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9 de enero del 2019.Aún no sé sí lees mis cartas, no has respondido, ni tampoco le he preguntado al cartero sí te las ha dado en la mano o puesto en el buzón. Las estoy enviando a la casa de Irene, me dijo que ahora vivías ahí con ella. Pero conociéndote, Jennie, te has ido ya.
Una parte de mí desea que no estés leyendo esto porque estás finalmente en casa, en Corea con tu mamá.
Me acuerdo lo emocionada que estabas en esos días lluviosos, a mí no me gustaban pero a ti se te veía feliz. Y no hablo de la falsa felicidad que normalmente tenías, esa era real. Te gustaba que lloviera porque te recordaba a tu niñez, cuando te metías entre las sábanas de la cama de tu madre con el miedo a los truenos haciendo que tu corazón no dejase de palpitar eufórico, y ella te abrazaba con fuerzas diciéndote que las lluvias eran buenas porque hacían a las flores crecer.
Entonces dijiste algo que jamás olvidé.
- Soy una flor marchita, y tú eres un sol de verano, pero por más que ilumines sobre mí jamás podré florecer de nuevo.
Alguna vez fuiste una flor hermosa, te imagino así, cuando eras niña, una dulce flor amarilla repleta de vida. Pero perdiste tu color, las abejas se alejaban de ti, y tus pétalos caían uno a uno.
Sin embargo, aún como el desastre que te veías, seguía pensando que eras y eres la flor más hermosa del jardín. Aunque estés apagada, aunque tu tallo a penas te sostenga, sigues de pie.
Y hablando de flores, conocimos a Irene en una florería, ¿te acuerdas de eso también? Creías que las flores eran cursis, un cliché, no eran hermosas cuando estaban cortadas, preferías pintarlas.
Caminábamos haciendo bromas estúpidas por la avenida y me detuve al ver rosas negras. Nunca había visto rosas negras, Jennie, y tú dijiste que yo era como una.
- Solamente crecen en un lugar en todo el mundo, se pueden imitar en otros lugares pero jamás se verán igual, son únicas.
Fue tu forma de decirme que yo era la única en tu vida.
Te compré una, no sabía lo que significaba, pero quería hacerte saber que también eras la única para mí.
Las rosas negras significan amor trágico, Jennie, como el nuestro.
Aunque dijiste que yo era cursi y te reíste, la tomaste y la tuviste en tu mano izquierda todo el día, pues la derecha apretaba la mía.
- Que linda pareja hacen.- dijo Irene, quien me vendió la rosa.
No éramos una pareja, pero no negaste nada, soltaste un "gracias" con una tímida sonrisa.
Y luego de ese día paseabamos una vez a la semana, te compraba una rosa negra y Irene nos decía que éramos la pareja más hermosa que haya visto.
Tiempo después comenzaste a pintarme.
Me sentaba en medio de tu cama y me pintabas, algunas veces desnuda, otras con una sábana tapándome, pero jamás con ropa. Te gustaba así, te gustaba mi cuerpo, lo decías con cada cuadro.
Cuando terminaste el primero me diste dinero, me confundí.
- Eres mi musa ahora, Lalisa.
- Pero, ¿por qué me pagas?
- No has trabajado, ¿cómo seguirás pagando el desayuno?
Tú te diste cuenta antes que yo, lo sabías, dejé mi trabajo para pasar más tiempo contigo. Enfermizo.
Ya no sabía cómo definir lo que éramos, ¿musa y artista nada más? Sabíamos que algo nos pasaba, que las rosas negras tenían un significado diferente para nosotras, que los besos tenían un sabor más dulce sí venían de tu boca, que hacer el amor era más que solamente tocarnos por placer. Estaba enamorada de ti, tan perdidamente enamorada.
Ya no me querías como amiga, me querías pintar, querías que te viera todos los días, querías que dejase todo por ti. Sabías que te amaba.
Desde el primer desayuno, desde que te traje el café, me viste a los ojos pero no dijiste nada, no dijiste "gracias", y supe que lo nuestro siempre sería una balanza con más peso de un único lado. Yo te daría, daría una y mil veces más mi corazón, mi amor, mi atención, mi tiempo, todo era tuyo. Hasta mi vida te hubiera dado sí me lo pedías.
Todo estaba siendo perfecto, ¿no? En mi mente lo era, creía que pronto me pedirías que fuera tu novia y ya no tu musa, que me ibas a confesar estar enamorada de mí tanto como yo de ti, que viviríamos juntas en este departamento con vista a la pared de un edificio en medio de un hermoso paisaje.
Pero golpee la puerta otra vez y Jisoo abrió.
Volviste a tocarla, volviste a hacer el amor con ella, tu camiseta blanca favorita ahora cubría la piel desnuda de la rojiza. Me comencé a romper ahí, Jennie, yo no era fuerte, me dolía.
Te lo dije, te dije que me estabas rompiendo, que no quería volver a verte con Jisoo. Hasta te lloré, me partí en mil pedazos de rodillas frente a ti, suplicando que me ames de una vez.
- Puedes irte ahora, Lalisa.- dijiste, tomaste mi mano, me miraste de nuevo.- Ya no estoy marchita, estoy totalmente muerta, no hay raíces debajo de mí.
Otra vez no hice caso, otra vez me quedé contigo.
Me quedé y te prometí no soltarte nunca más, te prometí escucharte, te prometí más rosas negras, te prometí más cuadros, te prometí el mundo mismo con tal de que aceptases mi amor y compañía por más tiempo.
Hicimos formal nuestra relación, no podías darme tu corazón pero aceptaste intentarlo conmigo, intentar enamorarte de mí.
Nunca lo intentase verdaderamente, ¿no?
Antes solía culparte, culparte por mentirme, por no amarme. Pero lo cierto es, Jennie, que toda la culpa cae sobre mí. Tú abriste la puerta de tu vida una y mil veces, y una y mil veces más me senté en el sofá de cuero gris de tu departamento diciéndote que jamás saldría de ahí hasta que ya no me necesites más.
Pero yo no decido cuando me dejas de necesitar, cariño, eso lo deberías decidir tú.
Por siempre,
Lalisa Manobal.
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𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 › ࣪ ( jenlisa ) ׂ ♡ ⃞ !
Fanfic꒰ 𝗝𝗘𝗡𝗟𝗜𝗦𝗔 ꒱ㅤ▍❛ La Historia de un Amor Enfermizo ❜ ◖𖧧. ━━━━━━━━━━━━━ ⋆ ━━━━━━━━━━━━━ 𖧧. ◗ ㅤ꒰𖥔꒱ 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐄𝐓𝐀. ㅤ꒰𖥔꒱ Autora original: © 𝗰𝗮𝗸𝗲𝗵𝘆𝗼 ㅤ꒰𖥔꒱ Mencion Drama , Sencible , Angst. ㅤ꒰𖥔꒱ Adaptación jenlisa. ㅤ꒰𖥔꒱ Gráficos por:...