Parte 8

83 7 0
                                    

Es una lástima. Quería quedarme contigo. Quería hacerte una camada, es una pena"

"Si sobrevives a esto te are mio definitivamente"

Es una lástima. Quería quedarme contigo. Quería hacerte una camada, es una pena"

"Si sobrevives a esto te are mio definitivamente"

Es una lástima. Quería quedarme contigo. Quería hacerte una camada, es una pena"

"Si sobrevives a esto te are mio definitivamente"

Es una lástima. Quería quedarme contigo. Quería hacerte una camada, es una pena"

"Si sobrevives a esto te are mio definitivamente"

Es una lástima. Quería quedarme contigo. Quería hacerte una camada, es una pena"

"Si sobrevives a esto te are mio definitivamente"

Es una lástima. Quería quedarme contigo. Quería hacerte una camada, es una pena"

"Si sobrevives a esto te are mio definitivamente"

-Porfavor ya no, ya no quiero escucharlo más-  repetía el pequeño chico con aquel bestido en un lugar oscuro mientras aquellas voces hacían eco en su mente.

De pronto el rostro del anciano apareció en aquella oscuridad aterrando al pobre Ginro.

"Con que sobreviviste, entonces me perteneceras"

-Yo no, no te pertenezco. No soy un Omega. Yo soy un Beta. No puedes obligarme.-

"Claro que puedo. Eres un regalo delicioso que pretendo conservar"

Como un fantasma el anciano se abalanzó destrozando sus bestimentas.

El grito y el lloro eran solo visibles para su mente que en shock solo veía lo acontecido.

Sangre empezó a emerger en aquella oscuridad.

En el piso oscuro que poco a poco empezaba a manchar sus píes.

Ibara no estaba por ningún lado, lo buscaba con terror.

Tenía miedo de que se acercase. Vio una silueta a lo lejos.

Poco a poco se divisaba hasta que se acercó lo suficiente para que lo reconociera.

Era Kinrou. Su hermano.

Kin...no alcanzo a decir nada hasta que las palabras -me has decepcionado- calaron su mente.

-Eres una vergüenza Ginro-

De pronto desapareció. Un espejo reflejo su visión. El estaba allí. Su rostro manchado de lágrimas, su vestido rasgado manchado se sangre. Y un pequeño bulto en su vientre lo aterro más.

Cogio su cabeza sin creerlo y grito para si. -No es verdad. No puede ser cierto. Yo soy un beta. Soy un beta. No puedo tener un bebé. Los bebés los da a luz las mujeres y los omegas.

Esto es un sueño, verdad Kinrou?. Tu sabes todo. Verdad.

Kinrou. Hermano. Matzukaze.  Ayúdeme.

Porfavor esto no es real, no puede ser real.

Por favor despiertenme.

Ibara apareció detrás del chico y con sus garras tocó el pequeño y abultado bientre. Veo que ya creció.

Que lindo, el primero de muchos. Esa sonrisa. Esa asquerosa sonrisa.

Sin poder gritar del pánico y shock solo pudo llorar en silencio.

Hasta que una mano conocida emergió de la más profunda oscuridad y lo alejo de aquel asqueroso anciano.

Reconoció esa ruda y gentil mano que lo llevaba. Se aferro a ella esperanzado y abrió los ojos.

Estaba oscuro. Sentía la clara mano en su cuerpo. Matzukaze. Se acurrucó más cerca de él. No queriendo despertarlo.

No sabia el porqué. Pero estar cerca de Matzukaze calmaba su angustiado espíritu.

Que había hecho el para merecer al alguien como el guerrero Matzukaze.

Siempre le hubo gustado las chicas, pero estando cerca de Matzukaze. Se sentía bien. Todavía tenía miedo al contacto físico pero.

Se sentía bien, era reconfortable.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 22, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las Consecuencias de la victoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora