✨ JQM 01 ✨

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Me enamoré de su sonrisa
Y no sé si ella lo sabe
Y es que no sé cómo decirle
Que me cuesta alejarme

Me enamoré de su sonrisa
Aunque su risa me mate
Es que no sé cómo decírselo
Sin hacerle daño a nadie

Ella me tiene a mí en un jaque mate
Si yo no me muevo, puede que me delate
Si ya empezó la partida, es una guerra perdida
Yo me muero en combate

- Y cortaaa! - gritó el director de filmación.

Todas las cámaras fueron apagadas y todos los ojos se volvieron hacia las pantallas, donde repasaban el momento que acabamos de grabar. Mi regreso a las pantallas estaba siendo maravilloso, con la excepción del clima que estaba entre César y yo. Sabía que después de todo lo que habíamos pasado las cosas no serían fáciles. Pero tenía un objetivo y lo cumpliría. Recibí las felicitaciones de nuestros amigos y nuestro jefe, Mejia. Finalmente la escena había quedado como él deseaba, después de varias tomadas. Miré para el lado buscando aquella mirada penetrante por la multitud que se hacía presente, pero no encontré. Poco a poco el escenario se fue vaciando, las grabaciones estaban llegando a su fin y pocas personas terminaban de organizar los últimos detalles. Hablé un poco con Mejia y me fue, quería cambiarme y descansar un poco antes de ir a casa. Estaba llegando a mi camerino cuando me di cuenta de que había olvidado mi guión donde grabábamos. Respiré hondo y giré mi cuerpo, volviendo a donde todo comenzó.

Después de mucho insistir Mejia consiguió la escena que tanto quería. Estaba tan cansado de esa rutina. Sé que era mi trabajo y me encantaba, pero estaba un poco tenso por actuar junto a Victoria, más aún sabiendo que poco a poco se acercaba el día en que grabaríamos la primera noche de amor entre María y Esteban. Cómo quería que allí fuéramos solo nosotros dos, Victoria y yo. La mujer que desde que mis ojos latían ganó mi corazón. Mi verdadero y único amor. La mujer que tuve la oportunidad de tener en mis brazos, pero huí como un cobarde. Como era duro grabar con ella, tocarla sin poder soltarme. Tenía que contenerme siempre en todas las escenas, pero gritaba por dentro para que ella entendiera cada mirada, cada gesto, cada palabra, que era yo, El César y no Esteban quien estaba frente a ella.

Tan pronto como terminamos esa escena suspiré dando una sonrisa, me levanté y sentí que alguien me sacaba para salir de allí. Era uno de los muchos compañeros de trabajo que quería repasar algunas cosas antes de irse. Cuando regresé ya encontré el lugar vacío, iluminado sólo por algunas luces que estaban en el techo. Suspiré triste y me senté en la silla, tanto quería hablar con ella, pero no tuve la oportunidad. Tomé a la reina del tablero y respiré hondo mirando esa hermosa pieza en mis manos.

César: Un jaque mate es todo lo que necesitaba hoy - susurré bajo.

Victoria: Necesita otro jugador para lograr lo que tanto desea - hablé acercándome a él.

César: ¿Victoria? - levanté la cabeza, viéndola frente a mí... al igual que yo, ella todavía tenía el disfraz - pensé que ya se había ido.

Victoria: Debería, pero terminé olvidando algo aquí y tuve que volver - di una media sonrisa sentándome en la silla que estaba frente a ti - pensé que te habías ido, cuando me di cuenta ya no te vi más aquí.

César: Solo estaba repasando algunas cosas con uno de los guionistas... me llevó que ni siquiera me sentí - se rió - cuando regresé no había nadie más aquí... así que decidí disfrutar un poco de esa tranquilidad.

Victoria: Te entiendo, la paz que este lugar nos causa es maravillosa... todo el día es gritos y charlas en cada esquina... salgo de aquí un poco mareada - rein - huum... ¿hablabas en serio del jaque mate? ¿Todavía estás molesto por la escena? - sonríe de lado - merecía Esteban perder... estaba muy seguro de que ganaría y después de todo, llevaría a María a la cama.

