003

18 0 0
                                    

.                                   .                                  .

El Príncipe se alistó para un largo viaje a las montañas Nevada, no conocía ese lugar pero buscaría el modo de llegar, se despidió de su Padre y emprendió su búsqueda en caballo saliendo del palacio, Perdiéndose de vista nuevamente.

—El Príncipe ya partió, Mi señor el vasallo personal del Rey dijo sirviendo algo de vino a su superior

—Si ya lo se, yo mismo lo despache— tomo de aquel líquido rojizo degustando lo—Que piensas que si—

No pudo terminar por la puerta siendo tocada para después abrirse mostrando la llegada de Güçlü, su Guerrero en jefe -se encarga de reclutar y administrar los entrenamientos- inclino su cabeza hacia abajo en forma de reverencia con una sonrisa

—Buenos días su majestad, tengo noticias para ustedes— miro los ojos de su real alteza acercándose solo unos cuantos pasos

—Habla entonces— Thranduil vio como su guerrero lo miraba a él y después a su vasallo entonces entendió lo que quiso decirHezgma, vete—

—Si mi señor— se inclinó para dirigirse a la salida pasando por alado del soldado, entes de darle la espalda le nego con la cabeza sutilmente.

El Guerrero no entendió ese gesto, pero un presentimiento nada bueno se le instaló, se acercó más a su rey mirándolo como siempre lo hacía cada vez que estaban solos, claro su rey no le miraba de la misma forma y eso no le gustaba pero entendía el porqué

—Que sucede? Mi rey— se sentó a los pies del trono donde estaba sentado él Elfo omega —A pasado algo malo?—

—Eso mismo te pregunto yo—Dijo sin interés pues otra vez estaba revisando documentos— Hace tres meses y una semana, entro a mis aposentos un novato. ¿Porque?— su tono de voz era exigente y su aroma a enojo que picaba ¿Acaso no había algo que no picase en él rey? ¿acaso su rey no podía desprender algo dulce?

—Un principiante? Eso es imposible... ahí no puede ser. ełqüe— arrugó su frente mirando apenado a su superior —Le prometo que no volverá a suceder, Mi señor —

—Claro que no volverá a pasar— se levantó de su trono pasando por alado de él plebeyo quien estaba sentado en el suelo cercano a sus pies— Otra novedad, mi hijo Legolas a vuelto ya hace tres meses y quiero que lo entrenes de nuevo. Algo me dice que va a tener que ser necesario—

Legolas. Esta aquí? Como no lo supe? Donde esta ahora?— sorprendido miro a su Rey quien se encontraba dándole la espalda, ¿Como era posible que no se enterara de la llegada del Elfo chico? Legolas era una pieza importante en su cortejo hacia él rey -bien dicen que si tienes a él cachorro tienes a la madre-

—Lo acabo de mandar a la montaña Nevada. Manda una carta a él rey de la montaña, Thorin y que, que si gusta traiga al salvaje de Dain— acomodo las arrugas inexistentes de su ropa
—También una a él barquero... Arquero bardo.

—De inmediato mi señor— se retiró a pasos apresurado buscando a el mensajero para que entregase dicha carta de invitación

Instintos Posesivos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora