"La razón para vivir".
Lili siempre tuvo sueños.
Siempre tuvo fé y esperanza, siempre tuvo algo por lo que seguir, algo por lo que desear, algo que la haga avanzar.
Pero de esa misma forma también tuvo miedos, miedo al fracaso, miedo al rechazo, miedo a la humillación, y miedo a lo peor. El problema comenzó cuando sus miedos empezaron a vencerla, y sus razones para vivir a perderla.
Lili se sentía cansada, humillada, rechazada, aún sin hacer nada.
Lili ya no tenía esperanza, ya no tenía confianza, ya no sentía ese entusiasmo, esas ganas de intentarlo.Empezó a observar y a callarse más. A mirar con indiferencia, y sufrir por la insistencia. Ya no mostró interés en todo eso que le provocaba calidez, y dejó que su sed de ganar, se desmoronara al caminar.
De esa forma no dolía, no tenía que pasar por esas tonterías, no tenía que aguantar nuevas heridas, ni sobrellevar una caída. De esa forma no lloraba porque se le burlaran en la cara, no sentía que el corazón se le partía, ni solía amanecer dolida.
El problema empezó después, cuando los árboles crecieron y sus pensamientos la carcomieron.
Empezó a sentir arrepentimiento, sufrimiento, y todo aquello de lo que pensó que se había absuelto.Pensaba día y noche, sobre si su decisión había sido la mejor, sobre si su sentimiento de indecisión significaría un cambio en su actuación.
Pero ya era tarde.
Ya no tenía esa suerte de lograr lo que se proponga.
Ya no tenía ese sentimiento joven de querer ganarle a lo que se oponga.
Ya no sabía cómo seguir, ni como conseguir llegar a su deseado fin.Lili se empezó a desesperar, a llorar, a tener ganas de gritar.
Sintió que todo se repetía sin cesar, incluso teniendo otro motivo, incluso con ganas de lograr su cometido.
Con todo esto empezó a reflexionar y a pensar.
Quizás no todo estaba perdido.
Quizás sus sueños no estaban hundidos.
Quizás, y solo quizás, ese éxito estaba cerca de llegar.Entonces Lili se dió cuenta por fin, que aún no era su final.
Empezó a trabajar, a esforzarse por ganar, a luchar por lo que quería sin pesar.
Empezó a soñar otra vez y a tener esperanza y fé.
Lili se sintió joven otra vez, sintió esas ganas de demostrar a lo que podía llegar, incluso aunque no sabía cómo pelear.Aún sin alcanzar su cometido, Lili sabía que estaría bien y sería feliz, porque al menos, se había esforzado aún sin saber su resultado, y lo había intentando sin temerle a ser un rechazo.
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La alegre reconciliación de un soñador.
Poetry(Solo yo y mí imaginación intentando hablar sobre sentimientos)