Despedida de amor

Magnetismo

POV Freen

Era el primer día de curso en la preparatoria y aquí me encontraba tratando de adivinar donde se encontraba mi primera clase, verificaba el número de cada salón entre todos los adolescentes que se atravesaban a mi paso hasta que por fin, con miedo a equivocarme lo encontré. Desde que ingrese note la gran diferencia al círculo social al que estaba acostumbrada, niños muy bien portados a simple vista, uniformes muy bien planchados y zapatos de marcas reconocidas, por mi parte había ganado una beca para ingresar a esa escuela y aunque no era la más cara de la ciudad si era una de las mejores, no es que yo fuera la peor vestida, pero sentía que no pertenecía ahí, así que deje de prestar atención y busque alguna mesa al fondo para tomarla como mi lugar seguro.

Las clases comenzaron a pasar sin más hasta que por fin fue el descanso, cuando llegué al comedor pude encontrar un grupo de chicos de mi antiguo colegió, no es que estos llegaran allí por una beca como yo, ellos ya pertenecían a este mundo, solo que por disciplina habían caído en mi antigua escuela, por ellos supe que existían estas becas y me convencieron de aplicar. En cuanto me vieron me llamarón a su mesa. Nam era una chica muy bien desarrollada para su edad, atraía miradas de chicos y grandes y eso le encantaba, siempre trataba de vestir lo más llamativa posible, Kade era una chica delgada y alta con excelente clase y aunque su cuerpo aún no llamaba tanto la atención como el de Nam, para la edad que teníamos parecía una chica mayor. Billy era el típico chico malo, guapo, con dinero, líder del grupo y el mayor creador de problemas, lo habían admitido de nuevo porque su padre había hecho una gran donación, para nuestra edad lo tenía todo. Heng era el tipo gracioso del grupo o al menos lo intentaba, siempre siendo el segundo de Billy, también estaban Opp y Nutt ellos estaban allí básicamente por pertenecer, eran los fieles lacayos de Billy, le festejaban y seguían absolutamente todo.

-¡Ey pequeña por aquí!- grito Billy, todos los que estaban cerca me miraron en ese momento, como yo esa pequeña lagartija era amiga de el, seguramente era el pensamiento que pasaba por su mente. A diferencia de Nam yo no estaba muy bien desarrollada y tampoco era alta como Kade, era más baja sin cuerpo ni gracia, común como cualquier otra adolescente de mi edad, solo era inteligente y por eso estaba allí. Empezaron a murmurar entre ellos, seguramente pensando que Billy me haría algo llegando a su lado, pero la cara que pusieron en cuanto Nam me abrazo fue totalmente de sorpresa para todos y divertida para mi.

No se confundan no era bajo amenaza que estaba allí, Billy y yo nos habíamos hecho muy buenos amigos, los había ayudado a pasar el curso, pero a diferencia de los demás cuando algo no me parecía bien me negaba a hacerlo, le ponía cara o los evitaba, eso a el le daba gracia, más que los tontos chistes de Heng. Aunque si me había metido en uno que otro problema siempre lograba evitar los castigos a diferencia de ellos y nunca me delataron, si alguno se atrevía se las vería con él. Le gustaba pasar tiempo a mi lado, lo había confesado antes de salir del curso anterior y quería que siguiéramos siendo amigos.

Billy- ¿Qué tal tu nuevo grupo de nerds? ¿No quieres cambiarte con nosotros?- dijo con una gran sonrisa.

Nam- ¿Te estas divirtiendo en clase? Por fin estas con los de tu especie. -Todos rieron. Por mis resultados de admisión estaba en un grupo de avanzada que tenía la escuela, no te adelantaban grados, pero si te daban cursos más intensos, por eso no estaba con ellos en las mismas clases.

Freen- Si por fin me rodeo de gente que si tiene neuronas en el cerebro y no solo hormas como ustedes. -Todos volvieron reír, nos gustaba molestarnos entre todos. Pero no era broma era unos hormonales de lo peor.

De pronto como si el tiempo se detuviera a su alrededor una chica atravesó el comedor, era como un imán de miradas, conforme avanzaba todos volteaban y la miraban como si fuera lo más sorprendente es su vida. Su cabello castaño claro iba a atado a una coleta un poco desordenada que le quedaba a la perfección, su semblante era serio como si fuera concentrada en sus pensamientos, su cuerpo no era el más desarrollado, pero emanaba energía y fuerza, la observé como los demás no pude despegar mi vista de ella.

