Capítulo 3

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Un pelinegro de grandes ojos despertó lentamente. La luz se colaba por un lado de sus cortinas. Abrió lentamente los ojos y se quedó un momento más recostado. Los recuerdos de lo que pasó la noche pasada lo invadieron. Un leve sonrojo recorrió sus mejillas y para esconderlo coloco una mano en su rostro. Se sentó en la cama y miro hacia atrás. Era el único en la cama. Eso lo decepciono por un momento. Pero, tampoco esperaba que Kai se quedara a dormir con él. Sus padres podrían descubrirlo. Paso una mano por sus oscuros cabellos y tallo sus ojos. Era increíble como la felicidad lo llenaba por dentro. Por más que quisiera retener la sonrisa, era imposible, aparecía en su rostro involuntariamente.

Ayer pasaron muchas cosas. Obtuvo una confesión de Jongin y también convirtió uno de sus sueños en realidad. Si, tenía dos deseos. Uno era pasar una noche con Kai, y el otro era que tuvieran una relación. Ya había cumplido uno de ellos, pero del otro, no estaba tan seguro. Es cierto que se le confeso pero jamás hablaron de tener una relación. Ese pensamiento lo deprimió por un momento. ¿Y si no pasaba nada? Sacudió su cabeza a los lados. No podía ser tan pesimista sin siquiera haber hablado con el castaño.

Salió de la cama y se alisto para el colegio. Al pararse noto que la cadera le dolía, y ni hablar de la parte baja, creía que sería incapaz de caminar. Abrió un cajón y saco unas pastillas. Tomo una... Miro a su alrededor, no tenía agua. Tendría que bajar a la cocina para conseguir agua.

Camino por todo el pasillo y las escaleras lentamente. Maldecía a Kai mentalmente por haber sido tan brusco, aunque, muy adentro de él también se lo agradecía. Tomo la pastilla y coloco el vaso en el fregadero. Iba apenas volteándose cuando vio a su mamá delante de él. Dio un grito por el susto.

-Mamá- se apresuró a decir entrando en pánico. Si lo veía caminando tan extraño empezaría a hacer preguntas

-¿Qué pasa?- toco el rostro de su hijo- Pareces preocupado-

-No...- volteo su mirada- Es solo que... estaba... buscando a Kai-

-¿Jongin?- la mujer lo miro confundida- Él se fue cuando llegamos-

-¿Se fue?-

-Si, se despidió de nosotros y se fue-

El pelinegro se quedó callado. Él pensó que había dormido con él y después por la mañana se fue. Pero, al parecer, no fue así. Bajo la mirada. Sentía una presión en su pecho. ¿Por qué lo dejo solo después de...?-

-¿Pasa algo?- pregunto sus mamá interrumpiendo sus pensamientos

-No...- negó D.O algo ido- Voy por mi mochila- empezó a caminar pero el dolor todavía no se iba

Hizo una mueca que no pasó desapercibida por su madre.

-¿Qué tienes?-

-Nada- negó con la cabeza pero la mirada seria de la mujer lo hizo volver a hablar- Ayer jugué algo de basquetbol y me lastime el pie- si que era bueno sacando excusas

-¿Quieres que te lleve a un doctor?-

-No- se apresuró a decir el pelinegro- Estoy bien, ya se me pasara- sonrió lo mejor que pudo

Caminando lentamente fue a su habitación. Se dejó caer de cara en la cama. Si se sentaba aun dolería, por eso era mejor de esa manera. Tomo una almohada y respiro el aroma aun impregnado del castaño. Todavía no pasaba ni un día y ya lo extrañaba. Quería preguntarle porque es que se fue tan apresuradamente, sin siquiera despedirse. De alguna manera lo hacía sentirse extraño, como si solo hubiera querido sexo con él y ya. Se paró de la cama. Debía dejar de pensar.

Tomo su mochila y bajo de nuevo las escaleras. Ya no había mucho dolor, esas pastillas eran rápidas. Se despidió de su mamá y salió hacia la escuela.

[Kaisoo] D.O's notebookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora