Capítulo tres. La Cruzada.

11 2 0
                                    

Han pasado tres años desde que Los Rojos masacraron a mi pueblo, desde que V'har destruyó todo lo que solía creer, todo lo que solía querer. El primer año fue complicado pues no tenía a dónde ir, recursos de dónde aprovechar ni gente a la que acudir, estaba de vuelta en el inicio, el segundo año fue complicado al inicio pues seguía completamente sólo, un alma vagabunda caminando por el mundo, guiado solamente por un mapa incompleto pero motivado por la venganza hasta que, una especie de equino de color carmesí brillante como el Sol se acercó a mí, su pelaje sedoso y terso como una nube además de sus ojos negros como carbón me hicieron temerle de inmediato pero al tocarle y verle de cerca entendí que éramos el uno para el otro. Éste ejemplar ha sido mi única compañía desde hace medio año, le nombré Y'ewn en honor a la única mujer que me ha derretido el corazón, pensar en ella en estos momentos me evoca dos tipos de sentimientos: me rompe el alma en mil pedazos pues, fui incapaz de defenderla y de defender a mi pueblo, pero también me llena de esperanza, quiero hacer justicia por lo que le pasó a ella y a todo mi pueblo y sé que lo lograré. Hoy más que nunca, estoy decidido a tomar venganza contra esos malditos que me arrebataron la vida, me quebrantaron el corazón pedazo por pedazo y cremaron los restos, ahora que ya no estoy solo es mi oportunidad para comenzar a viajar cazándolos.

Y así fue, viajé por dos semanas a lomos de mi fiel corcel hasta toparme con un enorme monte. Y'ewn y yo dudamos un momento sobre cómo íbamos a cruzar, pues era demasiado empinado para escalarlo y muy largo para bordearlo, estábamos tan concentrados en estos pensamientos que no escuché ruido alguno hasta que estaba en el suelo.

- ¿Qué eres tú y qué haces aquí? -dijo con un masculino tono de voz.

- Eso no es de tu incumbencia, ¿por qué me sometes? - respondí yo tomándolo del tobillo para intentar derribarlo sin éxito.

- Ese truco es muy viejo, te repito la pregunta. ¿Qué haces aquí y qué eres tú? - respondió acometiendo sobre mi mano, rompiéndola de un solo pisotón.

- ¿Por qué quieres saberlo? ¡Ni yo mismo sé qué soy! Solamente estoy buscando vengarme de los Rojos por lo que le hicieron a mi gente. - agregué con la voz quebrada pues el dolor de mi mano rota era insoportable.

- Si vengarte es lo que buscas y poder es lo que necesitas, ven a mi templo. He estado esperando por un discípulo un largo tiempo. -dijo aquel viejo ofreciéndome su mano izquierda.

- ¿De verdad esperas que vaya contigo después de que rompiste mi mano?, ¡Eres un idiota insensi... -perdí la consciencia antes de terminar de hablar!

Desperté en un cuarto de madera con muy poca luz por lo que asumí que era de noche. Miré mi mano y estaba completamente vendada, no podía moverla y ya no me dolía, pero me ardía como si de una quemadura se tratase. Caminé torpemente en penumbras intentando apoyarme de toda superficie que encontrase a mí paso para lograr salir del cuarto y cuando lo conseguí recordé a mi yegua, ¿dónde estará?, ¿estará bien? Grité y grité por unos minutos hasta quedarme sin voz, así como sin esperanza de salir de aquel lugar que parecía un laberinto en medio de la noche. Me senté en el suelo ahogándome en llantos de impotencia y decepción por haber durado tan poco en mi cruzada, hice absolutamente nada por vengar a mis hermanos y ahora estoy aquí, atrapado, discapacitado y abandonado.

- ¿Te vas a quedar ahí llorando?, ¿no vas a luchar más? - dijo la oscuridad frente a mí.

- Es que ya no sé qué hacer, no sé cómo salir de aquí ni cómo hacerle frente a todo lo que tengo delante. - respondí aún con la cabeza hundida en mis manos.
- ¿Cómo sabes qué tienes frente a ti si no levantas la vista? - agregó de nuevo, pero siempre con un tono calmado y suave, así como andrógino.

Levanté la vista y vi el pasillo que concluía con la salida. Efectivamente era de noche, pero la luna brillaba intensamente por lo que afuera podía distinguir al mismo hombre que rompió mi mano. Corrí hacia él para atacarle, pero frenó mis acometidas una y otra vez, derecha e izquierda, arriba y abajo, de un lado a otro, cabezazos o patadas. Él conocía todos mis ataques a la perfección.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 26, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Desviado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora