♚𝐋𝐚𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐢𝐩𝐮𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐑𝐚𝐧𝐩𝐨♚

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Habían pasado unas cuentas semanas y realmente nada estaba bien, pensaban que realmente podrían resolver ese estúpido misterio en pocos dias .

Pues se equivocaron , habían corrido ya tres semanas y Dazai y Chuuya seguian dentro del libro algo que inquietaba a los demas , oh bueno , a todos menos a Ranpo , quien estaba bastante tranquilo leyendo uno de los tantos libros de su pareja

Hasta que miro como el albino de ojos heterocromáticos suspiro manteniendo un aire relajado — Ranpo -san

— ¿si?

— ¿usted sabe la razón por la cual Dazai -san decidio no usar su habilidad aproposito?

— ¡yo lo se todo!– de un brinco salto de su silla captando la atención del resto de la agencia

— ¿y podria decirnos?– pregunto curioso

Ranpo sonrio ante la expresión del albino, parecia un gatito rebosante de curiosidad para jugar con su nuevo manojo de estambre — nop – respondio sonriente, con su dedo golpeo su frente– usa tu cerebro pequeño tigre

— p-pero es que-

— trabajas con detectives , ¿tu mentor no te a enseñado bien?– si era cierto que Dazai era el mentor de el chico pero todos le enseñaban los gajes del oficio asi que también el podria pulir los instintos de esa pequeña mente

— es que aun no puedo entender – suspiro el albino bajando un poco la cabeza

— entonces simplemente espera a que las cosas para que entiendas la situación de adultos

Hizo un puchero apartando la mirada a otro lado , Ranpo le tomo del brazo dispuesto a comprar golosinas — en fin, ¡vamonos!

— ¿eh? ¿A-a donde? ¿Tenemos trabajo?

— no, ¡pero iremos por golosinas!– exclamó este emocionado por llevarle muchos dulces a su tierno novelista

— ¿p-pero y el trabajo?

— vamos Atsushi -kun , o no querras que revele nuestro pequeño secreto no es asi Jinko~ – sintió como el menor se estremecia ante la mención del apodo , claramente habia susurrado lo último para que el nada más escuchará pero aún asi estaba nervioso

— s-sabe Ranpo-san c-como que también quiero comprar golosinas

El castaño con boina sonrio satisfecho ante la reacción del otro, celebro por que tendría la compañía del otro e irían saliendo de las oficinas si no fuera por el hombre quien queria como un padre para el , Fukazawa le detuvo tomando le de su hombro — ¿a donde crees que vas?– le pregunto con un tono lleno de molestia – no vas a salir a ningún lado

— ¿eh? Pero si ire a comprar dulces para Poe -kun – exclamó mirando al adulto

— y volveras a casa entendido

— si , sobre eso te iba a decir que me quedaría con el a dormir

Todos miraron al director y al castaño con boina , Fukazawa no iba a permitir eso, debía cuidar la ternura y tal vez la virginidad del chico novelista — no – fue lo que dijo con firmeza

— ¿ah no?– volvió a preguntar ladeando su cabeza – pero no le gustaría que contara a todos nuestro pequeño secreto – le guiño el ojo y el mayor suspiro con pesar a veces la inteligencia del otro iba en contra de todos

— solo asegúrate de no llegar tarde mañana al trabajo – dio media vuelta y se marchó dejando al resto con una curiosidad palpable

— bueno, ahora sí Atsushi, ¡vamonos!

El albino asintió siguiendo al detective quien sonreía triunfante, caminaban por todo el centro hasta que se toparon con el azabache de mechas blancas claramente al verse el sonrojo en sus rostros era muy evidente — bueno hasta aquí puedes seguir – Atsushi miro a Ranpo quien guardaba las cosas para su lindo novelista

— ¿pero y usted?

— ¡yo ire a casa de poe!, Que te diviertas Jinko~ – exclamó al final para irse corriendo

El albino simplemente bajo la mirada sonrojado recordando la vez que rampo se entero oh mas bien fueron confirmadas sus sospechas sobre el pequeño y raro romance que tenía con el perro rabioso de la mafia, fue tan vergonzoso, miro a su compañero este estaba peor que el — creo que quiero imitar a Dazai -san – exclamo Atsushi

Se gano la atención de su compañero ante aquellas palabras con curiosidad le respondió — ¿como quieres imitarlo?– pregunto

— quiero hacer un suicidio doblé

Ambos se miraron para reir un poco y olvidar el momento de bochorno que tenian en ese instante — ven vamos a mi casa – el albino le tomo de la mano con delicadeza – te preparare algo esta bien

— jumm, creo que soy yo el que debe consentirte a ti – respondio el otro volviendo a sonreír un poco

— bueno, entonces vamos .

𝐌𝐞𝐧𝐮𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐷𝑒 𝑝𝑎𝑐𝑜𝑡𝑖𝑙𝑙𝑎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora