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Sakura siguió recibiendo dinero y tareas a cambio de velar por él

La mujer quería volver a encontrarse con Jiraiya pero él era un ninja sigiloso y nunca lograba atraparle

Ella ya le había cortado el cabello a Naruto, le había enseñado a lavar sus dientes de la manera correcta, un poco a cocinar y mantener sus alimentos a la temperatura correcta, a lavar ropa y a secar sábanas

Él había avanzado bastante, aún así era un torpe socialmente

Sakura había intentado encontrar información de su existencia en esa aldea, pero no encontró nada, solo libros de mitología hacerca de los Kitsuné que no se atrevía a preguntar porque podía incomodar, necesitaba que él contestará

Habían pasado dos semanas desde el último llamado del ninja, ella estaba desesperada por ver cómo estaba él. Tal vez no la necesitaba porque pronto llegaría la primavera y el bosque tendría lo que necesitaría.

Ella tomó su bolso de viaje, avisaría que se iría, no encontró a nadie y al regresar a su lugar de trabajo se encontró con el hombre

Sakura se alegró de verlo —Tú...—

Él estaba leyendo un pequeño libro —Lograste domesticarlo— dijo con una sonrisa

Ella se extrañó —Él esta ansioso que vuelvas, muerde los muebles y desarrollo un tic, espera en la orilla de la colina y está memorizado el libro que le regalaste—

Eso le movió bruscamente el corazón

—¡Entonces, ¿Porqué no me llamaste?!— recriminó enojada

—¿También te domesticó a tí?— cuestionó con una sonrisa coqueta

Ella rabio, así que atribuyó a su enojó la calidez de sus mejillas —Es mi paciente— respondió

—Lo sé— dijo tranquilo —Dime, Sakura, ¿A dónde ibas?—

Ella se puso nervioso apretando su mochila —Yo...yo...iba a ver un paciente en otra aldea—

—¿La fruta es para tí?— preguntó quitando una manzana de su bolso —Es más comida que material de curación—

No podía ocultar nada de un ninja

—Él necesita ayuda, no puedo simplemente...—

Él le dió la fruta —Sé que puedo confiar en tí aunque estés confundida, Sakura, de hecho me recuerdas a alguien— dijo con una sonrisa —Yo seguiré dándote dinero por las veces que Naruto me diga que lo visitaste, cuando quieras, las veces que quieras y que hagas lo que quieras— exclamó —Pero hay una advertencia...— dijo haciendo reaccionar a la mujer —...Tienes que estar conciente que aunque un Kitsuné, él es un hombre—

El de cabello blanco iba a salir

—Por cierto...Ese nuevo haori naranja es perfecto para él— molesto con una ligera sonrisa

Ella bajó la mirada sonrojada y sin pudor se fue al lugar que sabía sus coordenadas de memoria

En el paso 100 empezó a pensar en lo que él le había dicho, Naruto era un hombre unos meses más grande que ella, le hablaba de manera cariñosa y no desaprovechaba ninguna ocasión para estar a su lado

Sakura lo vió en la orilla de la colina esperando algo, él la vió, alzó sus orejas de Kitsuné y parecía brincar de emoción

Ella se sentía feliz de que una persona la esperará con tanta emoción, a medio camino él la ayudó a subir, tomando sus cosas y tomando su mano

Naruto abrió la mochila, sabía que siempre había cosas para él, tomó la primera manzana y la mordió para mantenerla en su boca, estaba temblando de emoción y feliz

Ella se sentó frente a él, mirando como descendía la tela de la prenda que compró, el oji-azul mordió la fruta, sacó sus nueve colar y sus orejas para moverlas suavemente —Me gusta— respondió —Gracias, Sakura-chan—

Él siguió comiendo asegurándose que con esa prenda pudiera sacar su cola

—Vendre cada semana— avisó

Las colas se movieron suavemente con alegría —¿Lo dices enserio?—

—Sí— afirmó con una leve risa

—¡Yei!— exclamó triunfante —Te extrañé estás dos semanas, de hecho... Memorice el libro que me diste, Jiraiya-sennin me dió otro pero no le entiendo mucho— dijo rascando su cabeza

—Puedo explicártelo— accesible sonrió

Naruto fue por el libro, la oji-jade lo tomó —¿Ya comiste?—

—No— negó —¿Sakura-chan puedo hacer fideos?— preguntó ilusionado

—No puedes comer solo ramen— recriminó

—Es mi comida favorita, Sakura-chan— respondió

—Haré curry, tal vez la próxima semana haga fideos— se impuso con una mano en la cintura

—Bien— se resignó sintiéndose regañado

Los dos comieron, Sakura vió los muebles con marcas de dientes y colmillos, un poco asustada

Ella lo veía calmado y normal pero recordó que era como un síndrome de abstemia, curó las heridas que no cicatrizaron de los vestigios de su caza y recolección de verduras y frutas

Ella limpió un poco la casa y se sentó con él a leer el libro que Jiraiya le había regalado, la de cabellos rosas no aguanto el sueño y cayó en medio de una página

Naruto estaba entre despertarla o no, ella podía ser realmente severa al enojarse pero estaba oscureciendo y él sabía de los peligros del bosque, se acercó y mientras pensaba en como hacerlo para que ella se enojará lo menos posible, se paró a oler su cabello de cerca

Ese olor lo tranquilizó y lo maravillo, no podía creer que algo podía oler tan bien, la vió con ternura, se sonrojó ligeramente

Jiraiya le había dicho que había sido domesticado que por eso estaba ansioso y siempre en las horas en las que Sakura lo visitaba, él pidió un ejemplo y le dió el ejemplo del perro de su antiguo tutor. Tal vez Sakura se había convertido en su dueña y ninguno de los dos se había dado cuenta.

La mujer se asustó al despertar, golpeó a Naruto con su frente haciendo que se mordiera el labio

—¿Qué sucedió?— preguntó alarmada por ver la sangre en su labio

—Me mordí el labio— dijo con dificultad

—Oh, tonto— dijo tomando su labio para verlo, tomó un trapo y lo limpió —Pronto sanará— sentenció al verlo

Naruto sentía un cosquilleo profundo en el área que ella tocó, él sabía por el libro que leían que en los labios se daban los besos de amor

La Haruno tomó sus cosas para irse mientras él pensaba en sí algún día él pudiera tocar los labios de la mujer y más atrevido aún... besarlos

El bronceado fue más activo al ayudarle, se llevó sus cosas todo el camino y decidió bajar una piedra más que lo que normalmente lo hacía

—Naruto— llamó —Voy a investigar más de tí— informó —Encontrare la forma de ayudarte—

—¿Porqué?— preguntó confundido

—Porque me importas— respondió con una sonrisa amigable —Me preocupó por tí, así que ayúdame, hagamos ésto juntos— dijo sonriente

El rubio sintió su corazón sucumbiendo, su humanidad surgiendo en su punto más alto, sus pupilas se expandieron y no sintió el dolor y la tristeza que siempre marcaron su vida, fue como si esa sonrisa frente a él, sólo por ser lo que era, las había disipado

El chico en la colina [NaruSaku +16] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora