A pesar de los numerosos intentos de Heeseung y Sara, no había habido manera de que aquella discusión entre Jake y Miguel se arreglase, y mucho menos si este último no quería hablar con Jake.
Decidieron salir a dar un paseo los cuatro juntos, intentando calmar algo el ambiente, pero la tensión se hacía cada vez más notable. Heeseung entendía perfectamente el motivo de aquella pelea, sin embargo, Sara parecía no encontrarlo, haciendo que el chico dudase si contarle el secreto de su hermano.
Estaba a punto de acercarse a la chica dispuesto a contarle todo cuando una voz femenina llamando su nombre le detuvo. Podía reconocer aquella voz desde cualquiera lugar del mundo, al igual que el resto del grupo, quién no tardaron en girarse, con una muesca de asco adornando sus rostros.
Hee, pastelito -exclamó Yuna, mientras Miguel hacía como si vomitase al escuchar aquel mote, llevándose una mirada de odio de parte de la chica.
Pastelito dice, ¿qué eres? ¿una bollería? -preguntó Sara, mientras Yuna se hacía la víctima.
¿Ves? Son siempre ellos los que se meten conmigo -exclamó la chica mientras seguía con su actuación de victimismo, su especialidad, agarrándose al brazo de Hee, quién no dudó en apartarse de ella.
La chica no pudo evitar soltar un bufido de queja al ver como el contrario se separaba de ella, revisando a todo el grupo hasta que su mirada topó con la de Miguel, a lo que alzó una sonrisa de superioridad.
Desde que estás con ellos, ya no me das tanto cariño -se quejó Yuna, preparando su ataque hacia Miguel.- Claro, como ahora te juntas con aquel degenerado mariquita, te estás volviendo imbécil. No debes juntarte con él más, amorcito, a saber lo que te puede pegar de todos los tíos con lo que se acuesta.
Las miradas de todo el grupo se dirigieron a Miguel al escuchar aquellas palabras, al mismo tiempo que el chico se mantenía en silencio, sintiendo como una lágrima recorría su mejilla.
Sara estaba a punto de responder, cuando su hermano le detuvo, el cual no tardó en colocarse frente a Yuna, empujando a esta mientras su rostro dejaba ver el enfado que este llevaba.
Sara intentó unirse a su hermano, pero Heeseung le detuvo, al fin y al cabo, esto podría ser la solución por aquella pelea de celos que habían tenido en la mañana.
Jake no dudó en acercar a la chica del cuello de su camiseta, haciendo que su rostro se caercase más al suyo.
Escúchame bien, maldita estúpida -exclamó Jake, mirando con odio a la chica.- Como te escuche decir otra mala palabra acerca de mi chico, eres chica muerta, ¿entiendes? Ni le llegas a la puta suela de los zapatos, eres una mierda a su lado, ya quisieras ser un mínimo parecida a él. Y mejor cállate la puta boca sobre acostarse con tíos o no, porque aquí la puta eres tú, ¿o te empiezo a hacer la lista de todas las camas que has visitado en este mes? Porque hay más del doble de camas que días tiene el mes. Y a ver si el guisante que tienes como cerebro empieza a evolucionar y aprendes a no ser una homófaba de mierda, que aquí lo único malo es tenerte que soportarte.
Tras aquellas palabras, Jake dejó caer a la chica, la cual cayó rendida al suelo, mirando a Hee en busca de que la defendiera, pero este tan solo se encogió de hombros, pasando su brazo por los hombros de Sara.
¿Yo? ¿Defenderte? -preguntó Hee, señalándose a sí mismo.- Ni en tus mejores sueños, tú eres la que ha creado el problema, tú lo solucionas.
Yuna no pudo evitar levantarse mientras soltaba quejidos enfadada, sin darse cuenta de que Miguel se estaba acercando a ella, colocándose frente a ella.
Lávate la puta boca antes de hablar de mí -afirmó Miguel, devolviéndole aquel golpe en el rostro que la chica le dio hace varios diás, haciendo que esta saliese llorando de allí.
Tras irse la chica, todas las miradas se dirigieron a Miguel, quién intentaba disimular el daño de aquellas palabras con una sonrisa, intentando que los chicos y Sara pensasen que estaba bien.
Siguieron andando durante un par de minutos más, cuando Miguel se excusó para ir al baño, insistiendo en ir solo, a lo que los tres tuvieron que ceder.
Aprovechando que estaban los tres solos, Sara se colocó frente a ambos chicos, dirigiendo su mirada hacia su hermano Jake.
¿Desde cuándo te gusta Miguel? -preguntó la chica, haciendo que tanto Jake como Hee abrieran los ojos como platos.
¿A m-mí? ¿Miguel? Que va, n-no -respondió Jake, acariciando su pelo, dejando notar su nerviosismo.
¿Cómo cojones te has enterado? ¿Tan obvio ha estado hoy? -preguntó Heeseung, llevándose un golpe en el brazo de parte de Jake.
Desde que le ha llamado mi chico cuando hablaba con Yuna, hasta que poco más y se declara a Miguel en aquella amenaza -afirmó Sara, mientras el rostro de Jake se tornaba a rojo.
Creía que había sido el único que había escuchado a Jake, pues nada, ya sabes quién es el crush de tu hermano -comentó Hee entre risas.- Aunque ya está empezando a ser cada vez más obvio.
Jake se mantenía en silencio, ¿y si Miguel también había escuchado lo que había dicho? ¿Y si por ello le dejaba de hablar? ¿Y si a partir de ahora haciá como si no existiera para él? Jake empezaba a desesperarse, pero lo único que podía hacer ahora mismo.
Dos años -susurró Jake.- Miguel me gusta desde hace dos años ya.
Sara dedicó toda su atención a Jake, mirándole atentamente, dejando claro que quería que Jake contase todo.
Fue un día que salí a pasear, llevaba tranquilo a Layla hasta que vio algo y salió corriendo disparada. Como era de esperar, salí corriendo tras ella, hasta que la encontré sobre un chico, al cual había tirado al suelo para lamerle toda la cara. No dudé en quitarla de encima del chico, pidiéndole millones de disculpas hasta que se levantó, y ahí le vi, ahí vi por primera vez a Miguel -confesó el chico, mirando el enorme parque mientras contaba la historia.- A partir de ahí, fui viniendo al parque a ver si me encontraba más con él, que gracias a la suerte ocurrió, y poco a poco nos fuimos conociendo más hasta donde estamos actualmente. Pero no soy capaz ni de declararme ni de pedirle una cita, siempre son salidas de amigos -concluyó el chico.
Pues creo que ya es hora -afirmó Hee.- Y tienes una semana para pedírsela, o Sara y yo le diremos que quieres una cita con él.
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