Hurt - bbangsaz EDITADA

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Minji

—Hyunjin... aquí no podemos —susurré contra sus labios, sintiendo su aliento tibio mezclarse con el mío.

—Ellas están arriba, no se darán cuenta —murmuró con picardía mientras se subía a mi regazo y bajaba sus besos hasta mi cuello.

Maldita sea. Mi maldito punto débil.

Cerré los ojos con fuerza y respiré hondo, intentando resistirme a la tentación. Sus labios ardían contra mi piel, dejando un rastro de calor que me hacía difícil pensar con claridad.

—Hyunjin, en serio —tomé su cintura con ambas manos y la detuve antes de que esto fuera más allá—. No haremos esto aquí. Hyein puede bajar en cualquier momento.

Ella bufó molesta y se dejó caer a mi lado en el sofá con los brazos cruzados, haciendo un puchero.

—Qué aburrida...

Rodé los ojos y pasé un brazo por sus hombros, atrayéndola hacia mí.

—Lo siento, ¿sí? No me importa si te molestas, ya te dije que no podemos hacer esto mientras estoy trabajando. Te invité para pasar un rato juntas, pero no vamos a tener sexo aquí.

—Lo sé... —murmuró, suspirando dramáticamente antes de recostarse sobre mi pecho. Su mano se deslizó bajo mi camisa, acariciando mi abdomen con movimientos suaves.

Me relajé con el contacto y seguimos viendo la televisión en silencio hasta que escuché pasos bajando las escaleras.

Levanté la vista justo a tiempo para ver a Hanni cruzar la sala sin siquiera dirigirnos una mirada. Se metió en la cocina, abriendo y cerrando puertas con más fuerza de la necesaria.

—¿Al menos te puedo besar? —preguntó Hyunjin en un tono travieso, levantando la cabeza para mirarme.

Sonreí de lado y asentí.

—Sí.

Ella no perdió tiempo en acercarse y nuestros labios se encontraron en un beso lento, pausado pero intenso. Sin embargo, la paz no duró mucho.

—¿Interrumpo algo?

Solté un suspiro pesado y me separé de Hyunjin con fastidio.

—No. ¿Qué quieres?

Hanni se cruzó de brazos y me miró con una expresión de desagrado.

—Ya es tarde.

—¿Y?

—Hyunjin ya debería irse.

—Pareces mamá diciendo eso.

—Es en serio, Kim.

Hyunjin suspiró y se levantó del sofá, arreglando un poco su ropa.

—Hanni tiene razón, ya es tarde. Acompáñame a mi auto, por favor.

Rodé los ojos, pero igual me puse de pie.

—Está bien.

Antes de salir de la casa, lancé una última mirada a Hanni, quien me observaba con una sonrisa de satisfacción.

Hanni

Me dejé caer en el sofá con los brazos cruzados, resoplando con irritación.

—Qué descarada... besando a su novia mientras está trabajando —murmuré para mí misma, observando la pantalla de la televisión sin realmente prestarle atención.

Cerré los ojos por un momento, intentando calmarme, pero la idea de que Minji y Hyunjin estuvieran afuera, seguramente besándose otra vez, me carcomía los nervios.