Sept

145 21 0
                                    

Shim estaba sosteniendo un papel con fuerza entre sus pequeñas manos. Estaba ansioso y avergonzado, hace cuatro días había pasado aquella especie de confesión y hasta aquel día no había cruzado ninguna palabra ni mirada con Sunghoon, ni si quiera habían compartido un espacio en común gracias a la cobardía de Shim. No se había acercado, pero hasta donde sabía, Sunghoon terminó con Wonyoung un día después de haberle confesado que le gustaba.

—¿Estás listo? —inquiere Ni-ki, quien estaba hablando por teléfono con Shim desde hace media hora atrás.

Ni-ki era el segundo mejor amigo de Jake, quien había tenido que ir a Japón por razones familiares, pero nunca perdieron el contacto. Cuando Jake se le confesó a Sunghoon, comenzó a hablarle a Ni-ki sobre aquella confesión y Nishimura nunca lo defraudó, nunca lo criticó; es más, ahora lo estaba apoyando.

Jake estaba frente la casa de los Park con una especie de carta toda arrugada en sus manos, a causa de los nervios había estrechado aquel papel blanco con bordes celestes pastel que contenía dentro todo aquel sentimiento dulce y demasiado empalagoso que había escrito para Sunghoon.

Armándose de valor le dijo a Ni-ki en voz baja que después le contaría su fracaso y le colgó, hasta que finalmente guardó su celular y con pasos temblorosos y torpes se posicionó frente a la puerta de madera para después golpearla con su mano derecha.

—Hijo —sonrió la señora Park cuando abrió la puerta. Su sonrisa derrochaba ternura y amabilidad por todas partes, después de todo, era como la madre atenta que nunca tuvo. —¿Qué tal? ¿Buscas a Hoon?

Shim asintió con su cabeza repetidas veces, demasiado avergonzado. Sin decir ni una palabra se adentró al lugar cuando su madre no biológica se hizo a un lado dándole permiso.

—Está en el segundo piso, ve con cuidado.

Y sin más le agradeció en voz baja y continuó su marcha en busca de Sunghoon. Subió las escaleras con cautela y caminó hasta la puerta de la habitación de su menor y finalmente tocó la puerta.

 Subió las escaleras con cautela y caminó hasta la puerta de la habitación de su menor y finalmente tocó la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las risas del lugar se escuchaban en todos los rincones de aquella casa. Sunghoon –quien tenía 7 años– estaba sobre Jake –de 8 años– mientras le hacía cosquillas. Le gustaba bastante ver como su Hyung reía y reía, o como pequeñas lágrimas caían de sus mejillas producto a la risa incontrolable que lo atacaba. Cuando se quejaba de que le dolía la pancita y sus mejillas o cuando le decía que parara, que le daría un zape si no paraba.

—¡Sunggie!

—¿Qué? —sonrió divertido mientras sus dedos ágiles seguían haciendo presión repetidas veces sobre las costillas del mayor.

Este no paraba de reír, sus ojos estaban más achinados que antes y estaba que estallaba. No respiraba bien, sus mejillas estaban sonrosadas y calentitas.

—¡Ya, ay!

Sunghoon sonrió con travesura y dejó finalmente de hacerle cosquillas. Cuando Jake estuvo a punto de darle un zape mientras soltaba pequeños e inocentes jadeos, Park fue más rápido y besó con inocencia y ternura la mejilla sonrojada de Jake.

—No te perdonaré —dijo el mayor mientras se cruzaba de brazos, manteniéndose recostado boca arriba sobre el suelo.

—¿Y si te doy otro besito, sí me perdonará? —inquirió Sunghoon mientras llevaba uno de sus dedos hasta sus rosados y esponjosos labios.

Shim lo pienso un poco y finalmente cedió a aquella propuesta, asintiendo con su cabeza tímidamente.

Sunghoon se acercó a su mejilla y depósito otro besito en ésta, con dulzura y delicadeza. 

—Yoonie Hyung —murmuró Sunghoon cuando abrió la puerta de su habitación y se encontró con su mayor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Yoonie Hyung —murmuró Sunghoon cuando abrió la puerta de su habitación y se encontró con su mayor.

Shim estaba bastante nervioso y sus piernas temblaban nuevamente. Sus ojos tenían un brillo especial, un brillo que Sunghoon no comprendía, solo le gustaba ver a su Hyung con aquel brillo en sus ojos. Temblaba peligrosamente, como si en algún punto no podría más y caería al suelo; estaba asustado.

—Olvida todo —Jake fue más rápido. —Olvida lo que dije, lo que te confesé —se aclaró, y sus ojos comenzaron a llenarse nuevamente de lágrimas. —Sunggie, no quiero perder tu amistad, en serio no quiero.

Los labios de Park temblaron, y solo se limitó a asentir con su cabeza bastante dolido.

Le gustaba Jake.

Lo supo en el momento en el cual se sintió mal por ser la razón por la cual su Hyung llorara.

Lo supo en el momento en el cual su Hyung salió rápidamente corriendo a la salida.

Pero no supo qué hacer cuando vió una especie de carta tirada en el pasillo, la cual estaba toda arrugada.

せ ₍B₎ O Y S?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora