ʚ( Cuarta Carta )ɞ

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23 de febrero del 2019.

Tomé un descanso de las cartas, ¿te has dado cuenta? Miyeon se enteró de que las sigo escribiendo, de que sigo enamorada de ti, esperando que vuelvas a mí otra vez. Se supone que no debería estar haciendo esto, pero más fuerte es mi deseo de seguir recordando nuestra historia.

Tal vez lo nuestro nunca fue lo enfermizo, tal vez sólo yo lo era. Porque jamás pude soltarte, jamás pude mirar otros ojos, jamás pude tocar otra piel, y no soportaba ni soporto la idea de que tú sí puedas.

Soy egoísta, cariño, siempre te he querido para mí, toda para mí. Tú deseabas volar, conocer más soles en la galaxia, tocar más almas, pintar más cuadros, y aún así no podía dejarte ir. Es curioso, creía que yo era la que estaba atrapada en tu jaula, mas eras tú quien no podía escapar.

Pero lo lograste, te has ido.

¿Qué tan hermoso es el cielo sobre las nubes? Apuesto a que ya lo sabes.

Los primeros días de nuestra relación oficial eran los más soleados de todos. Me mudé contigo porque ya no podíamos separarnos, ibas conmigo a comprar el desayuno y volvíamos con una rosa negra en tu mano izquierda.

Irene comenzó a ser más cercana a nosotras, habían días en los que nos quedábamos charlando y el café se volvía frío, las media lunas también.

Dijiste que extrañabas las fiestas así que organizamos una, invité a Miyeon y a Irene, ahora eran amigas nuestras. Chaeyoung no contestaba mis llamadas, fui a su casa y su novia Suzi me dijo que se estaban preparando para mudarse a París, donde sus cuadros cobrarían más sentido. Me enojé con ella, Jennie, así que ignoré las advertencias de Suzi y la busqué.

Discutimos, me dijo que eras mala para mí, que no podía creer que haya dejado mi buen trabajo por ti, se sentía traicionada después de que la abandoné para quedarme contigo. Le dije exagerada, le desee una buena vida en Francia y me fui.

Nunca más volví a verla.

Llovió el día de la fiesta así que estabas contenta, yo también por verte así. Sonreías sin parar, te divertías, me besabas, bebías y bailabas. Esa eras tú, la verdadera tú. Una parte de ti que no había visto jamás, te gustaba no preocuparte por nada. Ni siquiera te enojaste conmigo por bailar con Miyeon, es más, te uniste y bailaste con Irene.

Todo estaba siendo demasiado bueno hasta que vi a Jisoo entrar. Me dijiste que la habías invitado, fuiste y la abrazaste en bienvenida.

A mí nunca me habías abrazado al llegar a casa.

Toda la noche estuviste con ella, jugaban juntas, volviste a reír, me veías a lo lejos pero no decías nada. Estabas feliz de que ella estuviera contigo pero nunca seguiste sus intentos de coquetearte, estabas siendo decente a pesar de que rompías mi corazón.

Al final discutimos otra vez porque ella te besó cuando se fue. Lloré encerrada en el baño y tu gritabas que lo sentías al otro lado de la puerta.

- ¡Lo intento, Lalisa, pero es difícil, lo siento!

Me veía rota en el espejo, rota pero en una pieza. Y aún así salí de ahí y te vi a ti también destruida, nos estábamos haciendo daño.

- Lo siento mucho.- volviste a repetir.

- Te amo, Jennie.- confesé.- Te amo con toda mi alma, por eso no puedo irme de tu vida.

No sabías que decir, te pusiste nerviosa, no estabas lista para oírlo, no quieras hacerlo, así que solamente hicimos el amor de nuevo. En eso se basaba nuestra relación, llorar hasta gritar y terminar en la cama desnudas.

Todo fue diferente después de mi confesión, porque un día me viste a los ojos y me propusiste tener una relación abierta. No estabas preparada para amarme, no te gustaba estar atada a mí. Pero prometiste que sería un tiempo, al menos hasta que supiera qué hacer. Veríamos a otras personas pero al final del día estaríamos durmiendo en la misma cama, compartiendo un departamento.

Acepté.

Acepté porque sabía que me harías daño, quería que me lastimaras para poder irme y odiarte. Con cada herida te amaría un poco menos, hasta quedarme vacía de ti.

Seguiste pintando mi cuerpo pero yo ya no posaba para ti, seguiste dejando dinero sobre la mesa pero yo ya no quería tomarlo.

Tenías una fortuna, Jennie eras millonaria. Tu mamá en Corea te mandaba millones cada mes, pero seguías viviendo en un edificio pobre, en un departamento pequeño, durmiendo en una cama que se movía de más, pintando en una sala de colores opacos. Tenías todo para ir a ver a tu madre y seguías estando conmigo, llorabas de vez en cuando.

Una noche te vi bajar del auto de Jisoo, no dije nada al verte. Lloraste a mitad de la noche, me desperté y te vi sentada en la orilla. Llorabas con fuerzas, cuando pregunté el porqué me contaste todo.

Tu madre estaba enferma, tu padre se había ido, no tenías hermanos, seguías sintiéndote sola. No sabías como llevarlo todo, no sabías porqué no podías enamorarte de mí, no sabías porqué deseabas estar con más mujeres pero una vez con ellas querías volver conmigo.

- No me acuesto con Jisoo desde que somos una pareja, Lalisa.

Querías la relación abierta para que yo encontrase a alguien más, no para que tú pudieras hacerlo. Te dije que estaba bien, que yo no quería a nadie más que a ti, que por más que lo quisiera no puedo estar con alguien que no seas tú.

- ¡Ese es el maldito problema! - te levantaste.- ¡No quiero que estés conmigo, Lalisa, soy un desastre y te estoy volviendo uno!

Cuando me desperté a la mañana siguiente ya no estabas. No estaba tu ropa, no estaban tus cuadros, no había ninguna señal de donde te habías ido.

Te esperé semanas, Jennie. Hasta que el dinero que me dejaste comenzó a ser poco y las rosas negras que jamás dejé de comprarte se marchitaron sobre la mesa.

Comencé a trabajar con Irene y se le escapó que vivías con ella.

Quiero verte otra vez, amor mío que ya no me pertenece.

Por siempre,

Lalisa Manobal.

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𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 › ࣪ ( jenlisa ) ׂ ♡ ⃞ !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora