Sweet Kisses ||HaruDai||✧⁠*⁠。

Corbata arruinada

Desde que su querido novio Kambe Daisuke había descubierto en el una zona sensible, su tranquilidad se había esfumado en , no solo sus tiempos libres juntos, también en sus respectivas horas de trabajo.

Sin previo aviso y sin remordimiento el majestuoso Detective millonario solía mortificarlo acariciando y suspirando en su oído, y claramente los besos no fueron descartados, lo que antes era un martirio, ahora era desesperante.

—Haru-San—, su nombre fue mencionado.

—¿Si?, director—. Fue su respuesta al pequeño y adorable director de la cuarta división el cual previamente se encontraba ejerciendo su pasatiempo.

—Los de arriba han propuesto un trabajo para usted y Kambe, cuento contigo—, fue lo último que dijo el director, recibiendo un asentamiento de Kota Haru, el cual despues de afirmar su participación posa su mirada en su compañero en esta ocasión, El Detective millonario, Kambe Daisuke.

Claramente se mostraba emocionado.

✧⁠*⁠。

Se encontraban en el auto de Kambe, y como era costumbre conducía el.

Después de recibir los detalles, Kato cayó en cuenta que no era trabajo de campo, osea, no movimiento, osea, sus pobres oídos iban a ser asaltados.

No es que le molestará, bueno, de hecho si, estaban en su horario de trabajo, pero así mismo como era Daisuke, le importaría menos, después de todo, era Daisuke.

—¿Así que hay que mantener vigilado el objetivo?—, Pregunto el tan dichoso, mientras conducía a toda velocidad.

Haru emitió un sonido ambiguo como afirmación, ignorando el hecho de que Kambe Daisuke sería la causa de su muerte. —El objetivo se llama... Yuna Nakano, Modelo—, confirmo el mayor.

—Resulta que la dama está metida en problemas un poco más grandes de su talla, tráfico de drogas, audaz—, opinó el azabache, que acto seguido le pidió a HEUSC que le asistiera con más información.

Si, el caso de hoy era mantener en la mira a la señorita Yuna, Modelo en pleno surgimiento de cabellos Castaño, piel blanca y suave, de bellos ojos claros. El objetivo está en la mira por nuevos casos de fallecimiento por intoxicación en cuanto a otras modelos y títulos cercanos, se sospecha que la señorita en cuestión es participe de esta fatal epidemia.

A Haru se le hervía la sangre.

Estaban ahí solo como vigilantes, no debían intervenir de no ser necesario.

Y eso simplemente le bajaba la presión.

Finalmente el señor de los Kambe se estaciona cerca de un edificio privado, era un evento en masa, y este estaba protegido por variados guardias.

La entrada y sitios exteriores fueron fotografiados por el mayor, y por su parte, nuestro poco convencional Daisuke logro poder ingresar algunos de sus mini drones a los adentros del edificio, grabándolo y monitoreandolo desde el computador que ahora se encontraba en el auto.

La distancia se acordaba, y las horas pasaban.

Un suspiro cansado salió de los labios del castaño, un par de horas y seguía sin ocurrir nada.

Hace rato habían hecho turnos para salir a comer, y también fue consciente que su chico no había intentado hacer algo, El inspector Kambe solía ser serio a su manera en cuanto al trabajo.

Su mirada se fijó en el tan mencionado, su cabello estaba hacia atrás, y vestía su típico traje; comía una porción caliente de ramen, sus mejillas estaban rojizas, y su mirada estaba concentrada en la pantalla delante, era adorable.

Claramente la mirada fue devuelta.

—¿No crees que últimamente me observas demasiado?—, pregunto el azabache, clavando sus bellas joyas azules en el miel de sus ojos.

El Dorado y el Azul hacían una combinación realmente preciosa.

—Me atrapaste—, fue lo que respondió instantáneamente el castaño, perdido en el bello mar de sus ojos, un azul grisáceo realmente digno de pigmentar sus ojitos.

Estaba absorto, otra vez había caído, quería sostener a el chico frente a el, a Kambe.

Su ceño se frustró al escuchar el molesto ruido de Incentidumbre proveniente de la pantalla.

¡Oh cierto!, la maldita pantalla.

Nuevamente la pantalla recibió la atención de ambos hombres, y en cuestión de segundos se pusieron al día con los acontecimientos que transcurrieron en ese breve espacio de tiempo.

Era requerida su asistencia, así que sin pensarlo más el señor Kato y el detective Kambe salieron del auto a la velocidad de la luz y se dirigieron a la escena en cuestión.

La señorita Yuna había estallado con al parecer su proveedor, ocasionando un revuelo que terminó involucrando armas de fuego.

Era momento de un buen saldo ilimitado y un héroe.

Al final pudieron controlar la situación, teniendo las suficientes pruebas para mantener a la modelo bajo custodia, y aún mejor, con la presencia del proveedor.

Ahora el resto quedó en manos de los de arriba.

✧⁠*⁠。

Regresaron a la oficina derrotados, ya sus compañeros habían terminado su ciclo, y el lugar de trabajo se encontraba desolado.

Solo regresaban para tomar algunas pertenencias e ir cada uno a su correspondiente hogar, pero, Daisuke se rehusaba a tal idea.

O eso parecía, porque en lo desolado del lugar, y el silencio solitario, abrazo a Haru, pegando sus labios a su sensible oreja izquierda. —Buen trabajo, Haru—. Felicito dulcemente, sabiendo el efecto que tenía esto en el castaño.

Ansioso corresponde el abrazo apretando su cintura. —Para tener esa edad realmente eres entusiasta—, comenta burlonamente, esperando un chasquido, o negatividad de la parte contraria, pero para su sorpresa, el agarre se hizo más firme.

Su oído ardía, al igual que sus manos sosteniendo suave pero firmemente su cintura, todo el día estuvo preocupado por ser asaltado, tanto que incluso en secreto empezó a desearlo.

Las manos del azabache descendieron hasta su pecho, aferrándose a sus ropas, tomando la corbata ajena para así atraerlo más a si mismo.

Un beso abrazador dio su aparición en el lugar.

¿Acaso Ocurrirá un imprevisto en la oficina?
¡Por favor! Recuerde ser consciente de sus pertenencias y no dejar un desastre en su lugar de trabajo, y de hacer un desastre asegúrese de limpiarlo correspondientemente.

En pocos minutos la corbata perteneciente al señor Kato Haru termino apretando las muñecas de su pareja, La cual era sostenida apasionadamente, entre miel, caricias y besos dulces.

✧⁠*⁠。

Después de eso, Kato se dolió por haber arruinado una de sus corbatas preferidas, aunque tal vez si había valido totalmente la pena. Pero bueno, lo importante ahora era organizar y limpiar la oficina correspondiente.

¡Un imprevisto en la oficina, y una corbata
arruinada!

Kato debe tener su conciencia un tanto intranquila.