Causulidades de una vida misma

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Dicen que más casualidades existen
Que lo que le pasó a mi vida solo era eso
Casualidades de la vida misma
Coincidencia pero nada más

Como Podría saber si fue verdad o mentira
De mis propios ojos o de mi corazón que anhelaba que lo amasen como en su mirada lo veía

El maestro de educación física esta irritado
Por el inmenso calor que se asomaba bajo ese bello sol que nos alumbraba en pleno cenit
Ese brillar del sol solo presagiaba una cálida sensación dentro de mi ser
Que algo bueno estaba por suceder

Si algo bueno

El maestro le había comentado a mis amigas que se había enterado y jume había sentenciado astrales de ellas me comunicaran que así como había participado en segundo año en educacion física así este año debía participar y esta ves no me saldría con la mía aunque intentara conversarlo con lágrimas

Cuando me entere de laque suceso
No me quede callada

Y les pregunté si le habían dicho que en efecto había participado, pero con falda
A lo cual solo me permitió que participara de aquella forma porque ya me habia reprendido hasta las lágrimas

El maestro de educación física
De este último año de secundaria
Nos había impartido clases en primer año

De verdad amaba los deportes
Al menos observarlo
Pero deseaba ser partícipe

Solo que había un ligero detalle
Teníamos que usar short
Y toda mi vida los he odiado

Hubo una época en que los amaba
De verdad lo amaba
Y amaba usar faldas cortas
A la edad de 6 años

Pero al ser mi mente tan meticulosa
Tan detallista
Tan ensimismada
Escuchar los chiflidos de los vecinos
Mi ser se inundó de tanta pena
Que en aquel momento me sentencié
A no volver a usar nunca más
Una falsa corta donde provocará
Mi propia humillación ante los demás

Así fue que tanto en la primaria como en la secundaria me negaba a participar
Aunque el maestro en principio lo tolero
No así lo dejo pasar.

Habian pasado Tres largos bimestres con la misma calificación,
Amenazantemente me mando a llamar con uñas mis amigas,
Tanto ellas como yo temiamos lo peor
Aún con todo mi miedo,
Tenía que obedecer
Era un mayor
Y aún cuando no me había dado cuenta que aunque no me estuviesen regañando el sentimiento de pena profunda tocaría el fondo de mi ser para traer a colación las lágrimas sin fin que mi rostro dejaba notar ruborizantemente,
Me daba vergüenza que me vieran tan enrojecida pero la pasión tal eran de mis lágrimas del dolor tan por la humillación que yo misma me estaba sometiendo no podría controlarlo era incluso más fuerte que yo

La psiquiatra en estos tiempos me dijo que poseo un cerebro muy sentimental
Por eso en que entonces de mi reacción
Sin control, aunque estuviese en secundaria o en las mísma universidad habría llorado y no por causar lastima o llamar la atención
Solo que en ese entonces y desde siempre esa a sido mi situación las lágrimas sin fin

Estaba entre querer ir y no ir pero debía asumir dicha responsabilidad
Mis amigas insistían que fuera porque venía mi semblante tan indecisa
Temía por mi estancia en dicha institución
Cuando ellas mencionaron si no iba

Quería estar cerca de ellas
Pero también existía la posibilidad de regresar a casa, dejar la escuela, regresar al lugar que tanto quería y que había emprendido junto con mi madre esa amada tienda, donde podría ser yo misma donde podría hacer y deshacer sin que nadie me dijese nada
Donde mis padres y yo aparentemente tenía el control sobre aquel lugar nada ni nadie me haría más daño o me exigirtia hacer lo que no quería en el momento en que me lo indicaran
Y evitar así tanta vergüenza en que me estaba sometiendo ante ellas y ante lo que se veía venir.

La chica intachable: Peter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora