El verano llegó a la ciudad de Beaufort, el cálido rayo del sol baña a las personas que están fuera de sus hogares, la brisa baila con las hojas de los frondosos árboles y en aire se puede oler dulce un dulce aroma a flores y pasto recién cortado.
Olivia cruza la calle con su mochila sobre su hombro derecho, la mayoría de las personas la observan de forma curiosa por su vestimenta; un suéter holgado con franjas de diferentes colores que recuerdan a una puesta de sol, también lleva unos pantalones naranjas con un cinturón marrón. Parecía estar lista para el invierno, pero el verano acaba de llegar.
—No sabía que habían pronosticado días fríos para esta semana, creí que hoy sería un día soleado —bromeó Cecilia, una sonrisa se mostraba en sus pequeños y delgados labios rojos.
—Tampoco te miras mal. —Le guiño un ojo con una sonrisa de lado.
Ceci lleva uno vestido de tirantes, ajustado a su figura delgada y delicada, el color lila uno de los mejores colores que le quedaba a su piel.
—Aunque creo que es demasiado. —Mira los tacones de punta de aguja y después vuelve a ver los ojos marrones de su amiga y compañera de departamento .
—Cariño, alguien debe llevar en sus hombros el peso de la belleza en mi aula y esa soy yo.
Olivia reprime una carcajada, asiente con la cabeza e inicia nuevamente su caminata ahora con su amiga a lado. Ambas se dirigen a la universidad, iban a tiempo para poder caminar con tranquilidad. Observaron los locales que estaban cercas, una librería, cafetería, un bazar y una papelería. Todos los locales tenían colores vivos que llaman mucho la atención.
De la cafetería sale Lisa con su mochila puesta, su cabello desordenado y ropa levemente arrugada. Cecilia mira a su hermana con el ceño fruncido y la cabeza ladeada por la forma en la que su ropa está descuidada mientras que Olivia no le da una reacción negativa o positiva, mantiene sus gráciles labios una línea recta.
—Lisa, ¿Otra vez? —Suspiro, subiendo la mirada hasta los ojos de su hermanita, la cual luce apenada ante las duras palabras que le da—. Al menos dime que estás cuidándote.
—¡Obviamente! —rápido responde con un tono apresurado y avergonzado—. Podemos hablar de esto en otro momento. —Miró a la gente pasar a su lado, no le prestaban atención, pero los podían escuchar.
—Lo haces en una cafetería la mayoría del tiempo, el imbécil no tiene ni siquiera para rentar una habitación de hotel. Que te dé más vergüenza eso que otra personas me escuchen.
Olivia suspiro sabiendo que se desencadenaría una pelea entre las dos hermanas, las cuales son muy diferentes no solamente en su personalidad sino en su físico. No había nada de la otra, ni siquiera parecían hermanas, fácilmente podían pasar por amigas o compañeras.
Alza la manga de su suéter, solo un poco, su reloj de mano marca que sigue a tiempo, sin embargo dijo:
—Voy tarde para mi clase de mecánica cuántica, además tendré un profesor nuevo este semestre, así que, las dejo. —Les da una media sonrisa a las dos, comienza a huir de ellas tan pronto como asienten con la cabeza comprendiendo la falsa situación.
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La luz del sol entra por los ventanales de los pasillos, estudiantes caminan en todas direcciones, algunos para ir a sus aulas, otros para ir a la biblioteca y la mayoría distrayéndose un poco de las clases.
Olivia arruga su nariz al percatarse del aroma a sudor y perfume en el aire, aunque el pasillo es ancho y se puede caminar con facilidad, algunos alumnos acababan de terminar su entrenamiento y camina por ahí, echando un poco de perfume en ellos para disimular el olor, pero en la opinión de Oli eso solo lo hacía peor.
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𝐒𝐀𝐘 𝐘𝐄𝐒 𝐓𝐎 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | 𝐂𝐢𝐥𝐥𝐢𝐚𝐧 𝐌𝐮𝐫𝐩𝐡𝐲
Fanfiction❝ Si tu bailas, yo bailaré Y si no lo haces, bailaré de todos modos. Dale a la paz una oportunidad Deja que el miedo que tienes se desvanezca Tengo mis ojos en ti ❞.