Fuego

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Pedaleaba aceleradamente los pedales de su bicicleta. Se le había hecho muy tarde a Emma para ir a la escuela, pues la noche anterior no había dormido muy bien.

-Te estaba buscando - le dijo Sarah cuando Emma había llegado a la escuela y aparcaba su bicicleta.

-¿Qué pasó? - preguntó Emma mientras caminaban hacia la entrada de la escuela. Ella miró a Sarah y vio que esta lucía muy mal. Debajo de sus ojos verdes había unas ojeras muy negras, como si no hubiera dormido en toda la noche, y su cabello castaño estaba despeinado.

-El libro, Emma - dijo Sarah subiendo la voz enérgicamente. Varios alumnos que pasaban junto a ellas las miraron con cara de pocos amigos.

-¿Qué pasa con él? - le dijo Emma en voz baja, indicándole a su amiga con un gesto que bajara la voz.

Sarah tomó a Emma del brazo y la condujo a un lugar en el patio de la escuela donde no había mucha gente. Sarah revisó que no hubiera nadie que las pudiera escuchar y, cuando terminó, sacó el libro rojo de su mochila, lo abrió y dijo:

-Aquí está - le dijo a su amiga mientras señalaba una página del libro en la que se podía ver el dibujo de un hombre con la mano extendida de la que salía fuego. Junto al extraño dibujo había un texto que Emma no alcanzó a leer.

-Dice que puedes hacer esto - explicó Sarah mientras con su dedo señalaba al hombre del dibujo -y muchas otras cosas más. Estuve leyéndolo toda la noche.

Emma se quedó mirando el dibujo por unos momentos, tratando de entender lo que su amiga le estaba contando. Claramente no creía que una persona pudiera lanzar fuego por su mano. Eso era imposible, pero su amiga... Ella parecía completamente convencida.

-No creo que esto sea real, Sarah - dijo Emma. No creía que eso fuera real, pero la curiosidad por saber qué había en ese libro le ganó. -¿Podrías prestármelo?

Sarah le pasó el libro a su amiga. Emma lo tomó y hojeó las páginas del libro. Se veía muy viejo; las hojas habían perdido el color blanco y ahora estaban amarillas y rotas. Mientras pasaba las páginas, se encontró con muchos dibujos muy extraños: criaturas que ni siquiera se había imaginado, plantas extrañas que parecían de otro planeta, palabras y símbolos que se veían como algún idioma antiguo.

-Esto probablemente sea falso, Sarah - le dijo a su amiga cuando hubo terminado de ver el libro.

-Pero es alucinante, Emma. Ese libro parece tener muchos años. ¿Crees que alguien podría haberlo creado tal vez hace unos cincuenta años? Y si es falso, ¿por qué lo habrían creado? ¿Y por qué lo encontramos en el mismo lugar de donde provenían los golpes que se escuchaban en tu sótano?

Tenía un buen punto, pensó Emma mientras escuchaba a su amiga mencionar el sótano. Ella no sabía qué responder. Incluso pensar que todo lo que veía en el libro pudiera ser real le daba algo de miedo. En ese momento, sonó un timbre, lo que significaba que las clases habían comenzado.

-Y por qué no lo probamos para saber si es real o falso - dijo Sarah mientras las dos muchachas caminaban por el pasillo de la escuela para dirigirse a su primera clase.

-Creo que no perderíamos nada, ¿verdad? - dijo Emma cuando habían llegado al salón y tomaban asiento. -Por qué no lo probamos en la vieja estación esta tarde.

EL SÓTANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora