Es demasiado cansado ser tan difícil, entiendo que es la única palabra que encuentro para definirme, difícil en cuento a mi forma de ser, mi manera de pensar, soy difícil de querer y soportar, créeme, sé lo que soy.
Pero ser como soy tiene sus ventajas, desde que tengo uso de razón evito encariñarme con la gente. Si es así trato de que sean pocas personas. Prefiero concentrarme en mi mismo y darme espacio para pensar cosas que me gustaría entender. Trato de no depender de nadie y me alejo... ¡he ahí mi problema!
No suelo darle el mismo valor a lo material y a las personas, podrá sonar un tanto raro pero las personas me inspiran, me provocan unas ganas inmensas de ser alguien más.
Es como si mi miedo fuese entregarme a relaciones humanas, a ser rechazado o a tener que hacerlo. Prefiero mirar de lejos y ser crítico. Pero, ¿de qué me sirve estar lleno de experiencias si no las he vivido? No puedo seguir con este miedo, me he quedado estancado en ciclos de los que no puedo salir, y eso si me mantengo despierto.
Pero después de todo mi miedo ha sido mi aliado, me ha salvado en todas las formas posibles. Me ha salvado de encariñarme de otra manera, de entregar lo que me cuesta.
Estoy contento conmigo. Al expresar mis más reprimidos pensamientos he logrado entender, entender que mis temores pueden ser remediados, que algún día me van a pasar estas cosas que me dan miedo.
Es la mismísima naturaleza, eso sí que no lo puedo negar he indiscutiblemente tampoco puedo cambiar el curso de la misma.
Estoy aquí, dispuesto a vivir, a luchar, a vencer a todo aquello que me ha provocado daño alguna vez.
