Dime que es mentira.— Pidió el alemán con la mirada perdida en los ojos grises del pruso.— Por favor, dime qué no es verdad, yo solo te creeré a ti y a nadie más.
Prusia no pudo hacer más que desviar la mirada y echar un suspiro al aire asintiendo a sus actos.
— Lo siento.— Una fuerte cachetada impactó contra su mejilla lo que le hizo agachar la mirada. Levantó su rostro aceptando su culpabilidad, observando con el corazón hecho mil pedazos, el rostro que comenzaba a llenarse de lágrimas por su causa.
La primera vez que Second había llorado, fue cuando perdió a su madre. Esta vez era la segunda y a pesar de saber que era por su culpa, no quiso mostrar una expresión de tristeza o arrepentimiento.
No importa si él también estaba muriendo por dentro.
— Eres un estúpido.— El alemán volvió a acercarse al mayor, golpeando su pecho en reclamo por su actuar.— ¡Estupido! ¡Idiota! ¡Eres un idiota! ¡Te odio! ¡Te odio, Prusia! ¡Te odio!
Esas cortas palabras dolían mucho más que los golpes que estaba recibiendo. Second estaba en todo su derecho, debía dejar que se desahogue chocando sus puños contra su pecho, se lo merecía, merecía cada insulto que le gritaba porque lo que hizo fue demasiado cruel.
Porque rompió la confianza de quién lo amaba.
— ¿¡Si quiera pensaste en mi antes de revolcarte con esa perra!? ¡Dime si al menos lo hiciste! — Second estaba devastado, la persona en quien había puesto toda su confianza le había traicionado.— ¡Destruiste nuestra familia! ¡Destruiste nuestra felicidad! — Sus golpes no se detenían.
Las lágrimas de ojigris no tardaron en caer también pero no eran por el dolor físico. Second estaba tan enfurecido con él como consigo mismo que ni siquiera le importaba si lo lastimaba de más o si es que le respondía con algún acto violento.
No quería detenerse, quería dejar salir toda la rabia que sentía, toda la tristeza, todo su dolor, ¿Por qué tuvo que confiar?
Prusia no se merecía su amor, no se merecía nada de él, en ese momento, lo único que sentía era asco de la persona frente suyo.— ¡Tenemos un hijo! — Su pequeño, ¿Cómo le explicaría lo que hizo su padre? — ¡Debiste pensar en él!
Sus manos fueron detenidas en ese instante. Él se callo de forma abrupta al sentir el aura pesada que emanaba el prusiano. No era algo que le hiciera sentir intimidado porque a pesar de lo que hubiera hecho, sabía que Prusia jamás se dignaria a ponerle una mano encima.
Todavía lo amaba. Prusia sentía de todo por él pero eso estaba mal. Todo a su alrededor estaba mal. Nada debió haber sucedido, su segundo hijo jamás debió haber nacido porque cuando creciera, no sabría cómo explicarle que era su abuelo y su padre a la vez, no sabría decirle que Second era su madre y hermano.
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♡Headcanons de la familia alemana
FanficCositas de esta loca familia envuelta en líos y guerras mundiales.