Fleur De Lis -COMPLETOS-

Capítulo 30

Capítulo 30

Al llegar justo dentro de las salas del cementerio Harry, Dumbledore y Grindelwald fueron tratados con un sitio espectacular. Justin estaba desatando un infierno mágico sobre el propio Voldemort. Su velocidad era algo para contemplar, pero la expresión en el rostro del joven Potter le dijo a Harry que era un movimiento final de desesperación. La destrucción a su alrededor era una indicación de cuánta defensa había necesitado usar el joven. Antes de que Harry pudiera avanzar para intervenir, Dumbledore le puso una mano sobre el hombro: "Necesitamos un plan de ataque, Harry."

En el tiempo en que los ojos del joven se desplazaron al Director de Hogwarts, Voldemort había pasado las defensas de Justin y ahora sostenía al niño en el aire con algún tipo de estrangulador mágico. El corazón de Harry sintió como si hubiera sido atrapado por el miedo, y él gruñó: "Tengo un plan. Ataque."

La magia del joven hechicero parecía cantar cuando la Varita de Anciano latía con poder, y desapareció con el más mínimo giro. Una maldición deslumbrante había dejado su varita antes de que Voldemort pudiera estremecerse ante la llegada del joven: "Aléjate de mi hermano."

Después de haber sido arrojado hacia atrás por el aire, Voldemort se estrelló contra el suelo con fuerza, pero antes de que Harry pudiera maldecirlo nuevamente, el hombre estaba de pie con una expresión de ira en su rostro. Sin embargo, Dumbledore y Gellert se habían apareado a cada lado de Harry, con las varitas desenvainadas en defensa de Justin Potter. Harry habló suavemente sobre su hombro, sin quitarle los ojos del Señor Oscuro: "Quédate detrás de mí sin importar qué. Estás a salvo ahora."

Voldemort gruñó: "Un sentimiento tonto si realmente crees eso, Potter."

Harry miró de un lado a otro a los magos mayores a su lado: "De pie ante ti, Tom, son los tres magos más grandes del siglo. No se preocupe, estará entre los cinco primeros si ampliamos la lista."

Voldemort gruñó ante las palabras del joven, pero Harry no se detuvo allí cuando se dirigió a los Mortífagos cambiando nerviosamente: "Todos deberían correr. Quizás vivir un poco más. Esto ha terminado."

Una sonrisa maníaca comenzó a extenderse lentamente por la cara del Señor Oscuro de cara pálida: "Oh, querido Harry Potter, no tienes idea de lo que he hecho para escapar de la muerte. No tengo idea de qué preparativos he tomado para enfrentar el poder combinado de los "tres magos más poderosos del siglo'."

Voldemort repitió las palabras del joven burlonamente, pero Harry no entendió por qué el hombre se engañaba a sí mismo al pensar que iba a vencer a los tres con solo un puñado de seguidores. Sin embargo, antes de que pudiera replicar, cinco de los Mortífagos comenzaron a caminar hacia el lado del Señor Oscuro, y Harry se mostró inmediatamente cauteloso con ellos. Cada uno poseía los mismos ojos rojos que su maestro. Reconoció a Lucius Malfoy y Bellatrix Lestrange al instante, y sabía que incluso si Bellatrix había escapado de Azkaban recientemente, ella todavía podría ser una gran amenaza. Los otros tres Harry se fijaron como miembros del círculo íntimo, pero eran irrelevantes para él.

Grindelwald se puso de pie directamente al lado de su aprendiz: "Estamos más allá de todas sus capacidades. Levanta tus varitas hacia nosotros y morirás."

Dumbledore parecía que quería contradecir al hombre, pero por desgracia suspiró y se colocó directamente al lado del dúo que su varita se preparó para atacar. Sin embargo, Voldemort levantó su varita perezosamente: "Hagamos historia entonces. AVADA KEDAVRA."

Scene Break

Fue un hermoso día en los terrenos de Potter Manor. La suave capa de nieve de la víspera de Año Nuevo cubría el área, y los primeros signos de vida en los terrenos fueron las huellas hechas por la familia Potter. Harry condujo a su familia a través de los terrenos mientras Grindelwald estaba de pie con cada brazo detrás de su espalda en la distancia. El mentor le había dado a su aprendiz mágico un momento para preparar a su familia para lo que estaban a punto de presenciar. Gellert se había apareado hasta el punto fijo en el que se encontraba actualmente, y sus ojos nunca flaquearon de su aprendiz.