You Can (Can't) ||Z.H.||

01

Niall estaba observando a Harry sentado en su lugar. Harry se encontraba frente a todo el salón con una hoja de papel muy gastada y vieja entre sus manos. El rizado temblaba demasiado ante la presión que la vista de todos sus compañeros ejercía en él.

—Styles, si no es mucho pedir, me gustaría que leyese el papel que le entregué, por favor —Harry volteó y pego sus orbes verdes en las marrones de la profesora. Estaba al borde del llanto—. ¿Se siente bien? ¿Quiere ir a enfermería?

Harry negó mientras soltaba el aire que le oprimía el pecho. Dirigió su mirada a su mejor amigo y a su novio, que le daban fuerzas para seguir. "Tengo que hacerlo. Pero no dejan de mirarme..." pensó. Miró el papel entre sus manos y recordó cuando lo había escrito.

La profesora Martha había encontrado en los documentos antiguos de la escuela los textos y cuentos que habían escrito los alumnos para practicar la escritura, que alguna vez, fueron tarea difícil para los pequeños. Ahora de adolescentes, escribir era una realidad que podían practicar sin ningún tipo de dificultad. ¿Qué mejor idea que humillarlos en su clase leyendo esas vergonzosas historias?

El rizado tomó valor y comenzó a leer entre palabras casi inaudibles su cuento —En la mañana fue una bonita tarde... —eso fue suficiente para desatar la risa en sus compañeros. Es verdad, su cuento no tenía sentido y carecía de buena ortografía, pero ese no era motivo de burlas, ¿verdad? Sus ojos se aguaron y tan solo eso bastó para desatar la furia del rubio y el castaño. Niall podía ocultar su ira o fijarla en cualquier otra cosa que no fuera en sus compañeros de clase. Pero Louis no. Claro que no, ahora todos sus compañeros lo iban a oír.

—¡Cállense hijos de la grandísima trola! —gritó y se levantó de su asiento, caminó a un lado de él y quitó con delicadeza la hoja entre sus temblorosas manos para abrazarlo— Mi amor, ¿estás bien? —susurró dando un besito en su coronilla. El rizado asintió contra su pecho— ¿Quieres que te ayude a leerlo?

—¿Por favor...? —pidió Harry casi en un susurro.

—Está bien, vamos a leer lo que escribió el gran escritor Harry Styles de seis años... —lo separó de su pecho y le dio una sonrisa alentadora. Tomó el papel en sus manos y comenzó a leer — En la mañana fue una bonita tarde —citó. Esta vez nadie se mofó. Todos conocían a Louis Tomlinson y lo que era capaz de hacer por su inseguro e inocente novio. Tenían miedo [N/A: Lo que leerán a continuación no tiene sentido y tiene faltas gramaticales porque, obviamente, fue escrito por un niño. Jé.]—. Había en esa mañana una roca solitaria, pero en la tarde no, ella había encontrado amigos y ya no estaba sola. Su nombre era Harry La Roca —sus compañeros hicieron un esfuerzo sobre humano para no reír, calmando sus facciones como por arte de magia, esbozando una cara comprensiva y atenta—.

—La Roca Harry no tenía amigos por la mañana, pero en la tarde llegaba su amigo con otro animal, Niall El Gusanojunto a su vecino Louis La Mariposa —Harry pensaba en cómo podía confundir animales con insectos, escondiéndose aún más en la espalda del castaño, luego recordó que tan solo tenía seis años. En cambio, a Louis no le importaba que su pequeño novio confundiera seres vivos o tuviera mala ortografía y errores gramaticales (aun así todo era legible), solo le importaba la historia y la ternura que le causaba—. Jugaron en la consola de Niall El Gusano, y no te equivocabas, Harry La Roca tenía manos y podía tomar el control, pero no las podías ver, eran invisibles. Louis La Mariposa llevó un balón, jugaron con sus piernas imaginarias, hasta que Niall El Gusano se fue del parque porque su mamá gusana lo llamó para comer comida de gusanos en la tierra de gusanos para construir casas de gusanos. Louis La Mariposa y Harry La Roca se quedaron solos, pero Harry no estaba triste porque ahora tenía amigos y Louis era muy bonita compañía porque era muy gracioso. Vivieron felices por siempre y Harry nunca estuvo más solo por las tardes. Este no era el fin, porque en los finales la gente se besaba y ellos no se besaban, porque duh, eran una roca y una mariposa.