𝐄𝐌𝐌𝐀 𝐁𝐑𝐈𝐃𝐆𝐄𝐑 | ❝Ser egoísta también es bueno.❞
Su vida no era nada fácil.
Su madre era actriz y su padre director de cine, y no sólo eso, su papá fue uno de los tantos asesinos que usó la famosa máscara de Ghostface alguna vez.
Ahora term...
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POV. NARRADORA
Emma no era de levantarse tarde, tenía su rutina diaria y ordenada que consistía en ducharse, vestirse con las prendas que acostumbraba a dejar ordenada en la silla de su escritorio y bajar a la cocina para desayunar algo rápido antes de que su novia llegará a buscarla en su auto. Pero esta vez ese día era la excepción. Detestaba la idea de tener que levantarse de la cama cuando se encontraba acostada en una posición cómoda, mientras sus sabanas de algodon la abrigaban del frío por las mañanas.
No paraba de oír varias notificaciones de su celular, muchas de estas eran de mensajes de sus amigos, trataba de ignorarlos para descansar un poco más, pero al escuchar el tono de llamada volvió a abrir sus ojos para ver quién era.
"Amber"
Su novia la llamaba, probablemente para avisarle que no tardaba en pasar por ella o quizás por algún inconveniente en que se veía envuelta. Una de dos.
Tomó su celular respondiendo a la llamada mientras volvía a cubrirse con las sabanas. Tenía frío.
—Buenos días bella durmiente, ¿Como dormiste? ¿Soñaste conmigo anoche?.— la voz coqueta de Amber desde la otra línea no se hizo esperar. Por lo que no pudo evitar reír por las ocurrencias de su novia. Ella era así y la pelinegra no le costaba hacer sus mañanas agradables tan solo oír su tranquila voz.
—Dormí bien.— bostezó un poco pasando su su mano por su rostro empezando a tallarse sus ojos —Con algo de frío.— agregó
—Conmigo no hubieras pasado frío, de haberme quedado contigo anoche probablemente estaríamos teniendo una mañana interesante y productiva.— mencionó coqueta —hasta hubiéramos ahorrado agua también.
—Idiota.— Bridger se rió peinandose sus propios mechones, se acostó de espaldas en la cama poniéndose a mirar el techo
—Solo digo la verdad.— se excusó —En fin, solo quería decirte que pasaré por ti en 20 minutos, así que come algo en lo que me esperas, y no te preocupes por ponerte hermosa, ya lo eres.— comentó provocando una sonrisa en su novia —Nos vemos preciosa.
—Está bien, nos vemos.
Cuando la llamada se cortó, la chica haciendo un gran esfuerzo para no perder más tiempo, finalmente logró levantarse y se dirigió directamente a su baño. No le tomó mucho tiempo en tomarse una ducha y arreglarse. En 10 minutos ya estaba lista. Por lo tanto salió de su habitación con su bolso y celular en manos.
Emma caminó por pasillos de su casa escuchando durante el trayecto voces y risas, al entrar a la cocina se encontró para su sorpresa a la Sherif, compartiendo una taza de café con su padre mientras comían galletas. Era extraño ver a la mujer tan temprano en su casa. Decidió no prestar tanta atención a la escena y fue por una taza para servirse algo de café. Ya no tenía tiempo para desayunar.