Nam -Oh ahí va la señorita perfección.

Freen- ¿La conoces?

Kirk- ¿Quién no la conoce? está en tu clase ¿acaso no la habías visto en todo el día? -Lo cierto es que toda la mañana me había abstraído en mis propios pensamientos y trate de evitar el contactó con cualquier a mi alrededor, me costaba mucho hacer amigos y ahora estaba en un entorno muy distinto, era el primer día no estábamos haciendo nada, así que no necesitaba concentrarme en clase.

Freen-La verdad no- dije un poco confundida, tratando de recordar a las personas de mi clase.

Billy- Seguramente tuviste la cara pegada alguno de tus libros como de costumbre. - Y era cierto me conocía muy bien, leyendo evitaba el mundo a mi alrededor.

Freen- ¿Celoso de que yo si se leer? - Tomo mi cabeza y froto mi cabello, le di un golpe y comenzamos a reír. Pero de mi mente no salía esa chica, la busqué con la mirada de nuevo, se encontraba en una mesa sentada con otro grupo de chicos que reían con ella, su sonrisa también era perfecta, no podía dejar de mirarla, en primer instante pensé que era porque era extranjera, se notaba que no era de aquí, su cabello, su cara, sus manos, el color de su cabello todo era llamativo. Al ver mi interés en ella Kade comenzó a hablar.

Kade- Se llama Becky, siempre ha estado en clase de avanzada por eso va en el mismo grado que nosotros, pero es menor por dos años, bueno de ti solo uno, es mitad británica y hace todo tipo de deportes, por eso es la señorita perfección, para todos es buena.

Si antes había llamado mi atención con esa descripción lo hacia más, no sabía porque, pero sentía la imperiosa necesidad de saber más de ella, que pensaba, porque se reía, quería hablarle, hacerla mi amiga y no entendía porque en ese momento quería levantarme y sentarme a su lado.

Billy- Es tan rara como tú, si le hablara a cualquiera seguro se harían amigas, pero tiene un círculo muy cerrado.

Kirk-Si ese grupo de ñoños creo que son amigos desde el prescolar y cuando ella llego aquí la adoptaron, es su guardaespaldas.

Nam-Rara es poco, algunos dicen que parece un chico más ¿Por qué dime que niña normal practica boxeo y juega al futbol?

No supe porque, pero ese comentario me incomodo muy fuerte deje de mirarla en ese momento, a una chica podían gustarle esos deportes no tenía nada de malo. A mi me gustaba el futbol.

Freen. -A mi me gusta el futbol y no por eso me creo un chico.

Nam- Si, pero ella se comporta como uno algunas veces, eso es raro, mira como está sentada y como se viste. -dijo frunciendo el ceño como en desacuerdo. Estaba normal con el uniforme solo que un poco más suelto que las otras chicas y la falda no tan corta.

Kirk- Nam todos estamos usando el uniforme.

Nam- Si pero ella es linda debería sacar provecho a ello.

Kade- No a todos les gusta llamar la atención como a ti Nam.

Nam- A mi no me gusta llamar la atención, yo la llamo por ser yo, no tengo la culpa de ser linda, giño un ojo en dirección a Billy y este solo puso los ojos en blanco y recibió un golpe por parte de ella y comenzaron a reír.

Volvía mirarla, pero ahora de una forma un poco más cuidadosa y entonces observe como la miraban los demás, algunos con admiración, otros de forma coqueta y algunos más se les notaba una mirada juzgadora, llena de reproches por no ser como se suponía debía ser.

El tiempo de descanso paso, entonces regresamos cada uno a nuestros salones, no sin antes recibir la indicación por parte de Billy que nos veríamos al salir.

Ahora mi atención no pudo centrarse en mi libro por más que lo intentaba, de vez en cuando miraba a esa chica que se encontraba en la parte de enfrente de la clase, su grupo de amigos estaba a su alrededor, como un escudo el cual impedía que cualquier cosa interrumpiera su atención a la clase. Y aún sentía esa imperiosa necesidad de hablar con ella, había logrado escuchar su forma de reír de hablar, pero ¿cómo era tenerla de frente?