Anneliese
—Entonces volvieron.Estaba con Layla, mi única mejor amiga, que en verdad lo era.
Estaba sentada en mí cama, mientras yo estaba en mí escritorio. contemplando una de mis pinturas sobré lienzo recién terminada. Le había contado sobre la llamada que escuché de mi tío y Perhan.
—Es lo que escuché, pero fue hace dos noches y no hay rastro de ellos.
—¿Y eso te importa por que...?— me mira y levanta ambas cejas.
Y no sé que decirle, porque la verdad es qué ni yo sé por qué desde que sé que volvieron, en lo único que logro pensar es en que, no se cómo voy a reaccionar si en algún momento llega, y vaya a tener que actuar como si nada hubiera pasado. Y me molesta, porque le estoy dando más importancia de la que debería. Pasaron casi tres años, él ya no me importa.
—No me interesa absolutamente nada de él. Si es lo que piensas.— murmuró, mientras me encojo de hombros —lo que si en verdad me interesa es ver a la señora Klein. Ella es como una segunda madre para mí.
Ella me mira con una media sonrisa y enarca una ceja.
—Ya, claro.— dice, divertida.
—Pues creé lo que quieras.—le contesto. Y ruedo lo ojos.
Ella sonríe ampliamente y abre la boca para decir algo, pero la voz de alguien detrás de la puerta nos interrumpe.
—Chicas, el almuerzo está listo.— nos informa Gabriela, cuando se asomó por la puerta.
—Bien, ya bajamos tía.
Ella asintió y se fue. Yo me dispuse a guardar el lienzo que había usado está mañana, y todos lo frascos de pintura en el escritorio, junto a los pinceles.
Mientras Laila se levantó de la cama. Y me ayudó a guardar todo para luego salir.Bajamos las escaleras, y dado que la mesa hasta a unos diez pasos de distancia de está,
No nos tardamos en llegar y sentarnos. Veo de reojo a mí tío que estaba en el cabezal de está. Y me debato entre
si preguntar o no sobre los Klein.
No quiero que tampoco piense algo equivocado al preguntar por ellos. Tanto como yo y ellos tendríamos problemas por una equivocación.Al final me decido por no decir nada y solo esperar al momento en que ellos lleguen. Y de pasó, me ahorro una crisis nerviosa por saber cuándo van a venir.
Les doy un repaso a todos en la mesa, y a la primera que veo es a Gabriela, junto a mi tío. A su lado está uno de sus hijos. El mayor de ellos, Alexandre. Y a su costado su hermano menor, Adrián. Y a mí lado, en la derecha tenía a Laila, y en la otra cabeza en la mesa estaba mí abuelo.—Alexandre, ¿pudiste hacer lo que te pedí?—pregunta mi tío.
Mi primo levanta la cabeza para mirar a su padre, y una vez que lo mira. Asiente con la cabeza.
—Sí papá, no hubo ningún problema. Se hizo como lo pediste.
Mi tío lo mirá un momento, para luego asentir, satisfecho por el comunicado.
—Muy bien, no esperaba menos.
Mi primo solo asiente y se dispone a comer. Pero sé, que por dentro está orgulloso
Con poder hacer bien su trabajo
Y que mi tío también esté
orgulloso de éste.Mi tío giró la cabeza y miró a su hijo menor.
—Adrián, en una hora necesito que Lleves a Annie con su modista.
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Dime Que Sí
Romance¿Que es lo que puede pasar si tu crush de la infancia vuelve después de casi cuatro años de irse, sin decir nada? Pues yo creía que nada, Después de todo Yo ya no sentía absolutamente nada por él. O es lo que creí.