IV.

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Era casi medianoche cuando Felix escuchó que la ventana de la sala de estar de su apartamento se movía hacia arriba golpeando el marco. A pesar de que el pecoso le decía una y otra vez que simplemente usara la puerta, estaba empezando a aceptar el hecho de que había convocado a un sirviente particularmente salvaje. Aún así, lo recibió en la puerta de su habitación, arqueando una ceja por ver los labios de Hyunjin teñidos de rojo.

Tan pronto como abrió la boca para burlarse de él por ser tan desastroso al comer, el demonio se inclinó hacia adelante, agarrando su barbilla para inclinarlo hacia arriba en un beso rudo.

Felix hizo todo lo posible por no chillar; la lengua de Hyunjin estaba presionando sus labios, negándose a aceptar un rechazo, pero con ella llegó el sabor a hierro y sal, agudo y desagradable en comparación con lo que esperaba del encuentro de los labios del contrario.

Sangre humana.

Justo cuando se estiró para empujarlo, Hyunjin se agachó, agarrando con una mano firme debajo del muslo de Felix, levantándolo a medias y presionándolo con fuerza contra la cama que se encontraba detrás de él en la habitación. Su muslo presionó con fuerza entre los de el menor, frotándose contra su miembro aun vestido por el pijama mientras que los dedos del demonio buscaban un pezón debajo de la delgada tela de la camisa con la que normalmente dormía el pecoso. Felix dejó escapar un pequeño ruido de sorpresa, sus caderas se balancearon tanto por la presión como por la estimulación.

Pero su cuerpo solo sabía cómo reaccionar de una manera a esos movimientos tan bruscos, y Hyunjin ya podía sentir la erección del contrario contra su ropa. El demonio se estiró para agarrar ambas manos de Felix, manteniéndolas sobre su cabeza mientras él se alejaba, admirando la mancha roja en los labios del menor ya hinchados por los besos.

"Hyun-" comenzó el pecoso, tragando saliva con una expresión ilegible en su mirada. Deseo, o tal vez, el comienzo de la desesperación. Hyunjin extendió la mano, empujando tres dedos más allá de sus labios en su lugar, inclinándose sobre él mientras presionaba demasiado su muslo contra él mismo por lo que terminó recargando a Felix contra la cabecera de la cama, provocando que todo el peso del cuerpo de el menor cayera contra la pierna del demonio.

"No hables", exigió Hyunjin, su mirada oscura e intensa, como si los dedos le permitieran a Felix echar un vistazo a esos ojos de otra manera. "Mueve tus caderas."

Felix no necesitaba que se lo dijeran dos veces. No cuando su miembro estaba presionando un contorno perfecto en sus pantalones cortos de pijama, y menos cuando no podía dejar de inclinar sus caderas para frotarse contra la pierna de Hyunjin de una manera que golpeaba todos los puntos de fricción correctos, pero terriblemente provocadores. El demonio mantuvo sus brazos sobre la cabeza del contrario, con una mano alrededor de sus muñecas, y los dedos de la otra hundiéndose en la parte media y posterior de su lengua, como si probara su reflejo nauseoso mientras el menor cabalgaba contra su muslo hasta que el líquido preseminal oscureció la tela del pijama por el frente.

Felix no se permitió tener arcadas ni una sola vez.

Sin embargo, frustrado y furioso, Hyunjin lo levantó más, presionando su muslo con más fuerza entre los de Felix, apretándolo allí mientras el pecoso se arqueaba contra él inútilmente hasta soltar un grito que fue ahogado por los dedos de aquel demonio.

Se corrió en sus pantalones cortos de pijama, la humedad empapaba la tela mientras Hyunjin se soltaba de su invocador, limpiándose los dedos en la mancha húmeda de los pantalones del contrario, matando dos pájaros de un tiro. Felix volvió a hundirse en la cama, luchando por recuperar el aliento cuando se dió cuenta de que dos ojos oscuros se posaban sobre él nuevamente, antes de que el mayor lo tomara en sus brazos y se dirigiera hacia el baño.

"Ese tipo de inmundicia me ofrece muy poco", murmuró, quitándole los pantalones a Felix para al menos lavarlo, ignorando la forma en la que el miembro de el menor se agitó de nuevo con solo un poco de su toque. "Tu información es incorrecta. Comidas como esa son asquerosas. No vuelvas a sugerir uno a menos que estés preparado para limpiar mi mierda después".

Decepcionado de que esto pareciera ser toda una cortesía formal para limpiarlo después de haber hecho que se corriera en los pantalones, Felix soltó un suspiro exagerado. "Al menos podrías haberte cepillado los dientes primero".

unholy virtues |Hyunlix|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora