Beso Indirecto [One short] \ [Benny x Ethan]

I love the coffe hot, sweettie

Él no era mucho de comprar, pero si había un 70% de descuento en cualquier artículo que compraras, supongo que vale la pena acampar en frente de la plaza comercial esperando que abriera para arrasar con cada tienda. Era Black Friday y Sarah y Erica estaban locas por ir lo más pronto posible a comprar ropa nueva.

Como era de esperarse los arrastraron con ellas, Rory y Ethan iban porque querían comprarse unos videojuegos que estaban en descuento. Benny hubiera preferido quedarse en casa de Ethan esperando que volvieran, pero los ojitos de cachorro que el vidente le dio lo convencieron de ir con ellos.

¿Qué podía hacer? Él era su mayor debilidad, haría lo que fuera por él.

Cuando llegaron al lugar vieron que estaba lleno y que había una fila tan larga que no se le veía fín. Sarah y Rory estaban desanimado y en definitiva no iban a esperar tanto para entrar, para entonces ya se habrá acabado todo. Benny propuso la idea de dar media vuelta e ir a casa del castaño para ver una maratón de películas, pero la vampíra rubia tenía otros planes. Entre toda la multitud pudo ver un puesto muy adelante donde un grupo de chicos estaban sentados, de seguro esperando a que abran, la rubia fue a donde ellos con una idea en mente.

Sarah no tenía un buen presentimiento de lo que haría, así que fue detrás de ella para evitar que haga algo...extraño. Cuando la rubia llegó a donde estaban los chicos les dijo algo que Sara no llegó a escuchar aún con su super oído, sólo vio como los chicos se fueron con unas sonrisas y despidiéndose de Erica dejando todas sus cosas en su lugar. Rápidamente la vampira les hizo un ademán de que vinieran y se sentó en una de las sillas de acampar que los chicos pusieron allí.

—¿Qué fue lo que hizo? —Ethan se acercó a preguntarle a Sarah.

—Créeme, no tengo idea, pero lo que sea dio resultado —Le respondió yendo a entrar a la tienda de campaña junto a Rory para ver que podían comer de ahí.

—Resulta que es muy fácil engañar a unos inútiles sin cerebro para que te den su lugar —Erica estaba sentada muy relajadamente con sus lentes de sol mientras que tomaba un poco de jugo de limón que había en la pequeña mesa improvisada que había en el lugar.

Ethan tomó asiento al lado de Benny quien estaba sentado con el antebrazo cubriendo sus ojos. Sarah notó que había una cafetería al frente de donde estaban, así que preguntó si querían algo y como, obviamente, Erica no se quería mover de ahí el vampiro Rubio decidió ir con ella para ayudarla con lo que iba a traer.

Ethan estaba tan profundo en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Benny empezó a hablarle.

—Ethan —Le llamó el hechicero a su amigo para que le prestara atención.

—¿Eh?, Oh, lo siento, amigo —Se disculpó el vidente, últimamente ha estado aéreo y no sabe bien porqué —¿De qué me hablabas?.

—Te pregunté que si sólo venías a comprar el videojuego o había algo más —En verdad le parecía algo estúpido comprar eso ahora cuando podía esperar a que sus padres se lo compraran, total, Ethan ha cumplido con todas sus exigencias durante todo el mes, se lo merecia.

—Bueno, quería comprar el juego y también un regalo para alguien —Cuando mencionó el regalo bajo la mirada algo de sonrojo en sus mejillas — creo que así podría llamar la atención de esa persona.

—Oh...—¿Ethan estaba enamorado?, ¿sería Sarah? Nah, el le dijo que ya no sentía nada por ella. ¿Le habrá mentido? ¿o será que le gusta alguna chica y no le había querido contar? —¿Es...alguien que conozco?.

—Eh...si, lo conoces muy bien —¿"Lo"? Entonces es un chico.

Esperaba que ese chico no quisiera el regalo de Ethan. No era que quisiera que le fuera mal a su amigo, es sólo que no quería que se robaran a su niño. Benny estaba locamente enamorado de Ethan, pero ¿cómo le decías a tu mejor amigo que estas enamorado de el? ¿cómo se lo tomaría? ¿Lo odiaría? ¿O le correspondería sus sentimientos? El miedo al rechazo lo acobardaba.

Ese Benny Weir que coquetea con todas las chicas lindas de la secundaria sin miedo a que lo rechazen o sin vergüenza a que piensen que es un vago, se queda pequeño y se encoge al momento que piensa en Ethan. Ethan es su mayor debilidad y su mayor deseo. Es la razón por la que siempre tiene esa sonrisa de Galán en su cara.

—Si es de tu parte, estoy seguro de que le gustará —Le regaló una sonrisa sincera al vidente y el otro sólo le sonrió dulcemente. Los dos se miraban y sonreían como dos bobos, aunque no lo notaban.

Pronto, la voz de Sarah los sacó de su trance y se acercó para darle a Erica su café y su pan frances, mientras que Rory les daba sus cafés. Tan pronto como Benny y Ethan probaron sus bebidas las escupieron.

—¿Qué paso? —preguntó confundida la morena.

—¡Esta demasiado Dulce!

—¡Está demasiado amargo!

Dijeron los dos al mismo tiempo. Ya sabía porque habían reaccionado de tal forma, Rory les dio las bebidas equivocadas. Ella sabe perfectamente que Benny toma su café dulce y Ethan amargo, pero como ella no se los dio, ahí la equivocación.

El hechicero y el vidente intercambiaron sus cafés y rápidamente Ethan bebió un poco de su café, Erica lo miraba desde su asiento con una sonrisa divertida en su cara.

—¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? ¿me manché? —Pregunto el castaño mientras se revisaba y verificaba que no se hubiera manchado.

—No, es sólo que veo que no limpiaste la tapa.

—¿Y eso que?

—Que me da hace gracia que no te hayas dado cuenta de tu beso indirecto con Benny —La cara de Ethan estaba tan roja como un tomate. Sabía a la perfección porque ella se lo dijo a el y no a Benny.

La rubia sabía de su pequeño enamoramiento por su mejor amigo, ella y Sarah. No confiaba en Rory para contarle algo tan confidencial como eso. 

En verdad no sabe cuando tendrá el valor para decirle lo que siente. Es decir, son mejores amigos y los mejores amigos se cuentan todo, ¿verdad?. Él es la razón principal por la que quiso ir al centro comercial, quería comprarle algo especial y único y con ayuda de sus amigas vampiras se declararía a Benny. Algo sencillo, no tan elaborado, pero si algo bonito.

El vidente noto que la rubia lo seguía viendo con una sonrisa cómplice, el solo se encogió en su asiento mientras se tomaba su cafe. 

Sería un día muy largo.