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En Meishan Yu, el hogar de las violetas, había un pequeño niño corriendo por el lugar

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En Meishan Yu, el hogar de las violetas, había un pequeño niño corriendo por el lugar.

De hebras oscuras, ojos plateados y una sonrisa que iluminaba más que el sol. Su pelo ligeramente largo volaba con el viento y sus tunicas se movían al ritmo de sus pequeños pasos.

Tras el, otro niño corría tratando de alcanzarle. Sus ojos eran como el fuego y su pelo como la noche después de un largo día de invierno. Sus mejillas iban cubiertas de pequeñas estrellas marrones y sus tunicas eran del color del mar.

—¡Joven maestro, joven maestro!— el segundo joven llamó angustiado. El otro niño se rio y empezó a correr más rápido.

—¡Deja de llamarme Joven maestro!— Ordenó el otro aún sin detenerse.— Zhiyong, ¡Eres mi mejor amigo! Así que solo tú y mi padre pueden llamarme A-Ying.

—¡Está bien, está bien, A-Ying!—El otro respondió.—¡P-pero detente antes de que caigas y te lastimes!

El otro niño soltó una risita para luego detenerse.

—Okey~— Dijo con gracia.— Zhiyong~ ¡No debes preocuparte por mí! Soy un chico fuerte.— Expreso con orgullo en su voz.

Zhiyong se acercó a él, aún respirando agitado por la carrera.

—Lo sé, A-Ying, eres valiente y fuerte. Pero a veces puedes ser demasiado imprudente. No quiero que te lastimes. Eres importante para mí.

A-Ying sonrió y colocó una mano en el hombro de su amigo.

—Y tú también eres importante para mí, Zhiyong. Me haces sentir seguro y feliz. Siempre estaremos juntos, ¿verdad?

Zhiyong asintió, con una sonrisa cálida en su rostro.

—Siempre, A-Ying. Siempre estaremos juntos, pase lo que pase.

Los dos niños se abrazaron y continuaron su camino por Meishan Yu.

A cierta distancia de ellos, un hombre les observaba con  orgullo y ternura en sus ojos. Era el padre de A-Ying, un hombre de cabellos oscuros ya llegando a gris y vestimenta elegante.

—Mi querido y valiente A-Ying, has encontrado un amigo leal en Zhiyong —Susurro el padre de A-Ying para si mismo.— En estos últimos seis años has sido mi luz... Y temo que algún día te apagues... Elegir a ese joven para que cuidara de ti ha sido una de las mejores decisiones que he tomado...— Cerro los ojos levemente y se dió la vuelta empezando a caminar en sentido contrario así dejando atrás a los niños quienes ahora se encontraban jugando.

— Cerro los ojos levemente y se dió la vuelta empezando a caminar en sentido contrario así dejando atrás a los niños quienes ahora se encontraban jugando

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El Joven Líder de Meishan Yu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora