#1 ; mundial.

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Argentina había quedado afuera del mundial, y el simple hecho de pensar en lo mal que la estaba pasando Valentín me destruía completamente

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Argentina había quedado afuera del mundial, y el simple hecho de pensar en lo mal que la estaba pasando Valentín me destruía completamente.

Lo habian dado todo, y estaba super orgullosa de nuestra selección. Orgullosa de mi mejor amigo, quien había llegado después de muchos años de esfuerzo y trabajo a donde estaba ahora.

Sequé mis lágrimas mirando hacia todos lados en la cancha, pensando en que tal vez no todo estaba perdido.

Sentí los brazos de Patricia -la mamá de Valentín- rodearme en un abrazo.

—Ya está mi vida, Valen va a estar bien, este no es el final de todo, ¿viste hasta donde llegó?, ahora lo que nos queda es apoyarlo y acompañarlo en todo— la más grande suspiró mientras acariciaba mi espalda brindandome calma.

Me tomé un momento para poder procesar todo lo que pato, me había dicho. Tenía razón, un pibe como Valentín estaba hecho para comerse al mundo.

A medida que la gente se iba yendo a sus respectivos hogares, los jugadores también iban saliendo del vestuario para poder irse con sus respectivas familias, pero Valentín aún no habia salido.

Decidí llamarlo para asegurarme de que todo esté bien, pero no atendía. Lo llené de mensajes, y nada.

Por inercia, decidí ir hasta su encuentro para ver si todo estaba en orden. Pero fue inevitable no soltar algunas lagrimas cuando un valen llorando sentado en uno de los bancos del vestidor se presentó frente a mi campo visual.

Me acerqué despacio a el pelirrojo y me senté a su lado sin emitir sonido alguno, simplemente lo abracé y apoyé mi cabeza en su hombro.

Sabía lo importante que esto era para el, y también sabía lo autoexigente que valentín podía llegar a ser a veces.

—Perdoname. Te decepcioné, los decepcioné a todos— el colorado entre suspiros pesados tomó su rostro con frustración.

—Ey valen, no, no digas eso— yo por mi parte lo tomé del rostro mirándolo y limpie como pude las lágrimas que se deslizaban lentamente por sus mejillas —Dejaste todo ahí, y todo el país lo vio. Estoy más que orgullosa de todo lo que hiciste hasta acá, y ni te cuento tu mamá, y toda tu familia— le sonreí calidamente mientras intentaba que se tranquilice.

El contrario me devolvió la sonrisa débilmente, cosa que era completamente entendible.

—¿Vamos colo? tu familia te espera— pregunté mientras acariciaba su espalda cariñosamente.

Valentín asintió y se paró del banco en el que estaba sentado, y se colgó el bolso con sus cosas en el hombro.

Le extendí mi mano para que la agarrara y así lo hizo.

Ambos salimos de los vestuarios buscando con la vista a la familia del Valentín. Cuando los vimos caminamos hacia ellos.

Estos no tardaron en envolver con sus brazos al pelirrojo felicitandolo y consolando debido a lo que había pasado. Este por su parte, recibió tales muestras de cariño gustoso.

—Gracias a todos por haberme acompañado en todo este trayecto, posta es muy importante para mi que estén presentes— habló el chico y dejó un tierno beso en la mejilla de su mamá a la cual abrazaba de costado —¿nos vamos?— preguntó viéndonos.

Asentimos y salimos de una vez por todas del estadio.

Vi como Valentín cargaba su bolso en el auto, ya que su familia ya estaba adentro.

—¿No venís?— me preguntó viéndome.

—Me encantaría ir pero le prometí a mi viejo que iba a volver al hotel apenas termine el partido, perdón valen. Anda, disfruta con tu familia— sonreí asintiendo levemente con la cabeza.

—Está bien, supongo que nos vamos a ver pronto, ¿no?— dijo mientras se apoyaba un poco en el auto jugando con sus manos.

—¿Sos joda, valen? vivo en la cancha, vos también y sos mi mejor amigo, ¡obvio que nos vamos a ver pronto!— reí levemente y golpee su hombre apenas sin causarle ningún daño.

—Nos vemos, juju— se despidió de mi usando ese apodo que tanto me gustaba.

—Nos vemos valen, avisame cuando lleguen— me acerqué a el y dejé un beso en su mejilla.

Iba a irme, así que me di la vuelta y empecé a caminar. Bastó con dar solo unos pasos para que el contrario me llamara

—¡Juli!— exclamó llamando mi atención haciendo que me diera vuelta.

—¿Si?— pregunté extrañada.

Este sin decirme nada, me abrazó fuertemente levantándome algunos centímetros del suelo.

—Te quiero julieta— susurró para mi sin separarse de aquella agradable unión.

—Te quiero valentín, mucho mucho— correspondí mientras cerraba mis ojos disfrutando de dichoso abrazo.

Por primera vez en mucho tiempo estaba experimentando algo lo cual había olvidado. Lo que implicaba ese sentimiento tan lindo; el sentirse en casa.




















































@ c0smicbj

☆☆☆-ay, quedó re cortito, pero quería darle una pequeña introducción.

gracias por leer¡!

morocha - valentín barco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora