«Me odia. Me odia de verdad» ____ había esperado cierto resentimiento, pero no aquella abierta hostilidad. Durante el viaje de Inglaterra a Italia había estado preguntándose por Justin y Gino Bieber, los dos hombres a los que, sin querer, había desposeído de parte de su herencia.
Ahora, mirando a Justin a los ojos frente a la tumba de su padre, pensó que nunca había visto tanta amargura concentrada en un ser humano.
____ parpadeó, pensando que podría ser una ilusión producida por el sol. En Toscana, las sombras contrastaban fuertemente con los colores: rojo, naranja, amarillo, verde... Colores vibrantes, intensos. Peligrosos.
«Estoy imaginando cosas», pensó.
Pero el peligro estaba allí, en los ojos llenos de furia de Justin Bieber.
Isidoro, su abogado italiano, le había dicho quiénes eran los hermanos Bieber, pero ____ lo habría descubierto de todas formas. El parecido familiar era clarísimo. Los dos hombres eran altos, de facciones clásicas y brillantes ojos oscuros.
Gino, el más joven, la miraba con expresión amistosa a pesar de las circunstancias. Su pelo, muy oscuro, se rizaba un poco en la nuca y en sus ojos había un brillo de humor.
Pero no había nada amistoso ni humorístico en Justin, cuyo rostro parecía esculpido en granito. Era un hombre de entre treinta y cinco y cuarenta años, de frente amplia y nariz romana; un rasgo poderoso en un rostro poderoso.
Incluso a distancia, ____ podía detectar una fuerte tensión, que él intentaba controlar con supremo esfuerzo.
Justin Bieber no la perdonaría.
Pero, ¿por qué iba a necesitar ____ su perdón? Ella no le había hecho nada.
Quien se lo hizo fue su padre, que había hipotecado un tercio de la granja familiar sin decírselo a sus hijos.
—Vincente Bieber era un tipo encantador —le había dicho Isidoro—. Pero tenía la terrible costumbre de cerrar los ojos para no ver la realidad, siempre esperando un milagro. Justin intentaba controlar en lo posible el negocio familiar, pero Vincente les tenía reservada una sorpresa para el final. Entiendo que esté disgustado.
Pero el hombre que ____ tenía enfrente no estaba disgustado. No, Justin Bieber parecía dispuesto a matar a alguien.
—Quizá no debería haber venido al funeral de su padre.
—Desde luego que no —suspiró Isidoro—. Seguramente se lo habrán tomado como una provocación.
—Pero yo no quería provocar nada. Sólo conocerlos, decirles que voy a darles una oportunidad para pagar la hipoteca.
—____, ¿es que no lo entiendes? Estos hombres creen que no te deben nada, que eres una usurpadora. Ofrecerles una oportunidad de que te paguen la hipoteca es una receta segura para el desastre. Vámonos de aquí.
—Vete tú si quieres, yo no pienso salir corriendo.
—Más tarde es posible que lo lamentes, ____.
—¿Por qué? ¿Qué podrían hacerme?
Una semana antes, en un restaurante londinense con David, todo le había parecido tan fácil...
—Con el dinero de esa herencia puedes convertirte en socia de la empresa —le había dicho él.
—Y mucho más —sonrió ____ pensando en la casa que compartirían después de la boda.
David no contestó directamente, pero levantó su copa.
David Edwards, su prometido. Con cuarenta años, guapo, elegante y muy británico, era el presidente de una prestigiosa firma londinense de administración de empresas.
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Ganarte (Justin Bieber y ____)
Teen FictionHabía perdido su tierra... ¡pero había ganado una esposa! Justin Bieber y su hermano Gino acababan de descubrir que una inglesa llamada ________ había heredado parte de sus propiedades. Parecía haber sólo una solución para no perder la tierra: lanza...