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Mi hermano y yo, éramos muy unidos , siempre me recalcaba que, si había alguien que tratara de hacerme daño, se lo hiciera saber, no sabía porque me decía esas cosas, Allan era un hombre muy bueno, con los años que había convivido con él, me di cuenta que tenía de todo, menos odio hacia los demás.
A pesar de que mi padre lo echó de casa, Allan jamás se quejó, jamás habló mal de ellos, tenía esa sonrisa que lo caracterizaba, tierno, amable, caritativo... y todo eso yo lo aprendí.
— Elisa es muy bonita — dijo él mientras tomaba un sorbo de su bebida.
Después del encuentro que tuvimos los tres, hacía una semana que no la veía, y en verdad la extrañaba.
— Lo sé, ella es tan tierna, parece que por fin está superando lo que le pasó.
Allan volvió a su silla detrás de su escritorio, y me miró... contrito.
— Ella, ¿Te ha contado su historia? — preguntó.
— No — negué con la cabeza — siento que no es el momento, Elisa siempre se pone mal cuando hablan de su familia.
— Eres su novio, Andrew dale esa confianza que se desahogue contigo, mira que no es bueno guardar mucho dolor dentro del corazón.
Sonreí.
— Tú como siempre hermano, tan noble.
— Me preocupo por ti... quiero decirte algo más Andrew, si llegase a pasarme algo, todo el negocio es tuyo ya sabes lo que tienes que hacer.
En ese instante mi vida quedó en un hilo.
No me imaginaba una vida sin mi hermano.
— ¿Por qué dices eso? Allan no va a pasarte nada todo lo tenemos bajo control, y la competencia sabe de eso...
— Es por esa razón— me interrumpió — también la policía sigue mis pasos, ellos no saben lo que hacemos Andrew, quiero que te alejes, quiero que saques a Elisa de la mansión ¡lo antes posible!.
Todo se había vuelto confuso, jamás había visto a Allan tan descontrolado, él siempre supo controlar sus emociones, pero en ese momento estaba alterado y no entendía nada de lo que estaba pasando con él.
— ¿Elisa? No estoy entendiendo nada, explícame que es lo que está pasando contigo — exigí.
— Ve a casa Andrew, en tu habitación encontrarás algo muy importante... perdona que te lo diga tan de repente pero ya no hay tiempo...
— ¿Qué es es tan importante? Allan todo esto me esta causando desesperación, ¡dímelo ya!.
— Información... sobre tu verdadera familia.
Mi verdadera familia, todo en mi cabeza daba vueltas al escuchar dicha información, ¿Cómo era posible? De todos los hijos que tenían mis padres, yo era el único legítimo, sangre de su sangre.
Al menos, eso creía.
— Allan, esta broma no me gusta para nada... estás... estás mal, ¿Por qué me dices eso?.
Tenía miles de preguntas, y no obtuve respuesta a ninguna de ellas.
— Has lo que te digo, porfavor — agrego lo más calmado posible — en cuanto tengas esa información, traes a Elisa contigo y sabrás toda la verdad, lo prometo.
— Al menos adelántame algo, estoy confundido, ¡¿Por que diablos me dices todo esto justo ahora?! — grité.
— No puedo — sobre sus labios se deslizó una sonrisa, siempre hacía eso para que me tranquilizara — vamos hermanito confía en mi, sabes que jamás voy a defraudarte, eres todo lo que me queda Andrew.
— Allan...
— Anda vete ya, no te preocupes no pasará nada sabes que soy a prueba de balas – rió nuevamente.
— Está bien me iré; pero te juro que vendré por la tarde y vas a contármelo todo.
Dudoso si hacerlo o no, me levanté de donde estaba y abrí la puerta para irme. Allan me dedicó una sonrisa y eso fue lo que no me dejó tranquilo durante todo el viaje. Pensaba en lo que me había dicho; y el porque lo dijo, además de eso Allan siempre se mostró tranquilo pero en esa ocasión lo vi y lo sentí frustrado como si algo le preocupara.
Hacia dos años que no iba a la gran mansión Collins, era mi familia quien vivía en ese lugar eso lo sabía muy bien, sin embargo sabía que algo no andaba bien, mi padre siempre en su despacho hablando por teléfono y gritando como si algo no andaba bien. Mi madre llorando en silencio pidiéndole perdón a alguien, todo era muy extraño y misterioso. Allan jamás me dijo cuales fueron las razones por las cuales el se alejó de ellos, siempre lo pregunté y él esquivaba el tema como si temiera a algo.
Estacioné el auto a unos cuantos metros de la mansión puesto que no quería que me vieran. Antes de salir del auto envié un mensaje a Elisa.
*Quiero verte esta tarde en el mismo lugar de siempre, hay algo importante que debo decirte, te amo*
Elisa siempre respondía en segundos cuando se trataba de mi, era un pacto que habíamos hecho; yo también hacía lo mismo. Pero, en esa ocasión el mensaje no le llegó y fue demasiado extraño, esperé por un par de minutos después la llamé y su teléfono estaba apagado. Sentí un golpe en mi pecho, pero no podía pasarle nada, ¿Quién podría hacerle daño? Estaba siendo paranoico.
La mansión estaba muy tranquila, no habían guardaespaldas como solían tener en la entrada, además de eso la puerta estaba abierta. Más extraño aún.
— ¡Mamá! ¡Papá! — hablé con voz fuerte, y entré.
Me di cuenta que la mansión estaba vacía, era mi momento así que subí a mi antigua habitación la cual estaba intacta y al parecer nadie la había limpiado.
Empecé a buscar la famosa información que Allan me había dicho, cada rincón de la habitación estaba intacto tal y como lo había dejado y ni un solo rastro de algún papel que me diera algún tipo de información.
Resoplé... en eso mi teléfono sonó en una llamada y fue como si lo llamé con mi pensamiento.
— Allan! Estaba a punto de llamarte, aquí no hay nada de lo que dices.
— ¡Sal de la mansión ahora! — ordenó.
— ¿¡Qué?! Pero aún no encuentro lo que busco — respondí confundido.
— Ya no importa Andrew ven a la bodega ahora y no dejes que nadie te vea, ¡Ahora date prisa! — eso fue lo último que dijo y colgó el teléfono.
Allan siempre me dejaba con la duda, sin embargo cuando se ponía así era mejor obedecerle entonces hice lo que dijo, salí de la mansión a toda prisa. Justamente en cuanto llegué a mi auto, mi padre y también mi madre entraron juntos, demasiado misteriosos, sentí el deseo de quedarme pero Allan fue claro con sus instrucciones y debía irme para encontrarme con él.
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Elisa, su regreso
Mystery / ThrillerElisa, la inocente chica de diecisiete años, adoptada por una familia rica, es maltratada verbal y físicamente por todos ellos. Abusada sexualmente por su padre adoptivo, golpeada brutalmente por sus hermanos, humillada por su hermana, tratada peor...