QUÉ HE HECHO + HASTA QUE TODOS SEAN UNO (Transformers X MLP:FIM)

One-Shot 2

One-Shot 2: Instrumentos De Destrucción

Era un nuevo día en la gigantesca prisión subterránea conocida como Tartaro y, como la mayoría de los días, todo estaba tranquilo. A pesar de que esta prisión era famosa por albergar a las criaturas más peligrosas de la historia de Equestria, ninguna de ellas emitía ningún sonido y solo se acostaba en sus jaulas. De hecho, la mayoría de ellos estaban dormidos mientras que otros simplemente descansaban. Para alguien que es consciente de la naturaleza violenta de los monstruos, este sería un espectáculo verdaderamente inusual para contemplar. Sin embargo, ese alguien ignoraría por completo el hecho de que estos monstruos estaban cansados ​​​​de intentar escapar de su situación y, por lo tanto, no tenían voluntad ni energía para hacer otro intento en absoluto. Por otro lado, esto estaba muy lejos de los eventos que habían ocurrido aquí hace un par de semanas.

Todo comenzó con la llegada de un nuevo recluso que no se parecía en nada a las otras criaturas encarceladas. Si bien todos eran orgánicos, el recién llegado era puramente de metal y mucho más grande que los demás (de hecho, tenía unos diez metros de altura). Lo que era aún más inusual era que era bípedo, tenía dos brazos y dos piernas, y tenía un arma en forma de cañón en su brazo derecho. Su combinación de colores era principalmente gris con secciones negras en las piernas, rojo en los brazos y el pecho y líneas púrpuras brillantes en el pecho y las piernas. Había grietas y abolladuras en todo su cuerpo, y sus ojos brillaban intensamente de color carmesí. Tanto por sus ojos como por su expresión facial, se puede ver fácilmente que estaba muy furioso por algo y la forma en que miraba a su alrededor mientras era escoltado a través del Tártaro por los dos guardias reales y la propia Princesa Celestia estaba causando que cada una de las criaturas (incluso Cerberus) a temblar violentamente de miedo. Finalmente, el nuevo recluso fue llevado a una pared en el borde de la prisión y fue encadenado a esa pared mientras la Princesa imbuía las cadenas con un encantamiento especial para precauciones adicionales. Una vez que todo terminó, ella y los guardias salieron de Tártaro por el mismo portal en el que llegaron allí y en el momento en que el portal se cerró, fue un caos total en toda la prisión, ya que todos los reclusos intentaron escapar arañando y mordiendo sus celdas para escapar del recién llegado del que estaban completamente aterrorizados.

Tomó casi un día entero para que cesara la conmoción y las criaturas se quedaran sin energía para intentar escapar. Al final, se dieron cuenta de que escapar era realmente imposible y que debían permanecer en sus celdas sin hacer nada que pudiera molestar al recién llegado.

Dicho recién llegado, por otro lado, no había pronunciado una sola sílaba ni movido un solo engranaje desde que comenzó su encarcelamiento en el Tártaro. A pesar de que su óptica estaba constantemente cerrada, no estaba durmiendo en absoluto. En cambio, estaba sumido en sus pensamientos sobre todo lo que le había sucedido en las últimas semanas, incluida la humillante derrota que había sufrido a manos de sus enemigos mortales y la forma en que algunos de sus aliados más cercanos lo abandonaron en este repugnante pozo negro. Un planeta. Más importante aún, estaba pensando en el hecho de que ya no es el temible líder de la gloriosa facción de guerreros que formó hace tantos eones. Ahora que estaba atrapado en este mundo primitivo lleno de insectos, su trono estaba vacante y sus oficiales de alto rango, sin duda, lucharían entre sí para reclamar ese trono.