Exhibición ~Perte 1~

25.6K 134 0
                                    

Me encontraba recostada en una silla, con las piernas abiertas en el reposado de brazos, completamente estirada. Mis tobillos estaban atados a la parte inferior de esta, y mis brazos en la parte trasera de la silla.

Mis grandes senos se encontraban amarrados entre cuerdas, que los hacía mantenerse firmes. Tenía un collar de cuero negro que apretaba mi cuello y unas lindas bragas rosadas de seda.

Me preparaba una larga noche. Mi amo la  había puesto en una exhibición pública, invitó a una larga lista de caballeros que fueron llegando alrededor de la noche.

Los hombres comenzaron entrar excitándose, casi al instante que veían a una perra completamente desnuda, con una caja llena de juguetes sexuales, que tenía el nombre de “Use on me”.

Su amo comenzó la noche estipulando una norma- No tiene permitido tocar la perra, su coño y su culo los puedo tocar solo yo-

Un hombre en el fondo de la sala se quejó, - Qué sentido tiene, si no la puedo tocar.

De este modo, emi amo continuó diciendo; - Podrán usar cuantos juguetes sexuales quieran sobre ella, introducir en su coñito todos lo vibradores que quieran, introducir dildos en su culo, pinzas en sus senos, hacerla gritar de placer, o de dolor, que llore o se desmaye de tanto venirse, pueden tomar fotos videos, correrse encima de ella, proporcionar cuantos latigazos quieran. Hacer lo que sé en ella, menos follarsela-

Se planteó una idea y siguió diciendo- Bueno, el último que dure hasta el final de todo- Cogió mi cara del mentón. - Tendrá la oportunidad de correrse en su boca, si así lo desea- Esa simple idea, hizo que a todos se les parara.

Los hombres comenzaron a husmear en la caja al lado mi. Tomaban fotos de mi cara, y tetas descubiertas. Me decían lo perra que era,  como me dejarían sin aliento. Que no iban a parar, incluso si suplicaba que lo hicieran. Eso solo me excitaba aún más.

-Que comienza la primera ronda, caballeros, sean creativos- Dijo mi amo.

Un hombre cogió unas pinzas, que se conectaban entre sí, puso cada una en cada pezón, haciéndome erizar, con la cadena, la alzaron y la pusieron por encima de mi cabeza hasta llegara tras de mi cuello. Haciendo que se mantuvieran jalados y estirados.

Él dolor me hizo soltar un leve jadeo, que claramente los caballeros disfrutaron. Pues uno de ellos, desde la parte trasera de mi cuello, jalo más la cadena una y otra vez, arrancándole jadeos cada vez más fuerte.

Antas de que siquiera me diera cuenta, estaba completamente mojada, y de mis bragas caian gotas de excitación.

-Todavía no tenías permitido mojarte, pequeña zorra- Dijo uno de los hombres, mientras cogía un hielo, y lo pasaba por todo mi cuerpo; pasó por mis duros y sensibles senos, precisando en las pinzas, luego por mi abdomen hasta llegar a pelvis.

Me retorcí un  poco ante el tacto frío. -Si estas muy caliente nosotros te ayudamos a regular la temperatura-
Los Caballeros comenzaron a copiar la acción, cogieron más hielos, pasándolos por todo mi cuerpo, lentamente, así podían quemarse. Me removía aún más en la silla, mientras soltaba pequeños jadeos.

-Está… muy frío- Dije entrecortado, con la respiración ya algo pesada. Los hombres me vieron con malicia, viendo como sus miradas me sonrojaban, uno de ellos, movió mis bragas aun lado, e introdujo el hielo, en mi interior, un escalofrío todo mi cuerpo.

-Amgh, me quema- Me queje moviendo mis manos atadas tras de la silla. Pero eso no les inmutó, pasaron cada uno a repetir las acciones, metieron, uno, dos, tres y cuatro hielos dentro mío. El dolor era infernal, el ardor hacía derretir los hilos, que goteaban por fuera de mi coño. -Pueden saca–rlo, por favor, me arde- Dije con algo de timidez.

Relatos de una Sexdoll (Sumisa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora