Dos hermanos...

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Liverpool, Reino de Inglaterra
Agosto de 1612

Dos hermanos, solos durante las oscuras y frías calles de la villa de Liverpool, esperaban ansiosamente su abordaje hacia un barco con destino a las tierras del nuevo mundo. Un nuevo mundo al que los españoles que habían llegado antes llamaban "Las Américas". Ambos hermanos llevaban meses de viaje desde que habían escapado de Londres, con la esperanza de poder escapar de la vieja Europa y dejar sus vidas de crimen en el pasado.

Sus nombres eran Caleb y Philip Wittebane. Caleb, el mayor, había sido quien consiguió un contacto con alguien que los ayudaría a escapar clandestinamente de la isla. Mientras tanto Philip, el hermano menor, sólamente se encargaba de seguir todas las órdenes de Caleb, pues este fue quien se encargó de su crianza ante la ausencia de un padre y una madre.

Al llegar ambos a la adultez y ante la evidente desigualdad y extrema pobreza que se vivía en aquel entonces, ambos hermanos no tuvieron más alternativa que iniciar una vida de crimen, primero asaltando pequeños puestos hasta llegar a asaltar carrozas y varios objetivos importantes. Por esto mismo la corona ofrecía una gran cantidad de dinero por sus cabezas, por lo que debían ser cautelosos con cada decisión que tomaran.

Las horas pasaban y en la villa de Liverpool lo único que había era una profunda oscuridad, acompañada de una fría brisa de aire y el ruido de las olas del Atlántico norte chocando con la costa. Alrededor de las dos de la mañana ambos hermanos llegarían al puerto de Liverpool.

El lugar estaba lleno de pequeños botes que eran usados para pescar, al mismo tiempo un enorme navío se encontraba anclado ahí. Había bastante actividad en aquel navío, pues una larga fila de gente esperaba para subir mientras que su tripulación se encontraba trabajando sin descanso alguno con el objetivo de zarpar antes de que alguna autoridad se diera cuenta de lo que hacían ahí.

Los dos hermanos supieron en ese entonces que esa era su embarcación y decidieron integrarse a la fila. Bajaron sus pertenencias de su carroza y esperaron pacientemente a abordar. En un par de minutos la fila comenzó a avanzar hasta que ambos hermanos eran los últimos que faltaban por subir al barco. En ese momento un hombre alto y rubio se acercó a ellos.

—Caleb y Philip Wittebane... ¿Correcto?—preguntó el hombre

—Así es—respondió el mayor de los dos hermanos

—Serán 50 chelines por el viaje—habló nuevamente el hombre

—¿¡50!? ¡El acuerdo inicial era de 30 chelines!—replicó Caleb

—Así era—respondió el hombre—30 chelines por un viaje de dos personas, más 20 por no advertirle a la corona que los criminales Caleb y Philip Wittebane están intentando salir del reino ilegalmente en mi barco—añadió

Los hermanos al verse acorralados decidieron pagar los 50 chelines sin hacer más comentarios y finalmente abordaron la embarcación en silencio.

—¡Leven anclas!—gritó uno de los tripulantes y en poco tiempo el navío inició su travesía por el océano Atlántico

Pasaron meses hasta que pudieran volver a ver tierra, algunos en el barco no soportaron el largo viaje y cayeron enfermos o muertos. Por fortuna para los dos hermanos, nada serio les había pasado más allá de ir perdiendo la cordura poco a poco después de los interminables días en los que lo único que podían ver era agua en todas partes.

Finalmente llegaron a la costa americana, pero la travesía de ambos hermanos no finalizaba ahí, pues después de separarse de la compañía británica se unieron a los holandeses que los llevarían a un pueblo llamado Gravesfield en el territorio de Connecticut, una zona llena de bosques, y lo más importante, fuera del control de la corona inglesa por ahora.

Al llegar al pueblo ambos hermanos fueron recibidos por colonizadores holandeses y algunos ingleses desertores al igual que ellos. Ahí les dieron refugio y alimento, a cambio de que aceptaran trabajar en algo en el pueblo.

—¿Brujas?—preguntó Caleb

—Sí, brujas—respondió un hombre

—¿Y qué se supone que haremos con ellas?—preguntó Philip quien por primera vez se atrevía al tomar el control de una situación en lugar de su hermano.

—Cazarlas desde luego. Las brujas son un peligro para toda esta tierra. —replicó el hombre—si aceptan este importante trabajo nosotros les garantizaremos un hogar y alimento, además de protección por si los ingleses intentan algo contra ustedes

—No creo que sepan que estamos aquí, ¿o tú qué opinas Caleb?—preguntó Philip

—Opino que se han ganado a dos nuevos cazadores de brujas—contestó Caleb

—¡Perfecto!—replicó el hombre—Ahora si les importa seguirme, los guiaré a su hogar. Ahí encontrarán todo lo que necesitan para iniciar sus cacerías

Y así fue como ambos hermanos iniciaron su labor como los cazadores de brujas de Gravesfield. Sus primeras cacerías fueron exitosas hasta que se toparon con una bruja verdadera llamada Evelyn. Pasaron los meses y las vidas de ambos hermanos se habían esforzado en atrapar a Evelyn, pero todos sus esfuerzos hasta ahora habían sido en vano, hasta que Philip comenzó a notar algo extraño, pues Caleb solía salir de su casa a altas horas de la noche y solía volver hasta la mañana. Así por varios días hasta que una noche Philip decidió seguir a su hermano hacia lo profundo del bosque.

Esa noche del invierno de 1614 fue la última vez en la que se vió a ambos hermanos...

Destroyer of Worlds | The Owl House AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora