Crónica

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LA GUAJIRA

Visitar este lugar tan olivdado de cierta manera en Colombia, es ahora una de las experiencias más agridulces de mi vida. Por un lado tiene uno de los paisajes más bellos que alguna vez haya visto y por otro, personas en condiciones de vida tan difíciles que conmueven cada fribra y es imposible irse de allí sin el sabor agridulce. 

Principalmente no olvidaré el color de sus desiertos, se sentía de cierta manera irreal ese lugar, era como ver la vida desde un lente de color naranja que le daba esa tonalidad a todo. Su mar es tan critalino, se ve de un azul increíble y genera mucha tranquilidad estar ahí, es una manera de desconexión total con la realidad. Por otra parte, tuve la fortuna de conocer las famosas rancherias, que son las aldeas de los habitantes Wayúu, allí pude ver un poco de su cultura tan diferente a la nuestra, matrimonios arreglados o dotes que se cambiaban por chivos y prendas de vestir muy llenas de arte. 

Para una amante de las artesanías como lo soy yo, fue algo sin duda hermoso, ya que ellos crean piezas de arte divinas, como lo son las mochilas que son tan conocidas en todas partes. El proceso de creación de estas es cuidadoso y muy perfecto, es por esto que les toma muchas horas. Las personas que van de visita a estos lugares deben ser consientes de este esfuerzo y de que esto es básicamente el único ingreso de estas comunidades que les permiten su sustento, por lo que deber ser un arte valorado y reconocido. 

Finalmente es una tierra marcada fuertemente por el hambre, uno de los escenarios más impactantes fue ver en los caminos como se han inventado falsos peajes para los visitantes en los cuales no piden dinero, sino cualquier alimento, lo más chocante es ver como los que piden esto son los niños, algunas tan pequeños que son llevados en brazos por otros niños. Estas son situaciones muy conmovedoras de ver y que deben causar conciencia sobre lo importante que es reconocer la situación de estas comunidades y no dejar olvidados estos lugares ni hacernos los ciegos o sordos sobre su situación solo porque no nos afecta directamente.

Pensamientos de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora