—Bienvenido, lo sentimos pero ya cerramos—estaba ocupado recogiendo para cerrar que no vi quien acababa de ingresar a la tienda.
—Lo siento, se que es un poco tarde pero no quiero algo difícil, solo dame un ramo de mimosas por favor—se veía cansado, parece que había corrido de la oficina hasta aquí, suspire y afirme con mi cabeza. Con delicadeza comencé a preparar las flores, sea o no la hora de cierre las cosas se hacen con aprecio y no rápido.
—Aquí tienes, para la próxima llega más temprano por favor—el asintió y pude notar su cara de vergüenza—Por cierto gracias por la flor—pasó el dinero y su mente trataba de recordar hasta que al fin pudo recordar.
—Ah cierto, no hay de que, el amarillo té quedaría bien, quédate con el cambio—.
—¿Quien era Hyoma?—salió la mujer que estaba guardando cosas en la bodega—Tienes que irte ya o perderás tu cita—dijo luego de mirar su reloj, asentí.
Estaba nervioso, hace mucho no se cortabael pelo, obviamente lo cuidaba y cortaba las puntas pero esto era otro caso, la última vez que llevo el pelo corto fue en secundaria, aún seguía indeciso de que corte se haría, definitivamente el buzz cut no era una opción y mucho menos el crew, quizás optaría por el classic cut o mullet.
—¿Chigiri? ¿Qué haces aquí?—volteó ante el llamado de su apellido, era nada más y nada menos que el chico atractivo que iba a la florería, ¿Acaso tenia una maldición de encontrárselo donde quiera que vaya?
—Emm, eres el chico de las flores amarillas—no sabía su nombre me daba un poco de pena llamarlo así pero el solo río.
—Dime Kunigami—asentí—¿Chico de las flores amarillas? Claro siempre pido el mismo color—sin darme cuenta una mujer se acercó a él y agarro las flores que recién había comprado.
—Son lindas, deja termino con esa chica y será el fin de mi turno—revolvió su cabello y se fue de nuevo a su trabajo.
—¿Ella es tu pareja? ¿Las flores son para ella? Si es así es muy afortunada—sus palabras salieron como por instinto propio, sintió sus mejillas colorarse de vergüenza pero lo hecho hecho estaba, la expresión del contrario cambio de una serena a una de incomodidad.
—No, para nada, es mi hermana—"yo y mi bocota" pensó el de pelo largo ante sus actos—Las flores son para mi madre que se encuentra en el hospital—explico a más detalle para evitar los malos entendidos.
—Lo siento, no sabía—quería que la tierra se lo tragara.
—No te preocupes, ¿y tu qué haces aquí? ¿Acaso vienes a buscar a tu novia?—trato de bromear para soltar un poco el ambiente tenso y Chigiri negó.
—Le pedí a mi hermana que me hiciera una cita, pienso cortarme el pelo—.
—Perdón la pregunta pero, ¿por que? Te ves muy bien con él así—las mejillas de Kunigami se tiñeron de rojo al tocar un tema personal.
—No es la gran cosa, simplemente decidí cortarlo, siempre me confunden con una chica y ya es un poco incómodo, aparte si lo mantengo corto es más fácil de lavar—claramente era una mentira, una tan boba que incluso un niño pequeño lo podría detectar, Rensuku no quería meterse en la vida de los demás por respeto pero su corazón le pedía hablar.
—Realmente no se lo que pase pero te recuerdo que siempre habrá personas de todo tipo en este mundo, tantas que halagarán tus hazañas y físico y otras que no, no nos podemos llevar de todas las cosas malas, ¿sabes? Incluso por pequeños errores se pueden arreglarse—su hermana lo llamo diciendo que ya se iban—Pero de igual forma lo siento por meterme en tu vida Chigiri, que pases una linda tarde—se despidió nerviosamente con su mano y se levantó para ir tras su hermana.
—Adiós—susurro el menor mientras hacía la misma seña, viendo como se iba Kunigami y luego fue llamado.
—Hola Hyoma, Hana me dijo que esta vez quieres cortarte el pelo, vamos a lavarte el pelo y ya luego decidimos el corte, ¿Tienes algo en mente?—recalque eso en su mente, las palabras de Kunigami, lo comenzó a carcomer.
—Creo que me arrepentí, solo corta las puntas por favor—ella asintió y comenzó con su trabajo.
—Y quien era el?—pregunto con curiosidad su hermana.
—Es el chico que me vende las flores—fijo su mirada en ellas nuevamente.
—Siempre amarillas, ¿tienes alguna obsesión con ese color o algo por el estilo?—se quedó pensativo y negó.
—A mamá le gustan de ese color—recibió un zape de parte de la mayor.
—Pero puedes variar los colores no seas tonto Ren—agarro las flores con delicadeza y las miro más detalladamente—Bueno son lindas pero a este paso el hospital brillará más que el sol—río ante el comentario de su hermana—Por cierto, ese chico es lindo, seguro comenzaste a traer flores por el, eso o tienen descuento con sus flores—Kunigami volvió a reír.
—¿Porque compraría flores por descuento?—dijo entre risas.
—¿Entonces que aceptas que es por el chico?—paro de reír y la risa de su hermana se hizo presente—Debiste ver tu cara, bromeaba sobre lo del chico pero veo que es verdad, ¿cómo se llama?—las mejillas del contrario se pintaron de rojo.
—Concéntrate en lo tuyo, tonta—la mayor volvió a reír mientras este quitaba las flores de sus manos para poder tapar su cara con estas.
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