Sonreí de lado y asentí con la cabeza sin dejar de mirar.

César: Esteban merecía haber ganado este partido, pero aún no era su momento... lo mejor está por venir Eugenia - sonríe a un lado - todos merecen una segunda oportunidad, ¿no crees? - puse la pieza en el tablero y volví a mirarla - ¿qué me dice de jugar conmigo? Una revancha, sólo que esta vez, diferente de la novela yo voy a ganar - dije tranquilo mientras la miraba.

Victoria: Y adivinando, solo asumiendo que acepto tu pequeño juego - me acerqué al tablero apoyando mi codo y luego mi cara en mi mano - ¿cuál será el premio? - cuestioné sin dejar de encarar esos hermosos y penetrantes ojos.

César: Si ganas, lo que me parece muy difícil, puedes elegir lo que quieras... seré su súbdito, si así lo desea... ahora si gano, será mía... por un día entero estará conmigo - miraba ella profundamente... por su pequeña incomodidad sabía que ella estaba completamente excitada con aquella posibilidad.

Victoria: ¿Estás loco César? - tragué en seco, sintiendo que mi íntimo se contraía instantáneamente - estamos casados... ¿qué crees que me estás proponiendo? - me levanté de la silla un poco irritada.

Me levanté y la sostuve en su mano, impidiéndole salir de allí. Me acerqué a ella y dejé nuestros cuerpos bien pegados.

César: ¿De qué tiene miedo Victoria? Estamos casados en el papel... nada más que eso y lo sabemos muy bien... te propongo un desafío, nada más que eso - le susurré al oído - tenemos un cincuenta por ciento de posibilidades de ganar y perder... me acabas de vencer... sé que eres buena en el ajedrez y si ganas, haré lo que me pidas - sonríe bajando mi mano por su cintura - no tienes que tener miedo.

Victoria: César - susurré sosteniendo en su mano que estaba en mi cintura - no hagas eso... me prometió que no volvería a tocar ese tema... eso es pasado - suspiré triste.

César: Te prometí tantas cosas y al final no cumplí ninguna - hice que se diera la vuelta quedándome frente a mí - no te imaginas cuánto te quiero... cuánto te extraño... de perderme en tus brazos - jadeé rozando mis labios en los suyos - no te estoy pidiendo lo imposible... solo que acepte mi desafío - le apreté la cintura con gusto, sintiéndola ablandarse en mis brazos - sé que me quiere... hace tiempo que no se toca como te desea... tú vives una completa mentira y yo también... nos amamos... te dejé ir, pero nunca renuncié a los dos.

Victoria: ¿Qué hago contigo César? - susurré cerrando mis ojos, sintiendo aquella boca ávida buscando la mía, en una completa tortura - ¿por qué me enloquece de esa forma? Me mira como si no hubiera hecho nada... maldito diablo.

César: Puedes hacer lo que quieras conmigo, solo quieres...- susurré apretando su cintura - me encanta enloquecerte... torturarte... soy un diablo... el tuyo... sólo tuyo Eugenia... no sabes cómo deseo besarte.

Victoria: Pero no puedes...- dijo y lo miré profundamente apretando sus brazos - está bien Évora... acepto su desafío.

César: No puedo - le miré - pero quién sabe eso no cambia - parpadeé travieso y me alejé de ella - genial Señora Ruffo, comencemos - tiré de la silla para que ella se sentara.

Victoria: Vamos...- sonreí y me senté en la silla que me tiró - no te animes demasiado... el que gane seré yo.

César: No cuentes la victoria antes del tiempo - hablé sentándome frente a ella - tengo curiosidad por saber qué me vas a pedir... puede comenzar el partido, las damas primero - le sonríe.

Victoria: Babozo...- hice una cara graciosa y luego moví una pieza - pues va a seguir siendo curioso, porque yo no voy a decirte nada.

César: Seré paciente, como lo he sido durante todos estos años - moví una pieza y la miré.

Continúa...

Jaque Matte - Bastidores - Victoria y César (Concluído)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora