Capitulo 2

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Al momento de colgar troto hacia Ashton.

— ¿Ya terminaron su pelea de hermanos? No es por entrometerme pero entrar a un cuarto random es algo... — hago un ademán de estar pensando aunque se perfectamente la palabra que busco — ¿estúpido? ¿inmaduro? ¿poco ético? Ah, ya se: es un ataque directo a la privacidad.

Reprimo mi risa triunfante cuando el solo se acaricia los cienes con frustración.

—Mira, niña, este es su cuarto también. No hay ningún error y como le expliqué a ella te explico a ti, serán compañeras de cuarto quieran o no así que — con una reverencia y ánimo de burla dice: —, te deseo las mejores de las suertes, mocosa.

Miro atónita como se regocija mientras huye de algo que, sin duda, debe ser las peores noticias que he recibido. Por ningún motivo me quedaré con la hijita de papi que necesita tener la atención de todos siendo "la chica mala". Definitivamente no será con la que pasaré el año.

—Señor, soy yo, yo también soy tu hija.

Justo al abrir la puerta me doy cuenta de que mi amable y muy educada compañera de cuarto está acostada en mi cama con sus All Star llenas de lodo comiendo chucherías, mis chucherías.

Oh, esto es un claro acto de guerra.

Pobre rubia oxigenada, para su mala suerte soy de LATAM.

—Sera que en tu torre de mármol pulido no te enseñaron los modales, la cortesía o de casualidad la decencia...— me interrumpe y eso no hace mas que exasperarme aún  más.

—Marfil — dice para mirarme inocentemente.

—¿Que?

—Torre de marfil, mi torre es de marfil, pero claro, ¿Tu como puedes saber eso?

—Ser sarcástica o lo que sea que intentas no te hace cool ni mucho menos misteriosa.

—Oye granjera, te lo explicare una sola vez: no eres mejor que yo ni te absuelves de ser una idiota inmadura que cree que toda persona con dinero es automáticamente un nehandertal con menos neuronas que una esponja así que haremos esto; tu te mantienes en la parte mas fea y mal oliente donde perteneces y yo me enfocaré en volver a mi torre de marfil donde pertenezco.

Coño

La escaneo completamente con odio, le pico los ojos y salgo de la habitación sin más nada que decir.

...

Después de dar un par de vueltas a toda la propiedad, que sin dudas es enorme, me apresuro a llegar al dormitorio pues solo estoy a minutos de incumplir al famoso toque de queda, y digo "famoso" porque el mismo se repite tres veces en las reglas del internado, sin contar que lo marcan como si fuera un delito federal no estar acostado justo a la hora que ellos dicen.

Ya en el pabellón de mujeres me siento mas aliviada pero no dura mucho ya que choco con una persona y justo ahí todas mis alarmas se dispararon.

—Lo siento, no fue mi intención.

Veo a un chico con aire de surfista californiano de casi dos metros, según mi pequeña perspectiva, uniformado con algo que distingo militar.

—Si ya terminaste de alimentarte con mi escultural cuerpo ¿puedes darme tu nombre.

— ¿Disculpa?

—Solo bromeo, pero si necesito tu nombre.

— ¿Por o para que exactamente? — pregunto confundida en un cien por ciento.

—Necesito llenar un hoja con los datos de cada persona que incumple las reglas de esta respetable institución.

— ¿Y quien se supone que eres para hacer eso?

—Soy el guardia de este lugar— creo que nota mi incredulidad pues casi inmediatamente se corrige: — al menos del pasillo tres, ala este del pabellón de mujeres.

— ¿Que hacen los directores al tener esa información?

—Pues esta todo en las reglas, ¿que acaso no lo leíste todo?

No

—Solo responde — digo irritada.

—Te dan una marca roja, se supone que son tres marcas, si obtienes las tres solo hay dos escenarios los cuales son: repetir año, si son benevolentes o,, expulsión definitiva.

—Y como somos amigos no llenaras ese formulario, ¿cierto? — digo con una sonrisilla.

—No somos amigos.

—Si lo somos, hemos hablado por mas se cinco minutos, somos mejores amigos — sigo mi camino hacia mi cuarto dando pequeños saltos inocente.

—Espera, eres muy tramposa, ni siquiera sabes mi nombre y yo mucho menos el tuyo.

— ¿Que lo que tu dice muchacho?, si hasta me estas acompañando a mi habitación— paro y lo miro a los ojos— ere un caballero.

—No estoy haciendo tal cosa.

— ¿Y porque llegue sana y salva a mi humilde morada?

Me mira estupefacto cuando cae en cuenta de que estamos en frente a una de las puertas de los dormitorios mientras que yo hago todo lo posible por no reírme en su cara.

—Mi héroe — digo mientras suelto un suspiro de  ensueño y sin dejar que diga algo mas abro mi puerta para acto seguido cerrarle en la cara.

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⏰ Última actualización: Mar 23 ⏰

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