Capítulo 31

2.2K 202 4
                                    

Maratón 3/4

Aunque lo del parque de diversiones no había salido como lo planeo ya que Jungmin había enfermado, la cena en el jardín tampoco había sido tan mala, le había preparado un delicioso plato de Kimchi, además de un rico postre de chocolate que al ver la cara de satisfacción del Omega, hacía que su corazón explotará en su pecho.
Pasado unos días cuando Jungmin ya se encontraba bastante bien, fue cuando decidieron ir al parque de diversiones, dónde Jimin se veía bastante encantado.

Optaron por ponerse unas lindas orejas de conejo, cosa que a Namjoon le parecía ridícula esa idea, pero igual lo hacía para ver aquella sonrisa de Jimin, paseando primero por todo el lugar, hasta que la primera atracción que eligió el Omega fue el carrusel, dónde se veía bastante feliz al subir en aquel caballo.

– Esto es increíble – le sonreía a su alfa que estaba al lado de él, subido en un unicornio – eres maravilloso.

La siguiente atracción fue la montaña rusa, dónde el pobre de Namjoon termino vomitando haciendo más divertida aquella salida, la cosa no termino ahí, ya que está vez era el turno de Namjoon de elegir alguna atracción optando así por la casa del terror.
Que no fue una excelente idea, ya que en medio del camino Jimin se le había perdido y sabía perfectamente lo asustadizo que podría ser el Omega, así que como un loco empezó a buscarlo por todos lados, al estar oscuro y tener un montón de personas disfrazadas persiguiendo lo no hacía las fácil su búsqueda, pasando pasillo por pasillo.

Hasta que escucho un grito junto al llanto del Omega, corrió rápido encontrandolo encerrado en una especie de cárcel con alguien que tenía una cierra.

– Carajo – se dijo a si mismo, corriendo hacia Jimin para tomarlo en brazos y salir de aquel lugar – creo que fue una muy mala idea – dijo limpiando sus lágrimas – perdón.

– No te disculpes – beso su mejilla – aunque casi muero de miedo en ese lugar, será una buena anécdota para Jungmin cuando crezca – se abrazo al alfa – abrazame un poco, todavía me tiemblan las piernas y no como quiero que me tiemblen.

El moreno soltó una carcajada para después envolver a Jimin en sus brazos, duraron unos cuantos minutos así, hasta que decidieron entrar al túnel del amor. Dónde el viaje fue entretenido, ya que se besaron todo el camino, terminando Jimin subido en las piernas de Nam.

– Tengo hambre – decía tocándose el estómago – deberíamos ir a comer, alfa.

– Me parece una buena idea.

Se tomaron de la mano para dirigirse al restaurante del parque, dónde comieron a gusto. Con miradas cómplices y compartiendo la comida del otro, quisieron descansar un poco ya que si se subían a otra atracción Namjoon podía terminar devolviendo todo.

Minutos más tarde fue cuando Jimin decidió subir al martillo, cosa que hizo a Namjoon tensarse ¿Que tenía el Omega para subirse a juegos así?
Los encargados abrocharon bien sus cuerpos, cuando empezó el juego fue cuando inició la tortura de Namjoon, ese juego era un camino hacia su muerte o para que devolviera todo lo que había comido, ya que ese monstruoso juego hacía que quedará de cabeza, lo cuál ya se sentía algo mareado. Creo que su Omega tenía una fascinación por verlo sufrir, porque no hallaba otra explicación para hacerlo subir a este tipo de juegos, aunque el amaba los parques de diversiones estos eran uno de los juegos que más odiaba.

Al terminar su tortura, se bajó para dirigirse a un bote de basura expulsando todo lo que había comido, Dios enserio que era bastante débil cuando se trataba de esas atracciones.

– ¿Estás bien? – el rubio se acercó para acariciar la espalda de Namjoon – creo que ya no te torturare más, deberíamos de ir al juego de las tazas ¿Te parece?

– Si no la haces girar demasiado, creo que estaría bien – le sonrió, para luego limpiar sus labios y comer una menta.

Claro que ese juego fue más ligero para el estómago de Nam, que se encontraba algo sensible por aquel juego, al sentarse en una de las tazas Jimin empezó a girarla despacio, no quería que el alfa terminará bastante mal.

– Perdón por hacerte subir a algo así, jamás pensé que lo odiarias – decía apenado.

– Cuando era adolescente amaba los juegos así, pero creo que ahora que ya estoy algo viejo no los soporto – sé carcajeo – al menos tu la estás pasando bien.

– Solo porque estoy contigo.

Y en ese momento Namjoon decidió que era el momento, miro la hora de su celular siendo las seis de la tarde, así que al acabar el juego se dirigió a la rueda de la fortuna. Dónde se sentaron en aquella silla y la rueda empezó a girar, en un momento dejándolos en la cima, dónde apreciaban toda la ciudad, dónde el sol ya se estaba empezando a ocultar.

– Jimin – tomo sus manos con delicadeza – jamás pensé que ese día en el supermercado cambiaría mi vida, creo que debo agradecerle a Jungmin por encontrarte – le sonrió – hubo momentos en los que fui un completo idiota y lo siento por eso, pero prometo conquistarte más – saco la pequeña cajita donde se encontraba el anillo – te entrego este anillo, dónde prometere ser mejor cada día, dónde te conquistare hasta que pueda cambiarlo a uno de matrimonio – acercó las pequeñas manos del rubio a sus labios – que dices ¿Aceptas ser mi Omega?

– Claro que sí, Nam – se acercó para besarlo – también prometo ser un buen Omega.

– Ya eres perfecto, cariño – volvió a besarlo – aunque todavía nos queda una cita más.

Con eso culminó su noche, aunque antes se subieron al juego del tobogán de agua dónde Jimin lo disfruto, solo esperaba seguir siendo así de feliz.

Pequeño Cachorro [NamMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora