||𝕻𝖗𝖔𝖑𝖔𝖌𝖔||

6.2K 503 11
                                    

Un llamado urgente por parte de su padre, la princesa Venus tenía dudas respecto a lo que podría necesitar el Emperador para haberla llamado de esa manera.

Al momento que escucho el permiso de ingreso, exhalo y entró con seguridad al despacho de su padre.

-- Saludos al Sol de nuestro Imperio, yo, Venus, primera princesa de Arbezela se presenta ante el Emperador -- saluda mientras hace la reverencia correspondiente.

Por un momento en la oficina del Monarca todo era silencio, pero luego unos corazones revolotearon alrededor del hombre.

-- ¡Oh Venus! ¡Mi hijita querida! -- tomando las manos de su hija con cariño el Emperador brillaba de alegría -- Sabes que no tienes que ser tan formal cuando estamos solos, mi pequeño amanecer.

-- Lo entiendo padre, aun así, siento que le debo respeto por mantener a salvo a nuestro sagrado Imperio.

-- Nunca veo duda que mi pequeña es la mejor.

La princesa ríe con dulzura ante el claro amor de su padre por ella.

-- Por cierto, mi pequeña, te mande a construir otro gran invernadero para ti, así podrás llevar a todas tus amigas a tomar el té.

-- ¡¿En serio?! -- la princesa no pudo evitar sentirse emocionada -- ¡Papá eres el mejor!

Jaider se sentía en el cielo con su hija brillando a su lado como el solecito que era. Aunque momentos después, su adorada princesa recordó que había sido llamada con urgencia.

-- Padre... mis doncellas me dijeron que me necesitabas con urgencia -- el rostro de Venus mostraba preocupación -- ¿A sucedido algo malo?

Mirando la carita triste de su adoración, el emperador separa el agarre que tenía en ella y suspira abatido.

-- La verdad es que sí, mi pequeña -- sincera formando una mueca -- He recibido un mensaje por parte de uno de los sumos sacerdotes.

Una alarma despertó en la princesa, era muy extraño que alguno de los sumos sacerdotes le enviase directamente un mensaje a su padre, según recordaba, ellos prefieren hablar en audiencias privadas.

-- Si no es osadía preguntar... ¿Qué decía en la carta?

A diferencia de otras veces, que su padre siempre estaba contento de responder, ahora estaba mirándola con tristeza, como si tuviera compasión por ella.

-- ¿Padre? ¿Qué ocurre?

-- Mi solecito, recuerdas que las Islas Orian están atacando nuestras tierras, ¿Verdad?

Con algo de timidez, asiente con la cabeza, no podría no saberlo, sus damas se mostraron desesperadas pues su hogar se hallaba en las costas del Imperio, es decir, donde los extranjeros habían comenzado a atacar.

-- Lo sé muy bien padre, y también sé que mi padre sabrá expulsar a esos invasores de nuestras tierras -- habla con confianza, sabiendo de la fuerza de su padre -- Pero... ¿Qué tiene que ...?

Su tonta pregunta fue cortada por ella misma, pues no era ninguna ingenua.

-- Veo que te estas imaginando el porque te he llamado.

Venus asiente, en realidad era demasiado evidente sabiendo lo obsesionados que estaban los sacerdotes con ella.

-- Parece ser que la primera estrella tuvo una visión sobre ti, te vio liderando parte de las tropas del Imperio, usando tu mana sagrado.

La princesa hizo una pequeña mueca mientras alzaba la mano de su mano y dejaba salir un poco de su poder mágico en forma de luces doradas que comenzaron a envolver la habitación entera. Su padre siguió su ejemplo, su mana era del mismo color que el de la princesa, pero de un tono más intenso, la habitación ahora parecía estar hecho de oro con el mana de ambos mezcladas.

-- Hubiera preferido seguirte protegiendo en este castillo mientras yo peleaba por nuestra tierra...

-- No tiene que culparse padre mío -- la princesa le sonríe un poco, intentando transmitirle confianza -- si nuestro Dios Astotelia le ha mostrado esa visión a uno de los sumos sacerdotes debe ser por algo... cumpliré mi papel como una servidora de nuestro Dios y lo acompañare a donde sea padre.

-- El campo de batalla no es algo fácil de ver querida... ¿Podrás soportar las imágenes que veras allá?

La mirada de Venus se pierde en los recuerdos, en especial los momentos donde está llena de paz en los jardines de su palacio junto a su madre y a su hermanito, le encantaría seguir viviendo de esa manera, sin preocupaciones, pero al parecer los Dioses tienen más encomiendas para ella.

-- No puedo mentirle, tengo mucho miedo, no sé qué es lo que veré al llegar, pero es uno de mis deberes como princesa velar por mi gente.

Su padre le asintió, marcando el destino de la primera princesa que se retiró después de una reverencia.

Al día siguiente, el Emperador se retira nuevamente a la guerra, pero esta vez acompañado de su primera hija, la madre de la princesa lloraba junto a su hijo menor, rogando por el bienestar de su primogénita.

-- Ten mucho cuidado mi gorrioncito -- le suplica su madre tomándola de las manos -- le rogare sin cesar a Astotelia para que regreses con bien.

Venus la abraza con mucha fuerza, sabiendo que la extrañaría mucho.

-- Lo hare madre, ten fe en nuestro dios, volveré a tus brazos antes de que te des cuenta.

-- Estaré esperando ese día.

-- Los quiero a ambos.

Con un beso en la frente, Venus se despidió de ambos, mientras a lo lejos veía a sus otros hermanos que la despedían a lo lejos. Viendo como la sombra de la princesa y de su padre desaparecía poco a poco hasta ya no verse a ellos ni a los soldados que habían ido detrás.

Solo quedaba rezar por que el dios Astotelia los protegiera con su manto dorado.

Solo quedaba rezar por que el dios Astotelia los protegiera con su manto dorado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐕𝐄𝐍𝐔𝐒 *𝐋𝐚𝐬 𝐉𝐨𝐲𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora