Capítulo #1

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Un año antes.

¿Qué son esos ruidos?>>

Me preguntaba mientras abría los ojos perezosamente y los frotaba con el lateral del puño. Coloco una almohada sobre mi cabeza y la aprieto contra mí para hacer menos audibles los insoportables sonidos. Pero era en vano. Cada vez más alto.

Luego gritos. ¿Órdenes, tal vez?

Ya no me quedó más remedio que salir de mi cómoda cama. Así que salí de mi habitación y bajé las escaleras.

Menudo circo— pensé.

Habían un montón de hombres por toda la sala de estar, acomodando muebles, otros colgando cuadros y lámparas. Se escuchaba el sonido de una podadora, se oían fuera, en el jardín.

—Más a la derecha— indicaba mi mamá.

Siempre se las ingenia para hacerme despertar temprano.

—Mamá, ¿qué es todo esto?— pregunto, aún medio adormilada.

Ella voltea para dedicarme una sonrisa. Hace un ademán con la mano indicando que me acerque. Una vez lo hago (arrastrando los pies porque me pesan hasta las pestañas), ella me abraza de lado y besa la coronilla de mi cabeza.

—La mudanza, cariño. ¿O se te olvidó?— recuerda.

¡Cómo diantres iba a olvidarlo!

Mudarme a esta ciudad me tomó de sorpresa. Y literalmente. Llegaron mis padres una tarde a casa con tres boletos de avión y gritaron: ¡sorpresa!

Al día siguiente, tomamos un vuelo. Nos fuimos del país, así sin más. Según papá, tenían negocios que atender. Pero yo dejé atrás mi escuela, mis amigos, mi ciudad, mi país, mi novio... Dejé todo en aquel sitio del que ahora solo quedan recuerdos.

—Mamá, pero no podrías coordinar más bajito, me estoy muriendo de sueño— volteo con la intención de irme otra vez a mi habitación, pero ella jala mi brazo para atraerme hacia sí.

—Scarlet, cariño, tienes que prepararte. Dijiste que hoy te gustaría recorrer un poco la ciudad. Tal vez deberías salir a dar una vuelta, comprarte algo de ropa... Pero eso sí, con un guardia— recordó.

Y dale con eso.

—Madre, no soy tonta, no necesito un guardaespaldas.

—Como sea, Scarlet, debemos protegerte— me vuelve a abrazar de lado— ¿No estás emocionada? Mañana ya comenzarás la universidad— el entusiasmo es evidente en su tono de voz.

Le entusiasma más que a mi. La verdad no me gusta mucho eso de los sitios nuevos y gente extraña.

—Sí, mama, me entuciasma muchísimo. Ya que... Me iré a preparar— beso su frente para luego subir las escaleras a presión.

Una vez estoy nuevamente a solas en mi cuarto, cierro con seguro y lo dejo salir. Lanzo cojines y almohadas por doquier. Me lanzo a la cama, entierro la cabeza en la almohada y ahogo un grito que me desgarra la garganta.

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2023 ⏰

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