✓✓ Heridas Por Sanar ✓✓ #1

둘 002 둘

— ¡Alto! —

No sé cómo pero ese grito involuntario escapó de mi boca llamando la atención de ambos chicos.

El castaño sonrió al mirarme pero el pelinegro tenía una mirada tan amenazante que enserio aterraba.

— ¿Podrías quitarte? — hablo una chica justo detrás de mí.

Gracias a Dios me salve con la llegada de esa chica, rápido entre ignorando a los chicos y caminando al asiento que estaba junto a la ventana era el primer puesto, los chicos solo se fueron a sentar.

El salón se fue llenando asta sonar el timbre y dar inicio a la primera clase con nuestra coordinadora la cual estaría al pendiente de nosotros todo el año.

— Buenos días chicos espero que hayan disfrutado de las vacaciones — comento con su dulce voz — como ya saben seré vuestra coordinadora así que cualquier incoveniente pueden buscar me, además les recuerdo que deben empezar a inscribirse en los grupos de aprendizaje.

Así empezó con tantas informaciones las cual anotaba para que no se me olvidará, después de esas largas informaciones empezamos con las clases las que luego de unas largas horas acabaron.

El timbre sonó y todos empezaron a salir al descanso, guarde mis cosas para luego salir del salón y dirigirme al comedor mientras realizaba una llamada.

— Ahimy — contesto Sofía al otro lado de la línia.

— Hola — sonrió al escuchar su voz — disculpa por no ir esta mañana, mi padre está aquí en la ciudad así que me trajo a la uni por eso no pude ir.

— no te preocupes — contesto tranquila — hoy en la mañana estuvo Matías aquí, luego se fue a la uni.

— oh — solté una risita — supongo que fue una super visita.

— ya no empieces — soltó avergonzada.

Al llegar al comedor me acerco a pedir mi comida para luego irme a sentar.

— oh valla — solté sorprendida al ver a Matías sentado en una de las mesas vacías — acabo de ver al chico de tus sueños.

— ¡Ahimy! — regaño está lo que me hizo reír — tengo que colgar luego nos vemos.

— está bien — sonrió y la llamada finalizó.

Caminé con mi bandeja de comida hasta llegar donde Matías para tomar asiento justo frente a él.

Pasamos todo el almuerzo conversando y riéndonos de tantas cosas, Matías era un chico genial nos conocimos desde aquel día que acepte a Jesús, y bueno siempre nos vemos ya que es el hijo del pastor, su cabello castaño oscuro, sus ojos marrones, su piel ligeramente bronceada y su hermosa sonrisa encantadora lograba llamar mucho la atención.

— parece que alguien no te quita la mirada de encima — comento esté serio observando justo atrás de mí.

— ¿Qué? — solté confundida.

— Christian — soltó serio para luego mirarme — ¿Él estudia contigo no? — pregunta curioso.

— ah, si — contesto confundida.

Al mirar disimuladamente hacia atrás me encuentro con la mirada penetrante del pelinegro logrando impresionarme así que rápidamente desvío mi mirada de él para observar a Matías.

— deberías tener cuidado — soltó preocupado esté — Christian es... Es alguien difícil, además no es una muy buena persona.

No sé a que venía eso, ni porque me estaba mirando Christian pero era incómodo y bastante extraño, solo terminamos de comer para volver cada quien a sus clases.