No creía en el amor hasta que te vi aquel día en el colegio entre tanta gente, entre tantas personas, me fijé en ti, en esos ojos verdes como la manzana, esas pecas que resaltaban tu hermoso rostro, esa piel blanca como la nieve, tan delicada como una pluma, desde el momento que te vi supe que eras tú la persona que quería compartir mis días, pero no sé pudo, por qué tenía miedo que mi amor no fuera correspondido.
Me pones nerviosa con tan solo mirarte a los ojos, me gustaría que supieras el gran amor que te tengo, ojalá todavía tengas esas cartas que te enviaba y que siempre me recuerdes , que aunque no te pudiera hablar, las cartas hablaban por mí.
Quisiera poder encontrarte en un futuro y conocernos mejor...
No dejo de pensar en ti desde el primer día que te vi.