitado Dorne, hasta ese día.

Los Soles De DorneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora